¿Qué entendemos por un escenario de ‘crecimiento económico reducido’ en los países desarrollados?
El escenario de riesgo ha vuelto a ganar relevancia en los últimos meses, coincidiendo con el aumento de la probabilidad de recesión en dos de las economías desarrolladas más importantes (Estados Unidos y el área euro), la caída de las expectativas de inflación y la corrección significativa que se han visto recientemente en los tramos largos de las curvas de tipos de interés. En este contexto, Sara Baliña, de BBVA Research, explica el significado del ‘crecimiento económico reducido’.
El riesgo inherente a este escenario no radica tanto en asistir a una corrección fuerte de la actividad en corto plazo de estos dos países, sino básicamente en el hecho de que estas dos economías puedan transitar hacia un régimen donde empiecen a registrar tasas de crecimiento muy reducidas, muy bajas, sobretodo si la relación se establece con el periodo anterior a la crisis.
A modo de referencia, Estados Unidos entre 1997 y 2007 registró un crecimiento promedio del 4% y, en el caso de la eurozona, esta tasa se sitúa en el 2,5%. Un escenario de crecimiento reducido sería compatible con un crecimiento inferior a la mitad de los registros mencionados anteriormente. Esa debilidad, permanente de la demanda, provocaría previsiones a la baja de los precios.
¿Cuáles son los factores que podrían conducir a este escenario?
La mayor parte de los estudios al respecto concluyen que es una combinación de factores de demanda heredados de la gran recesión y factores de oferta de corte más estructural. La combinación de ambos han alterado de forma significativa la propensión que tienen los agentes en invertir reduciendo esa propensión y ahorrar aumentando esta propensión.
Entre los factores de demanda podemos distinguir dos elementos. El primero es el impacto que todavía el desapalancamiento del sector privado está teniendo en algunas economías y, sobre todo, el fuerte repunte que se ha visto y se está viendo en la percepción de riesgo, en las primas de riesgo que al final restringen en cierta medida las decisiones de inversión.
Entre los factores más relevantes de oferta se puede encontrar el envejecimiento poblacional, el bajo crecimiento de la productividad, el hecho de que se estén observando restricciones que avanzan en el proceso de integración comercial o, por ejemplo, que en cierto sectores de actividad esté habiendo prácticas que no favorecen la competencia y que al final también supone una restricción a la inversión.
¿Qué implicaciones tendría para las políticas económicas?
En un escenario de crecimiento muy bajo y tasas de inflación muy bajas, las políticas monetarias podrían continuar siendo claramente expansivas. Los bancos centrales dispondrán de margen de maniobra para reforzar sus programas de estímulo cuantitativo para mantener los tipos de interés en cotas muy próximas al 0% para reactivar la actividad y, en lo que respecta a la política fiscal, posiblemente se tendrían que adoptar medidas más orientadas a favorecer el crecimiento inclusivo reforzando, por ejemplo, la política de educación, la inversión en infraestructuras, y probablemente con el reconocimiento, por parte de las autoridades, de que pueden convivir con niveles de déficit público un poco más alto en un escenario donde, al final, tipos tan bajos no comprometen la sostenibilidad de la deuda pública.