¿Qué son los pagos instantáneos y cómo se regulan?
Los pagos instantáneos o pagos inmediatos son aquellos en los que el dinero está disponible en pocos segundos - casi en tiempo real - en la cuenta del beneficiario a cualquier hora del día, todos los días del año. En países como España, que está a la vanguardia de la adopción de este tipo de transferencias en la Unión Europea, los pagos inmediatos han permitido desarrollar soluciones de pago como Bizum. El reto es conseguir el desarrollo de soluciones de pago que permitan hacer lo mismo entre distintos países dentro de la Unión Europea.
A través de los pagos instantáneos, se pueden ordenar y recibir pagos en euros por vía electrónica - ya sea a través de la banca online o la app de banca móvil - en cualquier momento y en cualquier lugar. Estos pagos inmediatos permiten a los particulares repartirse, por ejemplo, el pago de una cuenta en un restaurante de forma inmediata o hacer transferencias que lleguen en el momento para realizar cualquier pago. Pero también tiene aplicaciones positivas en el comercio electrónico. En su caso, reduce el riesgo de no cobrar para los vendedores, en la medida en que se puede sincronizar el pago con el envío de las mercancías o la prestación de servicios. También tiene aplicaciones para los negocios entre empresas, que facilitan el flujo de efectivo de forma inmediata y agilizan los pagos.
Por otro lado, los pagos instantáneos pueden ser útiles también desde las perspectiva de la inclusión financiera, ya que la digitalización de estos servicios y la posibilidad de realizar o recibir pagos y transferencias de forma instantánea desde un teléfono móvil puede servir como incentivo para acceder por primera vez a los servicios financieros o usarlos con mayor asiduidad.
Para hacer este tipo de pagos más convenientes cada vez son más las soluciones que permiten realizar este tipo de pagos sin conocer el número de cuenta del beneficiario. El mecanismo es sencillo: en primer lugar, hay que acceder a la app o web del proveedor de servicios de pago (entidades de crédito, de pago o de dinero electrónico); y después, se asocia un número de teléfono móvil o una dirección de correo electrónico. Con esto ya se puede realizar la operación.
En España, Bizum permite que tan sólo con indicar el número de móvil de la persona a la se envía el pago, la orden se liquide en cuestión de segundos. Este servicio está integrado en la app del banco del usuario y usarla es tan sencillo como mandar un mensaje de texto. Para que esto sea posible solo hace falta que ambas partes estén adheridas al sistema para que funcione.
Los pagos instantáneos europeos, la zona SEPA
Para que esto sea una realidad en el conjunto de la Unión Europea, los proveedores europeos de servicios de pagos acordaron la creación de un conjunto de reglas y estándares conocido como esquema de transferencias SEPA. Este esquema se puso en funcionamiento en 2008, aunque hasta 2014 convivió con los distintos instrumentos de cada país.
La transición requirió una armonización de las normas nacionales aplicables a los servicios de pago, que tuvo lugar en noviembre de 2009 con la entrada en vigor de la primera Directiva de Servicios de Pagos así como de la aprobación de un Reglamento en 2012 que impuso el 1 de agosto de 2014 como fecha límite para la migración de los instrumentos nacionales a los esquemas SEPA.
Por lo tanto, la SEPA es la Zona Única de Pagos en euros. Su objetivo es que los ciudadanos europeos puedan pagar en euros a beneficiarios de cualquier país de la UE —mediante adeudo directo, tarjeta de débito o transferencia— con la misma facilidad, seguridad y eficiencia que dentro de su propio país.
Posteriormente, en noviembre de 2017 entró en vigor un nuevo conjunto de reglas y estándares para realizar transferencias de forma instantánea, el esquema SEPA de transferencias instantáneas. Gracias a él, es posible realizar transferencias, nacionales y transfronterizas, en menos de 10 segundos, hasta un límite de 100.000 euros.
Para facilitar que más proveedores de servicios de pagos ofrezcan pagos instantáneos, el Banco Central Europeo desarrolló en 2018 su propia infraestructura -servicio TARGET instant payment settlement (o TIPS). Con el fin de facilitar que más clientes de toda Europa puedan enviar o recibir este tipo de pagos, desde finales de 2021 todos los bancos que ofrezcan pagos instantáneos deben participar en la infraestructura del Banco Central Europeo.
Por su parte, la Comisión Europea ha anunciado la publicación de una iniciativa específica en septiembre de 2022 que incluirá medidas adicionales orientadas a promover el uso de los pagos instantáneos en la UE y el desarrollo de soluciones de pago paneuropeas.
El sistema SWIFT para pagos fuera de la Unión Europea
Cuando los pagos se realizan fuera del ámbito europeo (zona SEPA), entra en juego SWIFT. Hasta 1973, los pagos de país a país eran procesos muy complejos y con errores. Ese año, 239 bancos de 15 países crearon la red SWIFT (siglas de Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication), con el objetivo de hacerlos más rápidos, fáciles y seguros. Casi medio siglo después, SWIFT conecta a más de 11.000 entidades financieras y más de 200 países y territorios entre sí, que han logrado estandarizar el proceso para que se complete en plazos de entre 24 y 48 horas.
En los últimos años la red está desarrollando varios proyectos innovadores para acortar aún más los procesos. Así, en 2018 lanzó SWIFT gpi, un servicio que procesa los pagos de manera más rápida, los traza de principio a fin y ofrece mayor información sobre su estado. BBVA fue uno de los diez primeros bancos en adherirse a nivel mundial y, además, lideró su implantación en España, México, Perú y Turquía.
En 2021, BBVA fue el primer banco español en lanzar SWIFT Go, que permite enviar pagos de bajo importe a otro país con rapidez, seguridad y transparencia sobre el procesamiento. Esta solución responde a la creciente necesidad de pymes y particulares de poder contar con un método de pago rápido para sus operaciones y compras ‘online’ en otros países.
Estas iniciativas de SWIFT son una aportación fundamental de la industria financiera al proyecto de mejora de los pagos transfronterizos que lanzó el G20 en 2020 y se extenderá hasta finales de 2027.