Cómo planificar y compartir gastos viviendo en pareja
Vivir en pareja implica unas finanzas claras y ordenadas. Para compartir al 50% es necesario tener un control de los gastos mensuales. Hay quienes abren una cuenta conjunta y quienes prefieren funcionar de manera independiente. Lo que resulta imprescindible es que cada uno aporte según sus ingresos.
La economía de la vida en pareja puede resultar complicada de gestionar en algunas ocasiones. Son muchos los gastos a compartir cuando se convive: alquiler o hipoteca, recibos de la luz, de electricidad o gas, los gastos mensuales de las compras en común o los gastos de ocio y viajes, entre otros.
“Lo mejor para colocarse en el lugar de lanzadera para el ahorro es una casa compartida entre amigos, tres como mínimo. Si directamente vamos a vivir con una pareja, las posibilidades de ahorro serán menores”, bromea Luis Garvía, profesor de Finanzas en ICADE.
Bromea, pero lo cierto es que no le falta razón. “Lo primero que la pareja tendría que preguntarse es si va a tener hijos pronto, porque de eso dependerá que el ahorro tenga que ser mayor o menor. En el caso de que se vayan a casar o que formalicen su relación como pareja de hecho, yo siempre recomendaría separación de bienes porque las casas y sus hipotecas son siempre al final una fuente de conflictos tremenda ante una separación. Lo importante es que desde el principio cada cual tenga muy claro qué es de cada uno”.
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Garvía recomienda establecer un plan de ahorro dependiendo de las circunstancias y siempre teniendo en cuenta que se van a enfrentar a tres tipos de gastos de envergadura: un plan de pensiones, la compra o alquiler de una vivienda y los imprevistos. “Es muy importante que los jóvenes empiecen a pensar pronto en un plan de ahorro para el retiro y que contraten seguros para los imprevistos que van a tener. Si pensamos en los gastos de una vivienda, hay que tener en cuenta que el gasto en ella dependerá siempre de la renta que se tenga. Primero hay que tener ahorrado lo suficiente para dar la entrada y luego lo ideal es no dedicar más de un 30 % o un 40 % del salario a la hipoteca”.
Simplificar es la clave
Jorge Hernando Cuñado, profesor de Economía y Empresa en la Universidad Nebrija, no olvida los pequeños detalles que pueden ayudar al ahorro y a la planificación: “Es importante que las parejas refuercen el concepto de desperdicio cero y que hagan una buena organización de la compra, su preparación y su almacenaje. En general, cualquier cosa que suponga simplificar ayudará mucho a la pareja a llevar mejor sus finanzas. Por ejemplo, comprar ropa atemporal y duradera, revisar los gastos superfluos, usar transporte público, andar y usar la bicicleta, si es posible”.
Para poder llevar una buena previsión económica es importante detectar los gastos fijos y variables mensuales de cada uno y a partir de ahí hacer un reparto el primer día de cada mes.
También hay que tener un fondo para imprevistos económicos (un despido, una avería del coche, una reparación de la lavadora o la compra de una aspiradora, por ejemplo). Se recomienda tener ahorrado lo suficiente como para poder cubrir por lo menos tres meses.
Ventajas e inconvenientes de tener una misma cuenta
Tener cuentas separadas y compartir una para los gastos comunes es también una de las mejores fórmulas para evitar problemas y aumentar la intimidad financiera.
Tener una misma cuenta ayuda a hacer más simples los pagos y también a ver si el otro miembro de la pareja está al corriente con sus aportaciones. Es recomendable que la cuenta admita la cotitularidad, es decir, que ambos titulares puedan operar con ella de forma independiente sin que sea necesaria la autorización del otro. Estas se denominan cuentas con carácter solidario. Su inconveniente fundamental es que, si uno de los miembros hace mal uso del dinero que hay en la cuenta por cualquier motivo, ambos titulares quedarán expuestos.
Para minimizar ese riesgo se puede recurrir a las cuentas con carácter mancomunado, aunque son poco prácticas para el día a día. En este tipo de cuentas todos los titulares necesitan la autorización del resto para realizar cualquier operación y ejercer los derechos derivados de dicha titularidad. Sin embargo, todos los expertos ponen énfasis en que ser transparente y no ocultar información financiera relevante es clave para que el dinero no acabe con la felicidad de una pareja.