Cómo organizar las finanzas en pareja para que el dinero no sea una fuente de conflicto
El dinero es uno de los principales motivos de ruptura entre las parejas de todo el mundo. Una comunicación abierta y sincera, consensuar las decisiones de la economía doméstica e informarse sobre la mejor forma de gestionar el patrimonio son algunas de las claves para evitar las crisis sentimentales por motivos financieros. En el caso de los matrimonios también es fundamental reflexionar antes de casarse sobre el régimen económico más conveniente.
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Dice la sabiduría popular que “cuando el dinero sale por la puerta, el amor sale por la ventana” y las estadísticas lo corroboran: se estima que una de cada tres rupturas sentimentales en el mundo tiene un motivo económico de fondo.
En el caso de España, por ejemplo, el informe “¿Por qué se divorcian las parejas españolas?”, presentado por la Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA) a comienzos de 2022, señalaba la causa económica como cuarto motivo de divorcio, por detrás del desgaste en la pareja, el desenamoramiento o las infidelidades.
En ocasiones, la ruptura no solo se relaciona con una etapa de dificultades económicas en el hogar, ya sea por falta de trabajo, inversiones o emprendimientos fallidos. Es frecuente que exista, además, un problema de fondo que plantea discrepancias en cuanto a la contribución de cada miembro de la pareja a los ingresos y gastos, o formas distintas de ver la inversión futura y la administración de la economía familiar. Por ese motivo, los expertos en salud financiera recomiendan hablar sobre la gestión de las finanzas personales antes de empezar a convivir.
“Igual que no nos casamos con alguien sin saber en qué trabaja o conocer a su familia, es fundamental hablar sobre economía, que va a determinar la vida en común. Cómo se trate dependerá de cada pareja, pero lo importante es entender que no somos adversarios, sino un equipo, también en lo financiero. Y si tenemos dudas o la situación es compleja, informarse e incluso pedir un asesoramiento fiscal es importante”, señala Natalia de Santiago, autora de los libros 'Invierte en ti' e 'Invierte con poco'.
Hablar de finanzas antes de convivir
Se habla mucho sobre los invitados de la boda o las canciones que se bailarán en la celebración, pero no tanto sobre cómo se gestionará el dinero, añade la experta en finanzas personales. Y nos damos cuenta de los cabos que no hemos dejado atados cuando ya no tiene solución, en el divorcio. “Conviene pensarse mucho el régimen económico que más nos conviene en el matrimonio, pero además es importante saber que se puede cambiar en cualquier momento, después de casados”, subraya De Santiago.
En España, por ejemplo, se puede elegir entre tres tipos de regímenes económicos en el matrimonio (que no existen en las parejas de hecho): sociedad de gananciales, separación de bienes o régimen de participación, que es una mezcla de ambos.
- Sociedad de gananciales: Es un régimen económico matrimonial en el cual cada uno de los integrantes pone en común y divide por partes iguales los beneficios obtenidos por cualquiera de los dos durante la vida en común.
- Separación de bienes: Permite que los patrimonios de cada uno de los cónyuges estén diferenciados durante el matrimonio. De este modo, cada cónyuge gestiona y administra sus bienes y derechos.
- Régimen de participación: Es aquel en el que cada uno de los cónyuges adquiere derecho (previo consentimiento de ambas partes) a participar en las ganancias obtenidas por su consorte durante el tiempo en que dicho régimen haya estado vigente. Debe otorgarse expresamente mediante capitulaciones matrimoniales.
Sin embargo, “se pueden dar capitulaciones matrimoniales, para cambiar de régimen o cambiar los acuerdos. Para ello hay que firmarlo ante notario y, muy importante, llevarlo después al Registro Civil. Muchas parejas se olvidan de este último paso y se encuentran con que, si quiebra la empresa de uno de los cónyuges y no han elevado a público en el Registro ese cambio a separación de bienes, por ejemplo, la deuda se cobrará del patrimonio de los dos si estaban en gananciales”, advierte De Santiago.
Psicología y finanzas
Según un reciente estudio publicado en la revista Journal of Banking & Finance y liderado por Adnan Balloch (Universidad de Massey, Nueva Zelanda) una mala salud mental puede influir negativamente en nuestro patrimonio neto, con un aumento de la deuda por encima del valor de los activos. La investigación establece, además, que los individuos psicológicamente angustiados son más vulnerables a los efectos adversos de los shocks económicos.
