Riesgos en la renta fija
En toda inversión existe siempre una relación entre rentabilidad y riesgo. Siempre asociamos la renta variable como algo de riesgo y la renta fija como una opción exenta de riesgo, pero con una rentabilidad menor. Es normal, por tanto, que en épocas de crisis e incertidumbre, el dinero fluya en busca de la seguridad de la renta fija. Vamos a ver sin embargo que la renta fija no está tan exenta de riesgos como podría parecer en un principio.
Hay, básicamente, dos tipos de emisiones de renta fija: las que emite el estado (Deuda Pública) y las que emiten las empresas (Deuda Privada) con el objetivo de financiarse. El riesgo más evidente es la solvencia del emisor. Está claro que en el caso de deuda pública el riesgo de impago es nulo. Sin embargo, en el caso de la deuda privada sí que nos podemos encontrar con que al final la empresa quiebre y no veamos los intereses prometidos de nuestra inversión.
Hay un tipo de renta fija conocida como los bonos “high yield” (de alta rentabilidad). Aunque estas emisiones son de renta fija, hay que tener en cuenta que no suponen una alternativa real a la inversión en renta variable ya que su riesgo es parecido. De hecho, sus resultados suelen ir bastante correlacionados ya que ambos tipos de inversiones se ven afectados por los ciclos económicos.
Por lo tanto, para reducir el riesgo en nuestra cartera de renta fija podemos seguir ciertas pautas:
- Centrar nuestras inversiones en deuda pública de países desarrollados.
- Seleccionar emisiones de empresas de altísima solidez financiera.
- Comprar emisiones de instituciones oficiales.
Hay un segundo tipo de riesgo, que supone las fluctuaciones de tipos de interés. Veamos un ejemplo:
Compramos una emisión de un bono de 1000 euros a 10 años que ofrece un interés del 5%. El valor inicial de nuestra inversión es de 1000 euros. Tras un año recibimos el pago del primer cupón de 50 euros (el 5% de 1000).
Si para entonces los tipos de interés han subido y los bonos a 9 años ofrecen una rentabilidad del 6%: ¿cómo puede un bono con un cupón del 5% rentar un 6%? Muy fácil, disminuyendo su precio de mercado. Si el bono en cuestión pasa a valer 833 euros (en lugar de los 1000), pasa a ofrecer a quién lo compre una rentabilidad del 6%.
De esta manera nos encontramos con que si queremos vender nuestra emisión de renta fija, nos darán por ella los 833 euros más los 50 euros que hemos cobrado. Vemos que terminamos con 883 euros, con lo que nuestra inversión de 1000 euros en vez de ganar un 5% ha perdido un 16,7%.
Por lo tanto, es importante entender y conocer las inversiones que compramos para saber qué riesgos asumimos con ellas.