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¿Qué es un 'swap'?

Un 'swap' es un derivado financiero en el que dos partes acuerdan intercambiar los beneficios futuros de dos productos. Se trata de uno de los rendimientos bursátiles que más han crecido en los últimos tiempos. A continuación detallamos las características del 'swap'.

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Un 'swap' es un tipo de derivado financiero, un producto cuyo valor depende de otro. Estos derivados se materializan en contratos que tendrán un efecto u otro dependiendo de lo que suceda con el valor del que derivan. Los 'swaps' en concreto son contratos en los que dos partes se ponen de acuerdo para intercambiar los beneficios de un instrumento A propiedad de la primera parte por los beneficios de B, propiedad de la segunda parte. Los 'swaps' pueden ser de muchos tipos, estando a veces referenciados a tipos de interés.

¿Para qué sirve un 'swap'?

Un 'swap' se define técnicamente a partir de los siguientes factores:

  • Fecha de comienzo y fecha final del 'swap'
  • Cantidad sobre la que se calculan los flujos de ambas partes
  • Tipo o margen de interés de cada parte contratante
  • Índice de referencia para la parte variable
  • Periodicidad o frecuencia de pago
  • Base de cálculo de cada parte

Los 'swaps' tienen varios usos en las finanzas modernas. El primero es intercambiar en el futuro recursos entre dos partes, de modo que en ocasiones un 'swap' puede no ser puramente monetario, sino también de bienes o servicios. Muchos 'swaps' están referenciados al precio del petróleo o del oro.

Un 'swap' se puede utilizar para especular, si creemos que aquello que recibiremos en el futuro será de mayor valor que aquello que entregamos, podríamos contratar un 'swap' para acordar un intercambio. Este es uno de los instrumentos que se utilizan para lo que los medios de comunicación suelen llamar “apostar en los mercados financieros”.

Por ejemplo, si tenemos un derecho que nos proporciona un 5% anual y creemos que los tipos de interés de mercado van a subir, podríamos firmar un 'swap' para intercambiar los intereses con alguien que crea que los tipos de interés van a bajar. En ese caso, si dentro de un año el interés es del 6%, la otra parte nos tendría que pagar el 1% de la cantidad acordada. Si el tipo de interés está en el 4%, seremos nosotros quienes tendremos que pagar a la otra parte.

Como inversor individual para pequeños y medianos patrimonios no suele ser práctico invertir en swaps por dos motivos. Por un lado los 'swaps' son muy arriesgados y por otro las cantidades mínimas exigidas se salen de lo que se puede permitir invertir un patrimonio pequeño o medio.