“La tensión en la pareja que genera el estrés financiero, producto de la falta o el mal manejo del dinero —o incluso por diferencias en los criterios para la toma de decisiones que involucran aspectos económicos (por ejemplo, cuánto gastar en vacaciones o la elección de una escuela pública o privada para un hijo)— puede ser motivo de grandes crisis. Normalmente, esto aparece como síntoma de la ausencia de diálogo acumulada a lo largo del tiempo. Y esto, a su vez, se produce porque no nos enseñaron a hablar de dinero, ya sea por tabú o por falta de herramientas para su abordaje”, destaca Julieta Caminetsky, CEO de la plataforma de educación financiera Lufindo.
¿Qué es la infidelidad financiera y cómo prevenirla?
Otro de los desencuentros con implicaciones económicas y psicológicas es la llamada “infidelidad financiera”. Caminetsky explica que este fenómeno “consiste en ocultar aspectos sobre tus finanzas o las finanzas compartidas al otro miembro de la pareja” y es más frecuente de lo que puede parecer: en EE UU dos de cada cinco personas han tenido que enfrentarse a esta circunstancia, según un estudio del National Endowment for Financial Education (NEFE).
Entre los comportamientos mencionados por los encuestados que engañaron a sus parejas en cuestiones económicas, los más frecuentes fueron:
- Ocultar dinero en efectivo (19%).
- Gastar a escondidas (18%).
- Ocultar una factura (13%).
- Mentir sobre una deuda (10%).
- Mentir sobre los ingresos (10%).
La encuesta de la NEFE muestra también que los hombres son más proclives que las mujeres a engañar a su pareja por motivos de dinero (47% frente a 39%) y que la situación familiar y económica también influye. Las personas con empleo y las parejas con hijos menores de 18 años confiesan ser más infieles financieramente que los desempleados y las parejas sin hijos o con hijos mayores de edad.
Entre las razones mencionadas por quienes son o han sido infieles por cuestiones económicas, en la mayoría de los casos se cita evitar una discusión o no querer compartir malas noticias. Otros motivos frecuentes son la vergüenza por haber administrado mal el dinero o por una mala decisión financiera, la necesidad de sentir que se controlan las finanzas personales o el deseo de ayudar a un ser querido que lo necesita.
“Es muy probable que los comportamientos —tanto positivos como negativos—, sesgos o errores financieros que uno trae de la familia de origen se trasladen a la pareja y se refuercen o apacigüen dependiendo de la contraparte”, explica Caminetsky. Por ese motivo, considera muy necesaria y urgente la educación financiera desde la juventud para tener más herramientas y poder tomar mejores decisiones con nuestras finanzas personales y familiares.
Además, la historia familiar, los antecedentes económicos y la gestión del patrimonio propio nos pueden dar pistas para saber cómo serán las finanzas en pareja y cómo se debería hacer un reparto proporcional en la contribución a la economía familiar, en función de los ingresos y tiempo dedicado al cuidado del hogar.
Confianza y transparencia, ingredientes para una relación financiera saludable
Caminetsky recuerda que no hay roles fijos y quien se encargó tradicionalmente de las finanzas del hogar puede alternar con su pareja. Por ese motivo es importante saber qué se ingresa y qué se gasta, para revisar la salud financiera, y crear un clima de confianza donde se converse abiertamente sobre estos temas. Nunca es tarde para aprender de economía, aunque anteriormente no hayamos reflexionado sobre ello.
“Si ambos tienen ingresos y optan por administrar el dinero por separado y tener un pozo común, habrá que hacer otro tipo de arreglos. Ahora la tecnología nos brinda muchas herramientas para poder administrar la parte común, si prefieren mantener la independencia: se puede tener una planilla de cálculo compartida, 'apps' como Monefy, Mobills o Splitwise, donde ambas partes acceden a un grupo y pueden visualizar la totalidad de los gastos, registrar quién lo hizo, con qué medio, cómo se reparte, etcétera”, concluye la especialista en educación financiera.
También la 'app' de BBVA permite tener el control de las finanzas en tiempo real y ofrece la posibilidad de automatizar el ahorro con una o varias reglas (redondeo, saldo máximo y mínimo, ahorro en nómina, ahorro a fin de mes…), clasificar los gastos por categorías (moda, alimentación, transporte…) y establecer presupuestos, entre otras funcionalidades. La ‘app’ también ofrece sugerencias personalizadas para mejorar la salud financiera de los clientes adaptadas a sus circunstancias y comportamiento.
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