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Arte,cultura y espectáculos Act. 22 ene 2019

Real Cédula de Trujillo es declarada Patrimonio Cultural del Perú

El Ministerio de Cultura del Perú acaba de declarar como Patrimonio Cultural de la Nación la Real Cédula que otorga el Escudo de Armas a la ciudad de Trujillo, firmada en 1537. Hoy en día, el original de dicha cédula es custodiada por la Fundación BBVA Continental en la Casa de la Emancipación.

Real Cédula de Trujillo es declarada Patrimonio Cultural del Perú

Entre los siglos XV y XIX, una real cédula era una orden expedida por el rey de España para establecer pautas legales y ordenar alguna acción concreta.

Fue así que el 7 de diciembre de 1537, el emperador Carlos V y su madre, la reina Juana de Castilla, suscribieron una Real Cédula para otorgarle un Escudo de Armas a la Villa de Trujillo y elevarla a la categoría de ciudad. Hoy en día Trujillo, capital del departamento de La Libertad al norte del Perú, es una de las ciudades más importantes del país.

En el siglo XIX la Real Cédula desapareció y recién se encontró en 1960 cuando se puso a subasta en una librería de Londres. Allí fue adquirida por una persona que la entregó al municipio de Trujillo, quien posteriormente le otorgó su custodia a la Fundación BBVA Continental en la Casa de la Emancipación.

Este año, el Ministerio de Cultura ha declarado que esa Real Cédula sea considerada Patrimonio Cultural de la Nación, destacando la importancia del documento por su significado histórico y por el valor político-social del escudo, debido a que blasones de ese tipo son los que empiezan a configurar la identidad de las nuevas comunidades, familias y ciudades asentadas en el nuevo mundo.

El escudo de armas de la ciudad de Trujillo fue otorgado el 7 de diciembre de 1537 mediante Real Cédula por el emperador Carlos V.

Interpretando el documento

Está escrito a mano con letra gótica sobre papel con tinta y pluma, en el centro lleva el escudo de armas sobre fondo rojo. El escudo de la ciudad está pintado con tintas de color y está firmado por el emperador Carlos V, Carlos I de España, con una rúbrica que dice “Yo, el rey”. Actualmente se conserva y exhibe en una vitrina de vidrio, ubicada en el salón principal de la Casa de la Emancipación, sobre una superficie de tela.

La Real Cédula destacó en su momento por su potencial unificador y cohesionador, y lo hace ahora por el significado colectivo que todavía conserva para la ciudad de Trujillo.

La agencia de noticias Andina señala que, de acuerdo al contexto histórico y la simbología heráldica, los elementos del escudo de armas de Trujillo se interpretan de la siguiente forma:

El campo azul. Simboliza la lealtad, la obediencia, la justicia, la obligación de servir y proteger la agricultura, así como también de socorrer a los servidores necesitados.

Las ondas del mar y las columnas de Hércules. Significan la fuerza y firmeza del dominio español que se extiende más allá del océano.

La letra K de oro. Del alemán Karolus, significa la dominancia del emperador Carlos V sobre los reinos conquistados.

La corona real de oro cruzada por dos bastones. Representa la monarquía española y la sumisión de los pueblos americanos a esta.

Los dos bastones dispuestos en cruz aluden a la Cruz de Borgoña, cuya simbología en heráldica refiere al caudillo invicto en combate.

El grifo (ser mitológico con cuerpo de león y cabeza de águila) mirando hacia la derecha y abrazando el escudo significa la fuerza, audacia, rapidez, firmeza, vigilancia y reflexión en contra de los aduladores.

La Casa de la Emancipación, ubicada a una cuadra de la Plaza de Armas de Trujillo, recibe su nombre porque en ella se proclamó la Independencia del Perú el 29 de diciembre de 1820.

La casa de la historia

La Casa de Emancipación, administrada por la Fundación BBVA Continental, recibe su nombre porque fue en ella donde se proclamó la independencia del Perú el 29 de diciembre de 1820, siete meses antes de que el General don José de San Martín lo hiciera en Lima.

El recinto, ubicado a una cuadra de la Plaza de Armas de Trujillo y proclamado monumento histórico en 1971, recibe anualmente a más de cien mil visitantes y es un dinámico centro turístico y de divulgación cultural. Sus ambientes están dedicados a preservar y difundir la obra del gran poeta de Santiago de Chuco, César Vallejo, así como la del obispo Baltasar Jaime Martínez de Compañón, quien en el siglo XVIII retrató en un conjunto de acuarelas la flora, fauna, costumbres, música y arqueología del norte peruano.

La Casa de la Emancipación dedica también una amplia galería para la difusión del arte moderno, mediante el montaje de exposiciones temporales, y cuenta con una atractiva librería.