La prevención es tan importante como las terapias en la lucha contra el cáncer
A pesar de los avances recientes en el tratamiento de los tumores, el inmunólogo James Allison y la epidemióloga Nubia Muñoz, galardonados con los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento, han insistido en que la prevención sigue siendo la clave a la hora de combatir el cáncer.
“Ahora conocemos la causa de muchos cánceres”, ha subrayado Muñoz, “pero no debemos olvidar que sabemos ya que el tabaco causa el 30% de los cánceres en todo el mundo, y son cánceres que podemos evitar. Tenemos que usar las dos armas: la prevención y el tratamiento”.
Coincide con ella James Allison que se ha mostrado optimista sobre los buenos resultados que se están logrando gracias a la combinación de nuevas terapias, como la inmunoterapia –área en la que es pionero–, con la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia: “Queda mucho camino, y no creo que veamos un mundo completamente libre de cáncer, pero en algunos cánceres se está avanzando mucho”, ha afirmado.
James Allison fue el primero en demostrar que la inmunoterapia contra el cáncer puede ser efectiva, y por eso va a recibir el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Biomedicina. El primer fármaco oncológico basado en la inmunoterapia se aprobó en 2011 y existen ya tratamientos de este tipo contra cáncer de pulmón, riñón, vejiga y tumores de cabeza y cuello.
Para Allison, “el reto es ahora entender por qué no funciona en todos los pacientes” y ampliar los buenos resultados a más cánceres.
Advertencia a los movimientos antivacunas
La colombiana Nubia Muñoz ha recibido el Premio Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cooperación al Desarrollo porque sus estudios con miles de mujeres de todo el mundo demostraron que el virus del papiloma humano (VPH) es la “causa principal y necesaria” –en palabras de Muñoz– del cáncer del cáncer de cuello de útero, uno de los más letales entre las mujeres de los países más pobres.
El trabajo de Muñoz permitió identificar las siete variantes del VPH que producen cáncer, lo que ha permitido desarrollar vacunas muy eficaces con las que se puede aspirar incluso a “erradicar” esta enfermedad, asegura la epidemióloga colombiana.
“El gran drama es que las vacunas no están llegando a las mujeres que más lo necesitan”, afirma Muñoz. Mientras la incidencia del cáncer de cuello de útero en países desarrollados es relativamente baja gracias a programas de prevención, en el mundo en desarrollo, donde no existen estos programas, la situación es otra: el 86% de casos de cáncer de cuello de útero se dan en países en desarrollo.
Pero la razón de que las vacunas no lleguen a todo el mundo no es solo su alto precio, sino “los rumores y la mala información” acerca de sus efectos secundarios” que se difunde de manera errónea y dañina por las redes sociales, ha advertido Muñoz.
La epidemióloga ha reclamado a los grupos antivacunas “que se vuelvan sensatos”, y a los científicos, mayor implicación en la difusión de “buena información sobre los beneficios y la seguridad de la vacuna” entre la población y entre los médicos. Muñoz ha lamentado, además, que en su propio país, Colombia, se haya interrumpido un programa de vacunación que estaba funcionando muy bien.
Allison ha respaldado la opinión de su colega, destacando la paradoja de que “en Estados Unidos la oposición a las vacunas se da en una parte de la población con alta formación: están dejando de vacunar a sus niños y están volviendo enfermedades peligrosas, es una locura”, ha dicho. Y ha recordado que ya se ha demostrado, una y otra vez, que no existe relación entra las vacunas y el autismo.