Premio a la labor de la Fundación Microfinanzas BBVA por su compromiso con el empoderamiento económico de la mujer
Hay más de dos millones de personas en cinco países de América Latina que se esfuerzan a diario por superar barreras, por vivir dignamente y por cumplir sueños. Más de dos millones de emprendedores que cuentan con el apoyo de la Fundación Microfinanzas BBVA para que sus pequeños negocios –su medio de vida– crezcan. De esos dos millones, la mayoría son mujeres, ejemplos de que con poco se puede hacer mucho. El compromiso de la Fundación con ellas se ha ganado el reconocimiento de la Organización de los Estados Americanos (OEA), por promover el empoderamiento de la mujer en América Latina, la región más desigual del planeta.
“Por nuestra experiencia, sabemos que en las mismas condiciones que los hombres, los emprendimientos de las mujeres crecen más, proporcionalmente ellas ahorran más y lo invierten en nutrición, salud y educación para sus hijos”, ha dicho el director general de la FMBBVA, Javier M. Flores, en Washington, después de recoger el premio “Ciudadano Corporativo de las Américas 2018”, otorgado por la Fundación para las Américas y la OEA. "El empoderamiento de la mujer es imprescindible para la dignidad de las mujeres", ha añadido.
Más del 40% del 1,2 millones de mujeres a las que atiende la Fundación Microfinanzas BBVA tiene educación primaria como máximo, el 45% son cabezas de hogar con familiares a su cargo y el 26% vive en el campo. Ellas parten de créditos y de activos un 30% inferiores a los de los hombres pero sus negocios crecen más rápido que los de ellos en ventas (18% frente a un 14%), en excedentes (21% frente a un 14%) y en activos (26% vs. 23%). Y el futuro es esperanzador: después de dos años con la Fundación, el 33% de las mujeres inicialmente pobres sale de la pobreza.
Según ha destacado el secretario general de la OEA, Luis Almagro, al hacer entrega del premio, “la estrategia transversal de la Fundación fomenta la independencia económica de las mujeres prestando atención a sus inquietudes, a sus necesidades y a los obstáculos a los que se enfrentan”.
Así fue como Loreley Rodríguez, madre soltera, consiguió en Chile romper todos los esquemas y construir de cero una historia de superación. “Al principio, vendía mi ropa y la de mi hijo por necesidad, porque no tenía trabajo y debía mantener la casa. En las ferias, me ponía en el suelo a vender y ahí fue cuando encontré mi vocación como comerciante”, asegura esta emprendedora que encontró en Fondo Esperanza, entidad chilena de la FMBBVA, el apoyo que necesitaba para perseguir su sueño.
Ese fue el principio de una historia que en nada se parece al ahora: con el tiempo, Loreley pasó de vender su ropa, a vender ropa de segunda mano, y de ahí a la ropa americana. Hoy, en su “boutique itinerante”, como ella lo llama, o en la tienda que ha abierto en su casa para los vecinos, se puede comprar ropa europea de primera calidad. “El camino ha sido arduo pero lleno de orgullo”, asegura.
El más de un millón de mujeres a las que atiende la Fundación Microfinanzas BBVA comparten con ella un valor fundamental: el inconformismo. Sus historias de vida inspiran el optimismo necesario para que más mujeres de todo el mundo desafíen a los estereotipos y planten cara a la desigualdad. Sus hijos –el futuro– son su mayor aliciente para conseguirlo.