¿Qué se necesita para planificar correctamente la jubilación?
A priori, parece que contar con una buena educación financiera podría ser suficiente para planear el retiro. Sin embargo, la investigación de la Asociación Mexicana de Afores (AMAFORE), dirigida por Jean Paul Madrigal, seleccionada por el Centro para la Educación y Capacidades Financieras de BBVA en la primera edición de BBVA EduFin Research Grants, revela que hace falta algo más.
En 2018, el Centro para la Educación y Capacidades Financieras de BBVA, anunció la primera edición de las BBVA EduFin Grants, una convocatoria dirigida a investigadores y académicos de universidades, institutos de investigación y centros de estudios, con el fin de apoyar y financiar, anualmente, una selección de investigaciones sobre temas relacionados con la educación financiera en el mundo.
Esta primera edición ha llegado a su término y los cinco investigadores finalistas, que consiguieron su beca tras presentar su propuesta, ya han concluido sus investigaciones, tras un año de trabajo, que se irán publicando en la página web del Centro. La primera de ellas, realizada por un equipo de investigación de AMAFORE, compuesto por Jean Paul Madrigal, Asunción González y Cecilia Gómez, busca soluciones a un problema global: la falta de preparación financiera para el retiro, entre la población trabajadora formal e informal.
Alcance global
La preparación del retiro sigue siendo una asignatura pendiente, a nivel global, a pesar del progresivo envejecimiento de la población. Según datos del Fondo de Población de Naciones Unidas (FPNU) y HelpAge International, que aparecen reseñados en el trabajo, cada dos segundos, en alguna parte del planeta, dos personas celebran su sexagésimo cumpleaños. A este ritmo, se espera que para 2050 haya aproximadamente dos mil millones de personas adultas mayores, lo que supondría aproximadamente el 22% de la población mundial, es decir, casi el doble de lo que representan hoy, el 11,5%. “Ciertamente, la seguridad económica en la vejez es un reto de alcance global”, afirma Madrigal en este estudio.
En México, la AMAFORE realizó en 2014 un estudio comparativo que ubicaba al país como menos preparado para el retiro. “México presenta un panorama desafiante que combina niveles de preparación financiera para el retiro demasiado bajos con un sistema de pensiones que proyecta tasas de reemplazo muy modestas”, según explica Madrigal. Ante semejante situación, esta investigación busca estudiar posibles soluciones a este problema: “La suficiencia de la educación financiera en la planeación del retiro: Un estudio experimental entre la población trabajadora”.
¿Es suficiente la educación financiera para asegurar una mejor toma de decisiones en el momento de preparar financieramente el retiro? Según la investigación, este tipo de conocimiento es “un aliado relevante” para estimular el hábito de ahorro en general, ya que las personas mejor preparadas en este campo, ahorran más. Sin embargo, al momento de ahorrar para la jubilación, las cosas son muy distintas: “La visión de los mexicanos sobre el tema se define como una paradoja entre una creciente conciencia y preocupación por planear el retiro y una falta de acciones concretas”, afirma el estudio. La razón es que el retiro y la vejez suelen entenderse como “etapas lejanas, poco deseadas, en las cuales es mejor no pensar”.
Emoción vs razón
Esta investigación se basan en la metodología experimental Prueba Controlada Aleatoria, con una muestra de 150 personas trabajadoras, residentes en la Ciudad de México, cuyas edades oscilan entre los 20 y 40 años. Esta elección se debió a dos razones: “En primer lugar, a que el retiro es una preocupación más importante para aquellas personas que participan en el mercado laboral. En segundo lugar, la preparación financiera para el retiro es un reto mayor entre las poblaciones más jóvenes, a pesar de que son las que tienen la posibilidad de hacerlo oportunamente”. No obstante, reconoce que los resultados se deben leer considerando que se trata de una población mayoritariamente urbana.
Los participantes se expusieron a diferentes tratamientos, que buscan estimular la preparación financiera para el retiro, con el objetivo de encontrar estrategias efectivas que permitan avanzar en el diseño de nuevas soluciones. Tras analizarlos, en una primera etapa de la investigación, se confirmó que no es posible concluir una relación significativa entre educación financiera y preparación financiera para el retiro. Lo que se necesita para revertir esta situación es, “un proceso de concienciación, que permita entender el retiro y la vejez como una etapa de cambios, pero no necesariamente de incertidumbre, para la que es importante empezar a prepararse a tiempo”.
A fin de estimular preparación financiera para el retiro, se pusieron en marcha dos estrategias de concienciación: una racional y otra emocional. La primera, basada en la adquisición de conocimientos, resultó efectiva para llamar a acción más concretas, mientras que la segunda, para estimular actitudes positivas hacia la jubilación y el envejecimiento.
Sin embargo, la eficacia de una o de otra dependía de otro factor importante: “El tratamiento emocional parece ser más exitoso entre los trabajadores informales, mientras que el tratamiento racional tiene mejor recepción entre los trabajadores formales”. Lo anterior invita a reflexionar sobre factores institucionales que también deben tomarse en cuenta a fin de contar con poblaciones mucho más preparadas para su futuro.
La importancia de la acción
Además de la necesidad de combinar factores emocionales y racionales en las estrategias de educación financiera enfocadas a la jubilación, esta investigación ha revelado que, si bien es cierto que la Educación Financiera es indispensable, “no es funcional esperar a que las personas asocien por sí mismas conceptos, herramientas o conductas financieras, que se utilizan día a día, con la necesidad de prepararse para el retiro”.
Para contribuir con la preparación de futuros más seguros, es fundamental establecer un proceso de concienciación que vincule la educación financiera con la preparación del retiro. Dicho proceso, apoyado por las instituciones de cada país, tiene que combinar factores racionales enfocados en la educación financiera, con factores emocionales que sirvan para cambiar la actitud hacia la vejez y el retiro. De esta forma, las personas podrán ponerse en acción y planear su jubilación de una forma más informada y oportuna.
Si desea consultar el estudio completo haga clic aquí.