Otro reto para el empleo: la nueva revolución industrial
El mundo está cambiando. La nueva revolución industrial trae consigo una transformación tecnológica y digital donde el 'big data', la robotización, la inteligencia artificial o el internet de las cosas están a la orden del día. En este contexto, la sociedad se pregunta sobre el futuro del empleo y sobre el impacto de estos cambios en la creación de nuevos puestos de trabajo. Una infografía de BBVA Research repasa el pasado, presente y futuro de esta revolución.
Los pesimistas afirman que la revolución tecnológica será responsable de la automatización de muchos trabajos y, en consecuencia, de la destrucción masiva de empleo. Los optimistas, en cambio, aseguran que el cambio fomentará la creación de nuevas ocupaciones, muchas de ellas todavía inexistentes, y plataformas que faciliten el intercambio de nuevos trabajos. 'Youtubers', 'App developers' o 'Webmasters' son solo algunos ejemplos de estas nuevas ocupaciones.
Lo cierto es que, aunque muchas ocupaciones han ido desapareciendo con las revoluciones industriales anteriores, la historia demuestra que hasta el momento los optimistas han tenido razón a largo plazo. Como ejemplo, la renta 'per cápita' en Estados Unidos se multiplicó por siete en el siglo XX. Pero la tasa de desempleo sigue siendo similar a la de hace más de 100 años, a pesar del aumento de la población activa y de la pérdida masiva de empleos en el sector primario.
Ahora, en los inicios de la actual revolución industrial, el mercado de trabajo se enfrenta a nuevos retos que deberán transformarse en oportunidades para crear empleo de calidad, estable y productivo.
¿Cuáles son esos retos?
La automatización y la digitalización desempeñan papeles protagonistas en la revolución industrial 4.0. Sin embargo, no puede concluirse que impliquen más paro agregado. Es cierto que la automatización supone en muchas ocasiones la sustitución de ocupaciones por robots. Pero, al mismo tiempo, aumenta los salarios reales de muchos trabajadores, y favorece el desarrollo de nuevas actividades y la creación de empleo neto en otras ocupaciones.
De hecho, la evidencia internacional indica que existe una relación negativa entre intensidad en el uso de robots en la industria y tasa de paro. Por su parte, también se comprueba que los países más digitalizados no presentan mayores tasas de desempleo, de manera que tampoco puede establecerse una relación de causalidad entre digitalización y paro. Aunque los países que más han avanzado en robotización y digitalización tengan tasas de desempleo menores, esto no significa que no se estén produciendo efectos disruptivos sobre otros ámbitos económicos y sociales.
En el futuro, robots, 'big data', internet de las cosas y otros avances de la revolución tecnológica irán destruyendo los puestos de trabajo tradicionales que queden obsoletos y que no tenga sentido mantener, para crear otros nuevos, en muchos casos más productivos. El reto consiste, en este contexto, en gobernar activamente el cambio con políticas que fomenten la innovación y su difusión, mejoren la formación y preparación de los trabajadores, generen empleo, promuevan la igualdad de oportunidades y la equidad, y mejoren el funcionamiento de las instituciones bajo las cuales se desarrolla la actividad económica.
El futuro del empleo | Infograrfía: BBVA Research