Cómo la Cuarta Revolución Industrial está cambiando el mercado laboral
Interconectividad, digitalización y automatización de los procesos, inteligencia artificial, gestión de datos, hiperespecialización o sostenibilidad. Son las claves de lo que conocemos como Cuarta Revolución Industrial, en la que ya está inmerso el mundo. Supone un cambio real en el entorno laboral y en la preparación de los trabajadores del futuro.
Es un hecho, el mundo ha cambiado. Para comprobarlo, basta con pensar en cómo eran hace 10 años las relaciones de las personas con su banco, cómo se organizaba un viaje, cómo se compraban los regalos de Navidad… Incluso los aspectos más íntimos de la vida como encontrar pareja o recibir asistencia médica están hoy integrados en las pantallas de los dispositivos inteligentes. Según el último informe del Foro Económico Mundial sobre el Futuro del Empleo, para el año 2025 la digitalización habrá propiciado la creación de 97 millones de nuevos empleos, en los que prevalecerá el conocimiento en temas como análisis de datos, informática en la nube, inteligencia artificial o desarrollo de software.
En la otra cara de la moneda, se prevé que baje la demanda de puestos de trabajo en las áreas de atención al cliente, administración, auditoría o contabilidad. Aunque la transformación digital todavía tiene un largo recorrido por delante, dentro del mercado laboral ya son muy demandados los perfiles profesionales que combinan conocimientos informáticos con otras disciplinas, tales como la programación enfocada a la medicina o analistas de datos especializados en el sector turístico o jurídico.
Inteligencia Artificial al servicio de los humanos
Pero esto no implica que el empleo vaya a sufrir un proceso de destrucción masiva, sino una profunda transformación. Según el informe Ética IA, un reto estratégico para las empresas y la sociedad elaborado por la Fundación SERES, la inteligencia artificial se puede considerar como una tecnología transversal con capacidad para aplicarse a casi cualquier sector de actividad económica y social. En todos los sectores de aplicación de la IA es importante destacar que la creciente adopción del mundo digital es una oportunidad, y ni tiene ni debe desplazar a las personas.
Y es que la llamada Cuarta Revolución Industrial, que es un paso natural en la evolución social, también tiene sus sombras. En concreto, está provocando desigualdades no sólo entre unos trabajadores y otros, sino también a nivel global. En 2018 el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM (Universidad Autónoma de México) señalaba que un 63% del empleo total y 64,5% del empleo manufacturero en México estaba en riesgo de ser automatizado, ocasionando que los trabajadores menos calificados sean los más amenazados.
En esta misma línea, el estudio recientemente publicado por la ONG norteamericana National Bureau of Economic Research How do Workers and Households Adjust to Robots? Evidence from China concluye que en China, el país más avanzado en digitalización y robotización, se reduce la probabilidad de una persona de estar empleada en un 7,5%, disminuye su salario por hora en un 9% y esta misma persona tiende a trabajar un 14% más. Datos que se concentran en un perfil de trabajadores con bajo nivel educativo, hombres y de edad avanzada. Ana Sainz, Directora General de la Fundación SERES, señala que las estimaciones de la OCDE apuntan a más de 1.000 millones de empleos que sufrirán algún tipo de transformación debido al impacto de la tecnología. Esto significa casi un tercio de todos los empleos en todo el mundo.
“En un planeta con crecientes dificultades para alcanzar la cohesión social con cuestiones complejas como la desigualdad, las brechas en el empleo, talento y educación o un crecimiento alarmante de las situaciones de pobreza de las familias, es necesario contar con empresas capaces de generar soluciones eficientes, eficaces, escalables y sostenibles”, destaca Sainz.
La formación, clave para progresar
La transformación fundamental, sin duda, debe venir por parte de la formación. Una formación que, por ejemplo en España, la Fundación Canal en colaboración con Human Age Institute convierte en una oportunidad a través del proyecto RESET, en el que señala los 25 empleos con más futuro, entre los que se encuentran a la cabeza el empleo digital y el empleo verde.
En este sentido, el ya citado informe del Foro Económico Mundial define las soft skills que cobran mayor importancia en la búsqueda de empleo: el pensamiento analítico, la innovación, el aprendizaje activo o la creatividad. La transformación digital es ya relevante para todos los niveles. En los distintos ámbitos académicos es importante adaptar las distintas disciplinas a los cambios de necesidades en el mercado. Pero también por parte de empresas y entidades es necesario facilitar a los trabajadores la adaptación a los cambios mediante la formación continua.
En palabras de Ana Sainz: “uno de los temas más relevantes que tratamos en SERES es la forma en que se plantea tender puentes para que las organizaciones trabajen conjuntamente y creen oportunidades para la colaboración real. Este aspecto es crucial cuando hablamos de unir educación y empresa o educación y empleo. Muchas empresas tienen ya programas en esta línea centrándose principalmente en nuevas competencias. Tenemos que trabajar en la colaboración entre las empresas y la Administración para que desde edadestempranas fomentemos ,por ejemplo, la educación STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) en niñas, así como que los más vulnerables tengan conocimientos suficientes para afrontar su incorporación al mercado de trabajo”.