Ruteros y almas gemelas
La Ruta BBVA es una experiencia formativa que lleva a sus participantes a salir de su realidad habitual para darles a conocer un mundo alejado de sus vidas cotidianas. Pero, ¿qué pasaría si en el viaje coincides con tu mellizo? ¿Y si te presentas con tu hermano gemelo y solo uno resulta seleccionado? Conocemos dos casos que cumplen estas premisas.
Cuando en 2013, los gemelos Alejandro y David Santana se presentaron a la Expedición 2013 de Ruta BBVA, sabían que sería muy complicado que ambos fueran seleccionados. Lejos de considerarse rivales durante la preparación del trabajo, se ayudaron mutuamente. “Los trabajos los preparamos por separado, pero sí que compartíamos información que habíamos ido encontrando en nuestra investigación”, afirma David. Llegado el momento de consultar los listados de ruteros seleccionados, solo uno de ellos, David, aparecía entre los elegidos. “Fue un momento agridulce para ambos, pero lo tomamos con mucha deportividad”, comenta. Por su parte, Alejandro confiesa que en un primer momento sintió envidia y algo de rabia, pero en el fondo “me alegré mucho de que David fuese seleccionado porque se lo merecía e iba a vivir una experiencia increíble”.
Alejandro no perdió la esperanza y se presentó dos años después, logrando su beca para la edición de 2015. “Cuando yo tuve la oportunidad de volver a participar y logré ser seleccionado, mi hermano me dio muchos consejos que me ayudaron durante el viaje: llevar poco peso en la mochila, aprovechar cada momento como si fuese el último, conocer al mayor número de gente posible”, afirma Alejandro. David vivió la participación de su hermano con ilusión: “Yo ya sabía lo increíble que era una experiencia así, le seguía en la página web todo lo que podía y le escribía todos los viernes”.
David Santana, rutero 2013, y su hermano Alejandro Santana, rutero 2015
Ambos afirman que no hubieran preferido participar juntos, en palabras de David: “Nunca habíamos estado alejados tanto tiempo y fue una forma distinta de vivir la experiencia y de conocer a gente nueva”. A lo que Alejandro añade: “Al participar en diferentes ediciones, hemos vivido experiencias distintas que hemos podido compartir después”.
Los mellizos Ochoa de Ruta BBVA 2015
Muy diferente fue la experiencia para Marta y Jaime Ochoa, hermanos mellizos que participaron en la misma expedición. Un halo de preocupación pasó por sus cabezas al consultar los listados de seleccionados. “La sensación de encontrar tu nombre en las listas debe ser muy parecida a la de ganar la lotería, recuerdo perfectamente el día de la publicación de admitidos y el inevitable pensamiento de qué iba a pasar si alguno de los dos no entrábamos”, rememora Marta. Jaime prefiere ni imaginarlo: “Supongo que la decepción y la alegría la habríamos sentido ambos por igual”.
Finalmente, los dos lograron su plaza en la Ruta BBVA 2015 y no cambiarían la experiencia de participar juntos. “Desde pequeña y hasta el bachiller, he hecho prácticamente todo con mi hermano: íbamos a la misma clase, teníamos el mismo grupo de amigos... si ya los hermanos comparten mucho tiempo juntos, imagínate al ser mellizos. En Bachillerato elegimos caminos diferentes, y al iniciar nuestras carreras universitarias, nos distanciamos físicamente mucho más, pues vivimos en sitios diferentes”, comenta Marta.
Marta y Jaime Ochoa durante la Ruta BBVA 2015
Compartir este viaje les permitió recuperar esas sensaciones: “Lo mejor fue ver que todo lo nuevo que conocía y veía cada día también lo disfrutaba ella, hacer la Ruta BBVA con tu hermana es un plus”, sentencia Jaime.
Ambos coinciden al pensar en el mejor momento vivido durante la expedición y señalan una marcha especialmente dura por el cañón de Chicamocha en Colombia. “Mi hermano me dio ánimos en todo momento, y se ofreció a llevarme la mochila cuando no podía más. Fue una situación bastante extrema, y no sé si hubiera conseguido llegar arriba si no me hubiera ayudado”, afirma Marta.
Para los hermanos Ochoa, su participación conjunta resultó muy positiva: “Esta experiencia es un lazo más que nos une, pero no uno cualquiera, este es especial”, concluye Jaime.