Cómo vivir sin coche y cuánto ahorro supone
Combustible, mantenimiento, seguro, garaje... Dejar de tener un vehículo propio permite ahorrar una cantidad importante de dinero al año y mejorar la salud financiera, pero también puede suponer una pérdida de comodidades.
Prescindir de tener un vehículo aparcado en la puerta de casa puede llegar a ser una decisión complicada, ya que se renuncia a disponer de ciertas ventajas que este medio de transporte ofrece, como la flexibilidad a la hora de realizar desplazamientos o ahorrar tiempo en nuestros traslados. Sin embargo, las finanzas personales se pueden ver beneficiadas de la decisión de privarse de tener un vehículo en propiedad, ya que en algunos casos supone un ahorro significativo.
El coste mensual medio de tener coche en España en 2022 fue de 1044 euros, según un informe publicado por la compañía Lease Plan. En esta cantidad se incluye el combustible, los impuestos, la depreciación del vehículo, los intereses del préstamo solicitado para adquirirlo, el seguro y el mantenimiento. Como referencia, el estudio utiliza el coste de los coches en sus primeros cuatro años en propiedad y con un kilometraje de 30.000 kilómetros anuales.
Cómo calcular si es rentable no tener coche
Tomás Ruiz Sánchez, catedrático del Departamento de Transportes del Instituto del Transporte y Territorio de la Universitat Politécnica de València (UPV), clasifica los ahorros que conlleva no tener vehículo propio en cuatro grandes partidas.
- “El ahorro más importante es el que se produce al dejar disponer de un vehículo de forma permanente, ya sea mediante compra, alquiler, 'leasing', etc.”, explica.
- En segundo lugar, se ahorra en aparcamiento, ya que “no es necesario tener uno en el domicilio, y tampoco se requiere en el destino de nuestros desplazamientos habituales, siempre y cuando los realicemos en transporte público, en bicicleta o caminando”.
- La tercera partida en la que se ahorra está asociada “al consumo de energía (carburante, electricidad)”, un gasto que “ha aumentado de forma considerable durante el último año y no parece que se vaya a reducir de forma significativa en el futuro”, indica el experto.
- Por último, se producen otros ahorros “no menores”, como “el seguro obligatorio del vehículo, reparaciones y mantenimiento, impuestos de circulación, tasas y peajes”, apunta. Por supuesto, aclara, el ahorro por persona es menor si ese uso habitual se hace con dos o más personas.
Más allá del ahorro económico, Ruiz Sánchez destaca otros beneficios de no tener vehículo propio que ayudan a compensar los inconvenientes. “No disponer de coche obliga a desplazarse más caminando y en transporte público, lo que, a medio y largo plazo, tiene efectos positivos sobre la salud”, asegura. Además, se producen también ventajas a nivel colectivo. “Si muchas personas deciden dejar de tener vehículos privados, la comunidad se beneficia de forma enorme: menos emisiones atmosféricas y ruido, reducción de accidentes y menor necesidad de espacio público para el coche”, indica.
Cómo afrontar los inconvenientes de no tener coche propio
En la lista de pros y contras de prescindir de un vehículo en propiedad, los inconvenientes están relacionados fundamentalmente “con ahorros de tiempo de desplazamiento (aunque no siempre) y comodidad a la hora de elegir cuándo inicio un viaje y por dónde lo realizo”, indica Ruiz Sánchez. Es decir, aunque depende mucho del trayecto y de dónde se viva, dejar el coche de lado puede implicar transbordos infinitos en transporte público y la necesidad de estar pendiente de la hora a la que sale o llega ese transporte.
Aun así, cada vez más gente es capaz de pensar en alternativas que hacen que les compense dejar de tener un vehículo en propiedad. Según el 'Estudio sobre la movilidad del futuro' realizado por Europcar Mobility Group España, seis de cada diez automovilistas opinaban que al coche en propiedad le quedaban unos diez años de vida. La pandemia frenó un poco la tendencia de abandonar el coche que se veía en los últimos años, pero se está produciendo un cambio generacional: según la Dirección General de Tráfico, los jóvenes ya no se sacan con 18 años el carné de conducir, sino que es más común retrasarlo porque se ve como algo menos urgente y necesario (el número total de carnés, sin embargo, no ha descendido).
La alternativa más cómoda y parecida a un vehículo en propiedad son las opciones de coche compartido o el tradicional alquiler, además del taxi y los VTC. Cualquiera de estas elecciones sale más barata que tener un coche propio si no se hacen más de 250 kilómetros al mes, aunque desde el punto de vista medioambiental son menos interesantes.
Si pensamos directamente en abandonar cualquier tipo de coche, la alternativa principal es el transporte público, aunque condiciona mucho el lugar en el que se viva y las opciones que haya.
Tomás Ruiz Sánchez explica que, en este sentido, para facilitar ese cambio hacia un futuro con menos coches o motos circulando por las calles, la actuación de las Administraciones públicas, que tienen “el deber de proporcionar alternativas de transporte a todos, de forma que se pueda acceder a cualquier lugar”, es clave. Así, “en las áreas urbanas deben apoyar al transporte público colectivo”, además de "fomentar la bicicleta y proteger al peatón". En cuanto a los desplazamientos de larga distancia y las áreas rurales, “también el transporte público es la forma más sostenible de viajar, apoyando el ferrocarril, el autobús y los servicios de transporte a la demanda”, añade.
La idea es lograr que no disponer de vehículo en propiedad suponga la opción más atractiva; es decir, que sea más rápido, cómodo y barato usar cualquiera de las alternativas existentes y que todo el mundo se pueda permitir prescindir de tener un coche o moto en el garaje. En definitiva, que el ahorro económico que supone no tener un vehículo en propiedad no resulte en mayores gastos (de tiempo o dinero) por usar otras alternativas para los desplazamientos.