¿Qué impacto tendrá la crisis del COVID-19 en los sistemas de pensiones?
La emergencia sanitaria provocada por el COVID-19 ha obligado a un parón repentino en la actividad económica en muchos países y tendrá enormes consecuencias presupuestarias para todos los programas de bienestar, incluidos los sistemas de pensiones. Según un trabajo elaborado por el Foro de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones, para los sistemas de pensiones de reparto, como el español, la caída de los ingresos por las menores cotizaciones tendrá que ser compensada con impuestos o con la emisión de deuda.
Según el Foro de Expertos, es un buen momento para ver la potencialidad de los mecanismos automáticos de ajuste de los sistemas de pensiones. Aunque diseñados para medir el efecto de cambios estructurales -permanentes- económicos y demográficos, y por lo tanto no cíclicos y transitorios como se espera que sean lo efectos derivados del COVID-19, permiten medir de forma dinámica las consecuencias sobre la sostenibilidad de los sistemas previsionales de situaciones como la actual, pudiendo ser desprogramados o reprogramados para actuar en forma reversa de ser necesario.
El Foro de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones ha elaborado un decálogo de preguntas y respuestas sobre el posible impacto de la emergencia sanitaria en los sistemas de previsión social. Según explican en este trabajo, una de las consecuencias inmediatas de la repentina y fuerte reducción de la actividad económica es la generalización de vacíos de cotización en la carrera laboral debido a desempleo. “Estos ceses de actividad pueden acabar siendo muy malos tanto para los derechos futuros de los trabajadores como para la sostenibilidad instantánea del sistema de pensiones”, señalan. Esta situación se agravaría si el desempleo se enquista y afloran situaciones de paro de larga duración.
El impacto de la crisis en las carreras laborales puede poner en peligro la reanudación de las mismas, especialmente en el colectivo de más edad, cuyo capital humano a menudo está vinculado a un desempeño laboral persistente en tareas homogéneas. Así, mientras los trabajadores más jóvenes pueden reorientar sus carreras en un momento dado, serían necesarias políticas de recualificación y formación para los trabajadores de más edad, algo que ya se venía demandando antes de la crisis sanitaria actual, pero que esta no ha hecho sino incrementar.
Según el Foro de Expertos, el impacto del desempleo sobre los sistemas de pensiones dependerá mucho de cómo están diseñados y de cómo se calculan los derechos de pensión en función del número de años trabajados y cotizados. “En la mayoría de los países de la OCDE, los periodos de inactividad episódicos por causas objetivas (por ejemplo, permisos parentales, enfermedad o desempleo) están cubiertos por créditos o puntos de pensión dentro de ciertos límites o condiciones (formación, activación y búsqueda de empleo) y, en general, no afectan excesivamente a la pensión final tanto propia como de familiares con derecho a pensión (supervivencia)”, apunta el informe.
No obstante, la efectividad de estos mecanismos para paliar las lagunas de cotización dependerá de la duración y frecuencia de los episodios de inactividad laboral, las bases de cotización del trabajador y el sistema de totalización de las mismas a lo largo de la carrera laboral; es decir, si para el cálculo de la pensión se contabilizan los mejores años de cotización, los últimos años o toda la carrera laboral.
La caída de los ingresos debe ser compensada, en ausencia de fondos de reserva de liquidez, mediante impuestos generales o asignados a este fin o mediante deuda
Cómo financiar las pensiones a corto plazo
Según explica el informe, esta pandemia va a tener impacto a corto, medio y largo plazo tanto en los activos previsionales (planes de empleo y planes de pensiones individuales) como en la financiación de los compromisos de pagos corrientes y futuros de la Seguridad Social, debido a factores como los recortes en las aportaciones y cotizaciones, la menor creación de empleo, el elevado desempleo, la menor actividad económica general (y más pronunciada incluso en determinados sectores claves en la economía) y los posibles efectos en las jubilaciones anticipadas e incluso en las jubilaciones por incapacidad permanente.
A falta de un fondo de reserva como el de la Seguridad Social, que cumplió su objetivo de compensar el descenso de las cotizaciones en la crisis entre 2009 y 2019 -y que se agotó el año pasado-, los miembros del Foro de Expertos entienden que en la presente crisis habrá que buscar financiación a corto plazo para hacer frente al pago de los compromisos por pensiones. “Para los sistemas de Seguridad Social de reparto (‘pay-as-you-go’, PAYG), pero también para muchos planes de pensiones de prestación definida, la caída de los ingresos debe ser compensada, en ausencia de fondos de reserva de liquidez, mediante impuestos generales o asignados a este fin, pagaderos sobre la marcha, o mediante deuda que habría que colocar en los mercados y devolver en el futuro, poniendo entonces los impuestos que no se pusieran ahora”, apuntan los expertos.