¿Cómo funcionan los recibos domiliciados?
Raro es el usuario de banca que no opera con domiciliaciones de recibos en sus cuentas. La domiciliación es un medio de pago bastante cómodo tanto para el acreedor como el deudor y goza de una extensión y difusión bastante importante entre todos los usuarios.
La situación normal para particulares es que actúen como receptores de pagos domiciliados, de tal forma que los pagos pendientes que hayan pactado mediante este medio de pago, sólo necesitan proporcionar al acreedor su número completo de cuenta corriente o ahorro.
El mecanismo de domiciliación consiste básicamente en realizar un cargo contra una determinada cuenta por un importe determinado. Estas domiciliaciones están sujetas a unos protocolos informáticos y de información que están regulados por unas normas establecidas por la Asociación Española de la Banca.
Como normas distintas de domiciliaciones destacan:
Norma 19
Se emite una orden de pago a la vista contra una cuenta corriente. La orden de pago puede reflejarse mediante un recibo físico que no necesita la conformidad del deudor para su tramitación o un recibo lógico que sólo cursa los datos anteriores.
Este tipo de domiciliación destaca por ejecutar la orden de cobro en el momento que se procesa por la cuenta emisora. Dado que no se necesita el consentimiento expreso de cargo por cada uno de los recibos, estas órdenes de pago tienen una fecha en donde el pagador puede devolver el cargo y no hacer frente al pago.
Norma 58
Se realiza un mecanismo de cobro similar al anterior, pero las diferencias las tiene el emisor de la remesa. Se posibilita el descuento comercial de los recibos pendientes de cobro cuando hablamos de pagos diferidos en el tiempo y se habilita la función de giro y la posibilidad de cesión de los cobros mediante endoso -cesión de un documento de crédito que una persona hace a favor de otra haciéndolo constar en el dorso del documento- en determinados casos.
Este descuento es análogo al descuento comercial de letras y pagarés, pero no es obligatoria la aceptación de los recibos de pago, que pueden ser también físicos o lógicos.
Norma 43
Norma típica de domiciliación para pagos periódicos, como por ejemplo las remesas de domiciliación de nóminas que emiten los distintos pagadores o las órdenes de transferencia periódica que podemos articular en nuestras cuentas.
Este tipo de domiciliación se caracteriza por dejar una señal de ingresos periódicos en la cuenta receptora desde la primera orden que se emite. Es la fórmula más usada por las empresas que realizan sus pagos mediante transferencia bancaria o realizan pagos fijos periódicos mensuales como facturas de alquiler o similar.
En definitiva, la domiciliación de recibos es una fórmula que agiliza todo el tráfico mercantil de cobros y pagos, simplifica las comisiones bancarias y todas las grandes empresas de suministros y servicios cuentan como fórmula principal de cobro como medio de gestión.
Pensemos en las facturas de electricidad, telefonía, impuestos y tributos… Cualquier usuario normal de servicios bancarios cuenta con múltiples domiciliaciones en sus cuentas corrientes, como medio fundamental de pagos y es uno de los métodos más aconsejables a usar para evitar despistes, retrasos y demoras innecesarias.
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