¿Qué hay que tener en cuenta para comprar un coche?
A la hora de adquirir un coche, además de las características del vehículo, conviene fijarse muy bien en la parte financiera. Hay que valorar bien si estamos hablando de comprometer el colchón financiero, la jubilación y los objetivos de ahorro a medio y largo plazo, por comprar un automóvil caro con muchas prestaciones.
La entrada
Es necesario tener una buena cantidad de dinero ahorrada para pagar la entrada del automóvil, que suele ser del 10% sobre el precio total. El resultado de restar el dinero adelantado del coste total, será la cantidad que se financiará a través de un préstamo. Por ejemplo: si el coche cuesta 15.000€, la entrada será de 1.500€, por lo que habrá que pedir un préstamo de 13.500€. Si es posible pagar algo más al principio, sin comprometer la salud financiera, adelante.
El modelo
Antes de decantarse por un vehículo u otro, conviene tener en cuenta para qué se va a utilizar y cuánto se va a usar.
Si se quiere únicamente para hacer algún que otro viaje esporádico quizá es el momento de sopesar otras opciones como el alquiler. Sin embargo, si realmente es necesario, portales especializados como Money Crashers, recomiendan comparar precios, modelos y características técnicas, a través de internet, para ir acotando la búsqueda y dar con el coche que mejor se adapte a las necesidades de la persona y a sus posibilidades financieras.
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La financiación
Ya se tiene el presupuesto y se ha tomado la decisión de cuál es el coche que se quiere comprar. Ahora toca pedir financiación del coche. Según la Comisión Federal de Comercio de EE.UU. (FTC, en sus siglas en inglés), existen dos opciones:
- Préstamo directo: se trata de solicitar la financiación que se necesita a una entidad financiera. Según la FTC, el préstamo directo permite, “la oportunidad de comparar”, al poder analizar las opciones que ofrecen las diferentes entidades y “la posibilidad de conocer los términos del crédito con anticipación”, en el caso de que se obtenga la financiación antes de comprar el coche.
- Financiación por el concesionario: el usuario y el concesionario formalizan un contrato por el cual se establece que la persona compra el vehículo y acepta pagar la cantidad financiada, más los cargos financieros acordados durante un periodo de tiempo. “El concesionario puede retener el contrato, pero usualmente se lo vende a un banco, compañía financiera o cooperativa de crédito (llamado asignatario o cesionario) que se ocupa de administrar la cuenta y de cobrar los pagos”, aclara la FTC.
Finanzas Para Todos, el portal de educación financiera promovido por el Banco de España y la CNMV, recuerda que, a la hora de elegir la financiación, hay que tener en cuenta: el tipo de interés, la comisión de apertura y otros gastos, la comisión de amortización anticipada, el importe máximo a financiar, el plazo y la cuota mensual. “Para comparar préstamos entre entidades, utilice siempre la TAE, que incluye el tipo de interés nominal y la comisión de apertura y otros gastos, que pueden variar mucho. Hay que hacer la comparativa para un mismo importe y mismo plazo de tiempo porque estas variables influyen en el coste total”, recuerda este portal financiero.
Otros costes
En el presupuesto, hay que tener en cuenta que la compra de un automóvil conlleva el pago de una serie de impuestos, que varían según el país donde se realiza la compra y el estado del vehículo (si es nuevo o de segunda mano).
Además, no hay que olvidar el pago del seguro. Para elegir aquel que ofrezca las condiciones más ventajosas, conviene usar los comparadores de internet y analizar todas las opciones que ofrece el mercado.
Una vez que se haya comprado el coche, es importante tenerlo siempre a punto, con revisiones regulares, para evitar gastos imprevistos. Según Finanzas Para Todos, cuando el coche no esté en garantía, es importante comparar los precios que ofrecen los distintos talleres y pedir un presupuesto antes de permitir que se manipule el coche. De esta forma, el coche no se convertirá en un agujero de gastos y se podrá disfrutar durante más tiempo, manteniendo la tranquilidad financiera.