Recuperación económica: 2016, el año de la consolidación
España tiene grandes retos por delante en este año que acaba de comenzar; pero, sin duda, el más importante es consolidar la recuperación económica y aumentar la creación de empleo. Los expertos coinciden en destacar que lo más importante es la estabilidad y la continuidad en las reformas para que sigan dando sus frutos.
Crecimiento del PIB acompañado del aumento del consumo privado y de la inversión.
Las previsiones apuntan a que en 2016 la recuperación de la economía española continuará y el PIB español seguirá previsiblemente mostrando tasas de crecimiento de entre el 2,5% y el 3% (en términos anualizados) durante los siguientes trimestres. Pero este crecimiento debe estar acompañado de ciertos factores que lo sustenten.
En primer lugar, el progresivo ajuste de los desequilibrios internos permitirá que la demanda interna siga dando señales de fortaleza, por lo que tanto el consumo privado como la inversión continuarán creciendo con fuerza durante 2016.
Evolución del PIB mundial: clave para la recuperación económica española.
Asimismo, el entorno global será clave para apoyar la recuperación económica de España. BBVA Research estima que éste será lo suficientemente favorable como para impulsar ligeramente la actividad global y que, aunque el crecimiento del PIB mundial se mantendrá en 2016 por debajo de su promedio histórico, se espera una moderada aceleración durante los próximos trimestres.
Esta evolución también se repetirá entre las economías desarrolladas y, en particular, en la europea. En el escenario base de BBVA Research EE.UU. crecerá cerca del 2,5% y la eurozona un 1,8%.
Las previsiones apuntan a que en 2016 la recuperación de la economía española continuará y el PIB español seguirá previsiblemente mostrando tasas de crecimiento de entre el 2,5% y el 3%"
Política monetaria expansiva y precio del petróleo.
Otro factor a tener en cuenta durante 2016 será la política monetaria expansiva del BCE. El precio del petróleo continuará en niveles bajos, lo que contribuirá a mantener la competitividad de las empresas españolas y la renta disponible de los hogares.
Los retos del Gobierno español.
Pero aunque el contexto internacional será favorable para España, persistir en la reducción del déficit y de la deuda pública, así como reducir permanentemente el desempleo y mantener la ventaja competitiva que se ha logrado a través de la implementación de reformas ambiciosas, constituyen los retos más importantes a los que se enfrentará el nuevo Gobierno español.
Además, los resultados electorales han provocado, por el momento, un deterioro adicional en la percepción de riesgo sobre la economía española, producto de la incertidumbre política, que ya había venido aumentando a lo largo de 2015. Una incertidumbre que desde principios de 2015 ha supuesto un aumento cercano a unos 50 puntos básicos del coste de emisión de deuda para el Tesoro español en relación con el italiano a 10 años.
De mantenerse o empeorar esta situación durante los próximos meses, la recuperación de la economía española podría debilitarse, poniendo en riesgo la posibilidad de mantener tasas de crecimiento del PIB y del empleo cercanas al 3%. Además, ese escenario de mayor incertidumbre política podría acarrear dificultades para continuar avanzando en la senda de la consolidación fiscal y en el proceso de reformas estructurales que el país todavía necesita.
Factores internacionales que pueden afectar la recuperación económica.
Asimismo, existen otro tipo de riesgos de carácter internacional que podrían influir en la evolución de la economía española y que habrá que seguir de cerca durante este ejercicio que ahora comienza.
Los principales tienen que ver con la posibilidad de que se produzca una desaceleración más intensa de lo esperada en las economías emergentes, particularmente en China; la respuesta de la economía mundial y de EE.UU. a las sucesivas subidas de tipos de interés por parte de la Fed; los resultados del referéndum en Reino Unido sobre el Brexit; la consecución de objetivos del programa de ajuste en Grecia; la crisis migratoria en Europa y, finalmente, el terrorismo internacional y los riesgos geopolíticos, principalmente en Oriente Medio.