River vs Olimpia: la Banda sonó afinada en La Plata
El estadio Único de La Plata es sin dudas uno de los más lindos de la Argentina. Moderno y cómodo, invita a disfrutar. Por eso, además de ser utilizado para partidos de fútbol y algunos de rugby, suele recibir recitales de bandas de rock que terminan castigando al césped. Cuando River y Olimpia salieron a jugar el sábado por la noche, se notaba que habían pasado algunos shows recientemente por el Único, se veían marcas desde las plateas y se apreciaba claramente que la pelota sufría por algunos piques ilógicos. De todos modos, el equipo de Marcelo Gallardo, con muchos suplentes, se acomodó sin problemas y dio un concierto con todos los ingredientes.
El conjunto paraguayo había jugado hace apenas un mes otro amistoso, frente a Boca, que terminó en escándalo por un penal mal cobrado sobre el final e hizo que los jugadores visitantes abandonaran el campo de juego. El sábado, si bien hubo algunos fallos discutibles, no se fueron antes de la cancha, pero algunos jugadores parecían con ganas de hacerlo.
El primer tiempo fue entretenido, parejo, con leve predominio del equipo argentino, que ya mostraba a Mora como uno de los mejores jugadores de la cancha, haciendo un surco por la derecha. El uruguayo Iván Alonso, de cabeza, abrió el marcador muy temprano, cuando todavía se estaban acomodando los equipos. Así, Olimpia se vio obligado a buscar caminos hacia el empate y el trámite se hizo entretenido para los 20.000 hinchas de River y los 5.000 de Olimpia, que le dieron color a las tribunas del Único. El capitán visitante Bareiro marcó el empate cuando quedaba poco del primer tiempo.
Segunda parte: inicio furioso de River
La segunda parte mostró un inicio furioso de River. Después de un córner mal cobrado, llegó el segundo gol del equipo argentino, luego de un rebote fortuito, antes de los diez minutos el debutante Martínez Quarta metió el tercero con un cabezazo y enseguida Denis Rodríguez convirtió el cuarto con una definición exquisita, colgando la pelota en el ángulo izquierdo. Todavía quedaba media hora de partido, pero River bajó la intensidad y Olimpia quedó completamente atontado por la seguidilla de golpes certeros recibidos en el mentón.
Quedó para el cierre el gol de Lucas Alario, que sirve como mimo para un goleador que llegaba gritando poco últimamente. La banda ya había dado todo, en un show que fue reconocido con los aplausos del público. Fueron cinco goles, pudieron ser algunos más. Olimpia penó durante gran parte del segundo tiempo, con mayor ansiedad por escuchar el silbato final del árbitro que soñando con descontar y hacer un poco más digna la derrota.