Cómo afectan los tipos de interés bajos o negativos a las finanzas personales
Las políticas de reducción de tipos de interés están concebidas para reactivar la economía incentivando el gasto y la inversión de familias y empresas en tiempos de crisis. Pero su establecimiento puede afectar directamente a la salud financiera de las personas.
Los bancos centrales utilizan la política monetaria para mantener la inflación en torno a su objetivo. Ésa suele ser su finalidad primordial, pero la política monetaria también tiene impacto sobre la actividad económica. La herramienta más habitual que utilizan los bancos centrales en este sentido son los tipos de interés.
- Las políticas de subidas de tipos suelen establecerse en contextos de inflación elevada, en casos en los que se detecta sobrecalentamiento de la economía y lo que se quiere es contener el gasto.
- Por el contrario, en los casos en los que se necesita reactivar la economía animando al consumo y a la inversión, los bancos centrales suelen bajar los tipos de interés.
En este último caso, los menores tipos de interés de referencia se traducen en una menor rentabilidad del ahorro y también en un menor coste del endeudamiento. De esta manera, se anima a la población a reducir sus ahorros, o incluso a endeudarse, y destinar ese dinero a comprar o invertir.
“De igual manera, el menor costo de la financiación lleva a estimular nuevos proyectos de inversión y crear empleo”, cuenta Ignacio Montané, líder de docentes en Vademia Colegio de Finanzas, un centro internacional especializado en la formación de Analistas Financieros que se están preparando para obtener la acreditación CFA (Chartered Financial Analyst).
Pros y contras de un entorno de bajos tipos de interés
Los bajos tipos de interés conllevan una serie de ventajas que impactan en la economía a todos los niveles. La idea de este tipo de políticas es que el dinero fluya y circule. “Es una herramienta que utiliza la autoridad monetaria para estimular el gasto y la inversión -lo que da mayor dinamismo a la actividad económica-, combatir la deflación, o bien, debilitar la moneda nacional para estimular la competitividad de sus exportaciones a nivel global”, dice Iván Araya, profesor de Finanzas en la Universidad Autónoma de Chile.
No obstante, un entorno de tipos muy bajos (o incluso negativos) puede convertirse en un arma de doble filo para la economía personal. Por un lado, “en las cuentas corrientes, al no generar intereses, el dinero que se tiene depositado pierde valor con el tiempo, lo que hace que el ahorro sea menos atractivo, sobre todo en un ambiente económico donde haya inflación o una deflación que no compense al tipo de interés negativo, o empujar a las personas a inversiones más arriesgadas”, explica Ignacio Montané. “Al mismo tiempo, esta situación puede incentivar a las personas a endeudarse innecesariamente o para fines que no son productivos”, añade. En casos extremos, “podría incentivar a los clientes a asumir una deuda insostenible, lo que generaría inestabilidad financiera”.
En la misma línea, Iván Araya apunta a “riesgos potenciales como por ejemplo, los brotes de sobreinversión y la creación de burbujas financieras en el mercado de bienes raíces y la compra y venta de acciones”.