Ahorrar es cuestión de cultura: ¿en qué país lo hacen mejor?
Guardar una parte de los ingresos actuales para garantizar unos recursos en el futuro es uno de los hábitos más importantes para disfrutar de una buena salud financiera durante toda la vida. Por ese motivo, el ahorro forma parte de la economía de cualquier sociedad y se practica desde antes de que existiera el dinero. Sin embargo, no en todos los países se ahorra de la misma manera.
La práctica del ahorro como provisión para el futuro es más antigua que la propia humanidad. Se trata de una estrategia de supervivencia básica, como demuestra el hecho de que existan muchas especies de animales y plantas que reservan parte de los alimentos, el agua o la energía que obtienen para utilizarlos en momentos de escasez.
El ahorro de dinero como ejercicio sistemático y planificado se remonta a la Edad Media, cuando surgieron las primeras instituciones financieras y se desarrolló la banca de depósitos. Siglos más tarde, durante la Revolución Industrial, se convertiría en una práctica cada vez más común entre la clase trabajadora, ya que les permitía acumular capital para invertir en negocios o comprar propiedades.
En la actualidad, el ahorro es un hábito común en todo el mundo y gobiernos e instituciones lo promueven como herramienta imprescindible para garantizar la salud financiera de la población. Sin embargo, no todos los países tienen la misma capacidad de ahorro ni utilizan los mismos métodos para planificar su futuro.
Ahorro en España y países vecinos
La inversión inmobiliaria ha sido tradicionalmente una de las fórmulas de ahorro preferida por los españoles, que en la actualidad siguen siendo, junto a portugueses y italianos, los europeos más proclives a invertir en ladrillo, según el I Observatorio Inmobiliario Europeo de Masteos, una compañía especializada en inversión en alquiler que opera en diferentes países del Viejo Continente.
Los resultados del estudio, en el que han participado 8.159 ciudadanos de ocho países, reflejan que siete de cada diez españoles apuestan por la compra de vivienda como fórmula de rentabilizar sus ahorros. El 53% prefiere adquirir una vivienda para destinarla al arrendamiento, frente a un 45% que elegiría invertir en una vivienda para usarla como residencia principal o secundaria.
Según esta encuesta publicada en abril de 2023, la mayoría de los españoles opina que la compra de vivienda es una buena opción como inversión, ya que es segura y con escaso riesgo financiero.
Esta aversión al riesgo es una de las características diferenciales del inversor español respecto a los ciudadanos de la mayoría de los países del centro y norte de Europa, donde la apuesta por la inversión inmobiliaria no es tan frecuente y se opta con mayor frecuencia por rentabilizar los ahorros a través de fondos de inversión, seguros o planes de pensiones.
Estos productos financieros también van ganando terreno lentamente en España, especialmente los fondos de inversión que suponen ya el 15% del total del ahorro financiero de los ciudadanos, según el último informe de Inverco. Pese a este repunte de la inversión, los hogares españoles, siguen prefiriendo tener el grueso de sus ahorros (41% de sus activos financieros) en efectivo o depósitos bancarios.
Marina García Gil, consultora del área de análisis económico y de mercados en Analistas Financieros Internacionales (Afi), explica que estas diferencias en los hábitos de ahorro son un reflejo más de la disparidad europea. “El comportamiento de ahorro varía mucho entre los diferentes países de Europa. Por ejemplo, en Alemania o los Países Bajos, el ahorro en seguros de vida y pensiones es muy importante, mientras que en Francia los fondos de inversión son más populares”.
Esta disparidad también se refleja en el porcentaje de la renta que los hogares destinan al ahorro (tasa de ahorro) en cada país. Según los datos de la Oficina Estadística de la Unión Europea (Eurostat), la tasa de ahorro de la zona euro se situó en un 13,2% en el tercer trimestre de 2022, pero hay grandes diferencias entre países: mientras que Alemania y Países Bajos (19%) fueron los estados con una capacidad de ahorro más alta, las familias de Italia (8,8%), España (5,8%) y Portugal (0,2%) encontraron muchas más dificultades para seguir construyendo su colchón financiero.
