¿Qué es un bono basura?
Los bonos de alto rendimiento son títulos de renta fija de baja calificación crediticia emitidos por una empresa o por un estado. También son conocidos coloquialmente como "bono basura" o ' high yield' en inglés. Su principal característica es que presentan un riesgo elevado de impago tanto del capital como de los intereses aunque, para compensarlo, ofrecen una rentabilidad elevada.
Un bono basura puede ser determinado como tal bien porque sea emitido por un emisor cuyo rating esté situado en el grado especulativo o por su propia estructura. Su calificación crediticia está por debajo de la barrera BBB (Baa en el caso de Moody's).
El mercado de bonos basura suele contar con inversores especializados (fondos de inversión, seguros, gestores de patrimonio, de inversión alternativa) que buscan un mayor rendimiento a cambio de asumir un mayor riesgo. Muchos de los inversores "tradicionales" tienen prohibido invertir en activos cuyo rating sea inferior a uno concreto.
Emisor calificado con grado especulativo
Las agencias de rating diferencian a los emisores que califican en dos grupos: aquellos que tienen grado de inversión ('investment-grade') y grado especulativo ('high-yield'). Las razones que llevan a que un emisor tenga un rating "high yield" pueden ser muy diferentes: elevados niveles de endeudamiento, necesidades adicionales de financiación, que pertenezcan a un sector de actividad que implique un mayor riesgo o desconocimiento del mismo en mercado. Todo ello se puede llevar a que disminuya el grado de confianza de que sea capaz de cubrir oportunamente sus obligaciones de deuda o lo que es lo mismo, a un mayor riesgo de impago.
El hecho de que la calificación de una empresa baje al grado especulativo puede tener consecuencias significativas: un aumento de su coste de financiación o mayor dificultad para acceder a los mercados.
Bonos basura emitidos por empresas con grado de inversión
Sin embargo, los bonos "high yield" no son emitidos únicamente por empresas con rating por debajo del grado de inversión. De hecho, muchas compañías acuden directamente al mercado mediante emisiones de este tipo para obtener financiación Ello les permite además diversificar sus fuentes de financiación y poder obtener fondos con un vencimiento más largo. Es lo que se llama desintermediación y fue una práctica que se hizo más habitual entre las empresas españolas durante la crisis al restringirse su acceso a la financiación bancaria.