La revolución digital, un reto lleno de oportunidades con las políticas adecuadas
El Instituto de Estudios Fiscales celebra esta semana el VI Encuentro de Derecho Financiero y Tributario. Rafael Doménech, responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research, impartió en la ponencia inaugural una conferencia sobre el futuro del empleo ante la revolución digital.
“Tendencias y retos del Derecho Financiero y Tributario” es el nombre que recibe el VI Encuentro de Derecho Financiero y Tributario organizado por el Instituto de Estudios Fiscales. El futuro del empleo, la robotización, la regulación de las monedas virtuales o las perspectivas del Impuesto sobre Sociedades en la era digital son algunos de los temas tratados por numerosos expertos durante estas jornadas. Rafael Doménech ha sido uno de ellos. El economista de BBVA Research inauguró el encuentro reflexionando acerca del empleo y los cambios tecnológicos en una presentación titulada “El Impacto del Cambio Tecnológico y el Futuro del Empleo”.
Hoy en día existen multitud de opiniones acerca de si el cambio tecnológico va a ser positivo o negativo para el empleo. Rafael Doménech ha defendido que el debate no es nuevo. A lo largo del siglo XIX pueden encontrarse visiones pesimistas como, por ejemplo, la de Karl Marx, quien ya aseguraba que las máquinas sustituirían a los trabajadores y que esa contradicción supondría el fin del capitalismo, frente a la visión más optimista de David Ricardo. Más recientemente, el historiador económico Joel Mokyr sostiene que el pesimismo solo refleja nuestra falta de imaginación, pues “el futuro contiene ocupaciones que nos parecerán tan extrañas como muchas de las actuales a nuestros abuelos”.
Pasado, presente y futuro del empleo
Desde principios del siglo XX las distintas revoluciones industriales han supuesto cambios importantes en la estructura del empleo. Según Rafael Doménech, en este tiempo el progreso técnico no ha destruido empleo a nivel agregado. Por ejemplo, en 2017 la tasa de desempleo en Estados Unidos era prácticamente la misma que a comienzos del siglo XX, a pesar del crecimiento de la población activa y del crecimiento de la productividad. No obstante, la transformación tecnológica sí ha provocado algunos cambios importantes:
- El progreso técnico, la globalización y los cambios en las preferencias de consumo han producido importantes cambios en la composición sectorial del empleo. Así, el sector agrario ha perdido trabajadores (y ha ganado productividad) y se demandan más empleados en el sector servicios.
- El progreso técnico ha permitido una disminución de las horas de trabajo por ocupado. La razón no ha sido tener que repartir del empleo entre trabajadores, sino que el aumento de la productividad y de la renta per cápita se ha dedicado a un mayor consumo y a una mayor demanda de ocio.
- Por último, cabe destacar que a pesar de que el progreso técnico puede afectar a la desigualdad, no existe una relación unívoca entre ellos. Así, existen otros muchos factores como la demografía, la globalización, la igualdad de oportunidades, el Estado de bienestar o las regulaciones que afectan al crecimiento o disminución de la desigualdad.
En la actualidad y haciendo un análisis a nivel agregado, parece que la automatización, por mucho que implique la sustitución de trabajo por robots a nivel microeconómico, provoca un balance neto positivo a nivel agregado. Así, ha afirmado Rafael Doménech, los países más avanzados en robotización y en digitalización son los que presentan menores tasas de paro. Sin embargo, esta automatización si está provocando una polarización en la distribución del empleo (crece más entre las ocupaciones de mayores y menores salarios) y una prima salarial a favor de los trabajadores con estudios superiores respecto a aquellos con menores niveles de estudios.
De cara al futuro, BBVA Research considera que el 36% del empleo en España se encuentra en riesgo elevado de automatización (frente al 47% de Estados Unidos), si no se analizan las tareas que realiza cada ocupación. Cuando se tiene en cuenta que unas tareas pueden ser automatizadas y otras no, el riesgo se reduce al 12%. De cualquier manera, el cambio tecnológico en curso supone un gran reto para el mundo, en general, y para la sociedad española, en particular.
¿Cómo gobernar el cambio?
Para superar el reto que supone la transformación digital, Rafael Doménech ha destacado que es imprescindible que la sociedad se prepare y gobierne el cambio de manera activa con un amplio conjunto de políticas:
- Educación de calidad y a lo largo de toda la carrera laboral. En España el 35% de la población adulta entre 25 y 34 años no ha estudiado más allá de la Educación Secundaria Obligatoria y solo un 40% cuenta con estudios superiores. Esta desigualdad supone que un tercio de la población joven podría no estar adecuadamente preparada para la transformación digital. Por eso, es esencial una mejor y más flexible formación, tanto en la etapa educativa como posteriormente con la formación continua y el reciclaje.
- Políticas de empleo eficaces. Hace falta mejorar tanto las políticas activas (que aumentan la empleabilidad de los trabajadores) como las pasivas (la eficiencia de las prestaciones en caso de desempleo) para conseguir, entre otras cosas, la eliminación de barreras en la creación de empleo, reducir los periodos de paro o mejorar el proceso de emparejamiento entre vacantes y desempleados.
- Un Estado de bienestar eficiente y la calidad de las instituciones resultan esenciales para garantizar la igualdad de oportunidades. Por ello, hay que buscar políticas públicas que garanticen la equidad al menor coste posible en términos de empleo e innovación. Y es que el reto es repartir la nueva riqueza, no frenar su creación.