Ahorro en Asia
China, país donde tradicionalmente se ha concedido una gran importancia al ahorro, ha experimentado una evolución especialmente positiva en los últimos años, a pesar de la profunda transformación que han sufrido los hábitos de consumo de sus ciudadanos, que destinan cada vez un porcentaje de sus ingresos al ocio, la moda, la tecnología y los artículos de cuidado personal.
La mentalidad ahorradora de este país asiático queda reflejada en los resultados de una encuesta hecha a finales del año pasado por su banco central (PBOC), según la cual solo el 22,8% de las personas entrevistadas tendría intención de gastar más, frente al 58,1%, que optaría por aumentar sus ahorros y el 19,1% que se inclinaría por invertir más. No es de extrañar que, según datos del propio PBOC, los ahorros de los hogares chinos subieran en más de un billón de euros en 2022.
Tradicionalmente, los chinos ahorran en inversiones inmobiliarias y financieras. Sin embargo, el año pasado optaron por reducir las compras de vivienda, se abstuvieron de participar en el mercado bursátil y en otros activos financieros, y prefirieron mantener su dinero en depósitos bancarios.
En la vecina y emergente India destaca la atracción por el oro, un metal del que este país es el segundo mayor comprador del mundo, superado únicamente por China. El metal precioso es el tercer instrumento de ahorro en la India por detrás de los seguros y de las cuentas de ahorro. La inversión en oro ha estado tradicionalmente unida a la joyería a través de los llamados Planes Sistemáticos de Inversión en Oro (SIP, por sus siglas en inglés), que suelen ser gestionados por los propios joyeros.
Ahorro en América Latina
El acceso a los productos financieros es el mayor escollo para el ahorro en muchas sociedades. Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la pandemia fue un catalizador de la inclusión financiera en la región, donde se registró un aumento en la contratación que supuso la apertura de 40 millones de nuevas cuentas.
Sin embargo, en Colombia, Brasil, Ecuador o Perú, el 61% de las personas no ahorra, y quienes lo hacen guardan el efectivo en su casa. Así lo prueban los datos del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), que subraya la importancia de invertir en educación financiera para fomentar el ahorro.
En el caso de Perú, además, la Encuesta Nacional de Capacidades Financieras de 2022 reveló un aumento en el porcentaje de personas que no pudieron ahorrar respecto a las cifras previas a la pandemia, pasando del 47% en 2019 al 42% en 2022. El ahorro de efectivo en casa sigue siendo la forma más utilizada por la mayoría de los peruanos.
Más complicada es la situación de Argentina, donde apenas el 10% de los hogares pudo ahorrar el año pasado, según un estudio del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA).
No obstante, existen excepciones regionales, como México, donde más del 67% de la población dice tener algún producto financiero formal, ya sea una cuenta de ahorro, de crédito, o un seguro, según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF).
¿Qué determina la forma de ahorrar?
La edad, la educación financiera y el nivel de renta determinan la forma en la que se ahorra, resume García Gil. “La edad de los hogares determina su predilección por métodos 'más modernos' de ahorro, como puede ser el uso de aplicaciones”, explica la especialista de Afi. Un ejemplo de este tipo de herramientas móviles es la ‘app’ de BBVA, que permite tener el control de las finanzas en tiempo real y ofrece la posibilidad de automatizar el ahorro, clasificar los gastos por categorías y establecer presupuestos, entre otras funcionalidades.
¿Cómo descargar la 'app' de BBVA?
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García Gil añade que la cultura financiera va a influir en la complejidad de las herramientas que se utilicen y que “el nivel de renta o el tipo de perfil del inversor también van a determinar el uso de ciertos instrumentos o métodos de ahorro. Por ejemplo, los perfiles conservadores con más aversión al riesgo van a optar más por depósitos que por el mercado de valores”.