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Propuesta de Reino Unido para los servicios financieros

En el libro blanco para la futura relación con la Unión Europea, Reino Unido ha propuesto para los servicios financieros, un nuevo marco basado en el régimen de equivalencia reforzada. Matías Cabrera, de BBVA Research, explica las bases de esta propuesta.

Actualmente la Unión Europea cuenta con un régimen de equivalencia, en el que los terceros países pueden acceder al mercado único, siempre y cuando, su regulación sea equivalente. Lo que propone Reino Unido es expandirlo de forma bilateral.

¿En qué se diferenciaría del régimen actual?

El régimen actual es muy parcial porque no incluye a muchas líneas de negocio del sector financiero. En este sentido, lo que propone Reino Unido es expandir de forma bilateral el marco para que pueda cubrir más sectores. Al mismo tiempo, el régimen actual no permite la posibilidad de influir en la legislación del tercer país, y lo que se está proponiendo sería la creación de un marco de diálogo prelegislativo, de forma que ambas partes puedan acercar posiciones frente a un cambio legislativo que pudiese llegar a afectar a la equivalencia.

Finalmente, bajo el marco actual, la equivalencia puede ser revocada en cualquier momento y con un periodo de tiempo relativamente corto. En este sentido, lo que se está proponiendo es la creación de un marco en el que los períodos de notificación y de adaptación sean más largos.

¿Qué pasaría si no hay acuerdo?

Si no hubiese acuerdo, las empresas británicas que prestan servicios financieros a clientes de la Unión Europea, y viceversa, no podrían seguir haciéndolo. Esto afectaría, por ejemplo, a clientes de bancos británicos que estén radicados en otro estado miembro.

Por el lado británico se están proponiendo una serie medidas legislativas que podrían permitir, en caso de no haber acuerdo, que las empresas europeas accedan a un régimen de autorización temporal por tres años, para seguir prestando servicios financieros en el país hasta que tengan una autorización definitiva.

Desde el lado europeo, no se ha hecho una oferta recíproca, y se ha argumentado que es el sector financiero quien debe buscar una solución para este problema. En conclusión, todavía quedan muchos puntos relevantes por resolver en los próximos meses y, por lo tanto, la incertidumbre no se ha disipado.