Cómo saldar deudas y llegar a fin de mes
Si es complicado llegar a fin de mes sin gastar más de lo ganado, quizá hay que examinar las deudas. Puede que lo que se pague por la hipoteca, la letra del coche, un préstamo personal o alguna tarjeta de crédito represente, en conjunto, una cantidad mayor de la que nuestra economía doméstica puede soportar.
Según los cálculos del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), los hogares de todo el mundo aumentaron su deuda hasta los 57,7 billones de dólares (54 billones de euros) desde los 56,1 billones de dólares (52,5 billones de euros) en el ecuador de 2022. En España, según los datos de las Cuentas Financieras de la Economía Española del Banco de España, a cierre del segundo trimestre de 2023, la deuda de las familias se ha reducido en 13.900 millones de euros, pasando de los 717.100 millones de euros en junio de 2022 a 703.244 millones de euros a mediados de 2023.
¿Cuándo hay que reestructurar las deudas?
A la hora de comprobar si nuestro nivel de endeudamiento es excesivo, los expertos recomiendan sumar el importe de todas esas cuotas que se pagan al mes (hipoteca, préstamo personal para vehículo, cuota de la tarjeta de crédito…). Si la cifra total supera el 35% de los ingresos mensuales, conviene tomar medidas.
Existen dos estrategias principales para empezar a saldar deudas. Una es la llamada “avalancha” y la otra, “bola de nieve”. La primera estaría en sintonía con el análisis económico tradicional, que recomienda saldar primero la deuda con los intereses más altos. Una vez liberados de esa carga, estaríamos en disposición de seguir saldando deudas en orden decreciente hasta terminar con la de los intereses más bajos.
El método “bola de nieve”, ideado por el economista David Ramsey, recomienda, sin embargo, saldar la más pequeña de las deudas en primer lugar. Pagada esa deuda, aconseja tomar el dinero que estaba destinando a ese pago y transferirlo a la segunda deuda más pequeña. Y así hasta que todas estén pagadas.
Una de las principales ventajas de esta estrategia es que “enfocarse en saldar primero la deuda más pequeña tiende a tener un efecto más poderoso en la sensación de progreso de las personas y, por lo tanto, en su motivación para continuar pagando sus deudas”, apunta Remi Trudel, de la Universidad de Boston.
Le da la razón otro estudio realizado por el economista estadounidense Evan McAllister, de la Universidad James Madison, que comparó ambas fórmulas para llegar la conclusión de que “si el objetivo es que el consumidor individual simplemente pague sus deudas lo más rápido posible, y no tiene problemas motivacionales o habituales que puedan complicar esto, el método ‘avalancha’ (o el enfoque tradicionalista) casi siempre será la mejor opción.
Si los malos hábitos de finanzas personales o la motivación son factores que complican la vida del consumidor, el análisis se inclina por seguir las recomendaciones de Ramsey y usar el método de la ‘bola de nieve”.
Qué hacer con la hipoteca
En cualquier caso, una de las deudas principales, y la que más afecta a las finanzas de una persona en la mayoría de los casos, es la hipoteca. Quien más quien menos tiene unos deseos enormes de desembarazarse de ella, pero no siempre es conveniente.
Como explica Prosper Lamothe, catedrático del Departamento de Financiación e Investigación Comercial de la Universidad Autónoma de Madrid, se debe considerar la primera vivienda como algo que va a servir para más cosas: para financiar parte de la jubilación con algún tipo de renta vitalicia o como garantía para hacer frente a un gasto extraordinario sin necesidad de recurrir a un préstamo personal. “Antes de endeudarse con préstamos de tipos más altos, quizá interesa ampliar la hipoteca o renegociarla, a fin de pagar durante un tiempo solo intereses”, explica.
Por último, hay que tener en cuenta las comisiones de cancelación. Aunque están limitadas por la normativa bancaria, es necesario tenerlas en cuenta antes de tomar una decisión. “No queremos que cancelar una deuda salga más caro que seguir pagándola”.