PSD2 y open banking: lo mejor aún está por llegar
Ya han pasado más de seis meses desde la entrada en vigor de la directiva PSD2 de la UE, diseñada para aumentar la transparencia y la competencia en la banca minorista. Mientras algunos apuntan a la lentitud con la que la anunciada revolución de la banca abierta se ha puesto en marcha, otros se preguntan si ya hay resultados tangibles y si se pueden esperar grandes cambios en el futuro.
La directiva PSD2 (y el concepto de open banking en su conjunto) quieren ser la palanca clave para optimizar el sector bancario y, al mismo tiempo, dar a los clientes mayor control y más información sobre sus datos financieros. Las expectativas de una revolución inmediata probablemente no eran del todo realistas, dadas los retos culturales y técnicos que los bancos tradicionales debían superar en su avance hacia el open banking.
Por su lado, los bancos centrados en la transformación digital, como BBVA –así como los llamados ‘neobancos’–, ven el open banking como una oportunidad. De hecho, los clientes ya han podido echar un vistazo a las nuevas funciones y servicios que traerá el nuevo paradigma. Por ejemplo, el servicio de búsqueda y compra de vivienda, BBVA Valora, usa APIs para importar datos de terceros que permiten a los clientes tomar mejores decisiones, más informadas y con datos relevantes sobre qué tipo de vivienda quieren adquirir, incluso antes de comenzar el proceso de compra. Son desarrollos que siempre tardarán más en estar disponibles entre los bancos tradicionales.
Logros hasta la fecha
De hecho, las innovaciones que han llegado a las manos de los clientes durante este periodo han sido relativamente escasas. Algunos bancos tradicionales incluso han solicitado prórrogas a la fecha de aplicación de la directiva PSD2 para completar su transición cultural y tecnológica hacia un modelo centrado en las APIs.
Esta transición supone un reto para la banca, que debe transformar sus estructuras organizativas, su dependencia de tecnologías anteriores y unas formas de trabajar muy arraigadas. Además, las entidades deben aprender a trabajar con las ‘fintech’ y otros participantes del mercado de las APIs. Hasta el momento, el enfoque ha estado (quizás como era de esperar) en aplicaciones relativamente sencillas, más que en nuevos productos y servicios radicalmente innovadores.
BBVA ha llevado a cabo una serie de pasos para anticiparse tecnológica, cultural y comercialmente para el nuevo mundo del open banking. Desde el principio, BBVA vio la directiva PSD2 como una gran oportunidad de crecimiento y de creación de nuevos productos y servicios para sus clientes.
"La nueva normativa debería ser un estímulo para acelerar la colaboración de todo el sector en la estandarización de las APIs"
Por ejemplo, más de un año antes de la llegada de la directiva, BBVA lanzó API_Market, una plataforma que proporciona a empresas y desarrolladores acceso a APIs de diferentes entidades de BBVA de todo el mundo y un entorno de prueba en el que analizar las innovaciones utilizando dichas APIs. De esta forma, se convirtió en uno de los primeros grandes bancos del mundo en apostar por la banca abierta y a día de hoy ya cuenta con 10 APIs disponibles en España, cuatro en EE.UU. y dos en México.
Recientemente el banco también ha invertido en solarisBank, la plataforma alemana de ‘banking as a service' (BaaS, por sus siglas en inglés), que permite a empresas y ‘startups’ de tecnología financiera acceder a las herramientas para ofrecer servicios bancarios y financieros a un precio y perfil de riesgo mucho menor que si se crean desde cero. Paralelamente, BBVA lanzó la firma Denizen, respaldada por la unidad New Digital Businesses, que proporciona cuentas bancarias internacionales sin comisiones para expatriados desarrolladas a partir de los principios de la banca abierta.
Falta de conocimiento
A pesar de las supuestas ventajas del open banking para los usuarios, no ha habido una demanda activa de los clientes por productos innovadores. Quizás el sector financiero no ha sabido comunicar de manera eficaz los beneficios de la PSD2 y de la banca abierta. Resulta especialmente significativo en Reino Unido, por ejemplo, donde solo el 18% de los clientes saben lo que es el open banking, según un informe de PwC y el Open Data Institute. Este mismo informe sugiere que aún hay un apego importante a las marcas y métodos de banca tradicionales. Los nuevos jugadores y bancos 100% digitales aún tienen que conseguir equipararse al valor de marca y la confianza de la que disfrutan sus competidores: tan solo un 20% de clientes afirma que optaría por un ‘neobanco’ si tuviera que abrir una nueva cuenta, mientras que un 32% afirma que la proximidad de una oficina física sería un factor clave a la hora de elegir banco.
Creación de una nueva dinámica
Paradójicamente, los bancos tradicionales se están convirtiendo en una herramienta clave para la difusión de la innovación procedente de las ‘startups’. Estas firmas emergentes han tenido a menudo dificultades para facilitar la adopción de sus productos o servicios. El acceso a la base amplia de clientes de la banca tradicional por medio de APIs abiertas ha resultado crucial para avanzar.
Por ahora, todo indica que la tecnología está ahí (los bancos no se han quedado rezagados) y la interacción con estas herramientas abiertas va en aumento. En Reino Unido, hasta junio había 1,2 millones de usuarios de APIs de banca abierta, según la Open Banking Implementation Authority, casi el doble de los 720.000 usuarios de mayo. Sin embargo, a pesar de estas prometedoras cifras, las firmas ‘fintech’ afrontan obstáculos para acceder e integrarse con los bancos tradicionales porque estos aún no están preparados para ser "abiertos por defecto" como lo son sus rivales digitales, que se crearon de cero con la integración de APIs en mente.
¿Qué nos depara el futuro?
Los próximos 12 meses serán cruciales para avanzar en este problema. el 14 de septiembre de 2019 el open banking será testigo de la implantación de los estándares técnicos SCA (Autenticación reforzada del cliente) y SCS (estándares abiertos seguros de comunicación) de la Autoridad Bancaria Europea. Estas normas determinarán de qué manera los bancos permiten el acceso a los datos del cliente a terceros autorizados con los que se integren y podrían ser un gran obstáculo para la innovación si los bancos no están convenientemente preparados.
Estos nuevos estándares técnicos serán apremiantes para que los bancos y las ‘fintech’ puedan acceder a las APIs a través de mercados controlados y plataformas de desarrollo que permitan que la experimentación y la innovación se realicen primero en un entorno "de prueba" cómodo y compatible. Además, la nueva normativa debería ser un estímulo para acelerar la colaboración de todo el sector en la estandarización de las APIs para conseguir que el proceso sea más sencillo para todas las partes.