Premio Fronteras del Conocimiento a Philip Glass por crear un estilo musical único
El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Música y Ópera ha sido concedido en su XIV edición a Philip Glass “por su extraordinaria contribución a la creación musical y a la ópera, con gran impacto en la historia de la música de los siglos XX y XXI”, según recoge el acta del jurado.
Nacido en Baltimore (Maryland, Estados Unidos) en 1937, los primeros contactos de Philip Glass con la música surgieron desde una edad muy temprana: su padre era propietario de una tienda de discos en la que recibió las influencias de clásicos como Beethoven, Shostakóvich y Bartók, y a los siete años comenzó a estudiar piano y flauta.
“Philip Glass ha abarcado diferentes tradiciones culturales de todo el mundo, forjando un estilo único y personal y siguiendo su propio camino con valor y convicción”. Además es “una figura internacional que atrae a un público de todas las generaciones y cuyas obras se interpretan en los auditorios más importantes y por las principales formaciones orquestales de todo el mundo”, se destaca en el acta.
Cuando se le pregunta sobre la evolución de su estilo, que él mismo definió hace años como “un intento de integrar los tres elementos musicales: melodía, armonía y ritmo”, ahora afirma que prefiere “redefinir los elementos. En vez de hablar de armonía, melodía y ritmo, hablemos de lenguaje, imaginación e intuición. El lenguaje de la música puede ser muy específico, dependiendo de dónde, cuándo y con quién lo estudias… El lenguaje de la música es lo que aprendemos a tocar y a escuchar… Los otros dos elementos, la imaginación y la intuición, son muy importantes. Sin imaginación e intuición, la música realmente no tiene sentido”.
Su primer éxito: Einstein on the Beach
La manera novedosa de componer de Philip Glass no fue, en un primer momento, bien digerida por el público norteamericano, que le consideraba más un creador de arte performativo o de protesta que un músico. Así lo relata Víctor García de Gomar, secretario del jurado y director artístico del Gran Teatre del Liceu de Barcelona: “inicialmente no tuvo éxito en los circuitos musicales y estaba más en las galerías de arte de Nueva York. El mundo canónico le veía más como un creador de actos de resistencia cultural desde un lenguaje sonoro propio”. De hecho, en el año 1976, cuando se estrenó su ópera Einstein on the Beach –considerada su primera gran obra y que obtuvo un gran éxito de público–, Philip Glass aún se ganaba la vida trabajando como conductor de taxi y reparador de electrodomésticos. Pero Einstein on the Beach “rompió con absolutamente todas las métricas de lo que se consideraba una ópera hasta el momento.
Glass_Philp ©FunddaciónBBVA
“Los temas más significativos de nuestro tiempo”
El jurado destaca que Glass aborda “los temas más significativos de nuestro tiempo”. Algo que se evidencia en su colaboración con el cineasta Godfrey Reggio en la conocida como “Trilogía Qatsi”, tres películas de corte experimental, no descriptivas, que descansan tanto en la imagen como sobre la música compuesta por Glass. En la primera de ellas, Koyaanisqatsi (una palabra en lenguaje hopi que se podría traducir como “La Vida Sin Equilibrio”) se aprecia una reflexión acerca de los peligros de una sociedad que dependa en exceso de la tecnología y la relación de fuerzas entre la naturaleza y el ser humano, entre lo orgánico y lo mecánico.
Philip Glass tiene un extensísimo catálogo en el que ha abordado muy diversos géneros con todo tipo de formaciones musicales. Cuenta con 26 óperas, de pequeño y gran formato, entre las que destacan las mencionadas Einstein on the Beach (1976); Satyagraha (1979); Akhnaten (1983); y The Voyage (1992), encargo de la Ópera Metropolitana de Nueva York para conmemorar el quinto centenario de la llegada de Cristóbal Colón a América. Ha compuesto catorce sinfonías, trece conciertos, nueve cuartetos de cuerda y obras para instrumentos solistas como el piano o el órgano.