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Inversión a renta fija, posibles consecuencias

En los activos de renta fija partimos de la situación en la que depositamos una cantidad de dinero a un plazo determinado con el compromiso de recibir, durante ese plazo o al vencimiento, un interés fijo y recuperar nuestro dinero al final del periodo.

Fondos Estrategia BBVA Bancomer portada.

Por supuesto, podemos perder nuestra inversión en caso de impago por parte del emisor pero además hay otras circunstancias, sin llegar a este extremo, que pueden hacer que tengamos pérdidas invirtiendo en activos de renta fija.

La renta fija se mueve en un mercado organizado por lo que su precio depende de la demanda y puede tener movimientos al alza o a la baja. Si queremos, o tenemos, que liquidar nuestra inversión antes de su vencimiento vamos a depender de estas fluctuaciones a la hora de ver cuál es nuestra plusvalía o minusvalía en la operación. En caso de que la demanda baje, el valor de esos activos también bajará y deshacer posiciones en un momento como ese puede suponer el tener que asumir pérdidas.

La renta fija puede bajar también por el efecto que pueden tener las variaciones de los tipos de interés. Una subida de tipos suele influir de manera negativa en los activos de renta fija por el efecto del valor del dinero en el tiempo.

También influye los cambios del rating crediticio del emisor. Estos rating suelen reflejar el nivel de solvencia de los emisores, el riesgo de impago, etc. Si la situación económica del emisor empeora eso se verá reflejado en todos esos indicadores, lo que influirá de manera negativa en el "valor" de esos activos.

Teniendo en cuenta todas estas variables, el riesgo de pérdida invirtiendo en activos de renta fija es más alto cuanto mayor sea el plazo de la inversión.

En resumen, si mantenemos la inversión en activos de renta fija hasta el vencimiento, el "único riesgo" de pérdida es el que se produzca el impago por parte del emisor, pero si liquidamos los activos antes del vencimiento dependeremos del "precio" del activo en el momento en que se produce la desinversión y, por tanto, podríamos perder dinero.