Preguntas y respuestas para comprender qué es el 'open banking'
El ‘open banking’ ha llegado para quedarse: es seguro, promueve un entorno en el que todos ganan y pone al usuario en el centro. A pesar de ello, todavía genera muchas dudas entre los usuarios.
“Todos actuamos en un ecosistema digital en que hacemos nuestras tareas diarias como individuos o como empresas y generamos muchos datos que, si estamos dispuestos a compartir, nos pueden facilitar el acceso a productos y servicios mucho más adecuados y preparados para nosotros”, explica Carmela Gómez Castelao, responsable global de Open Banking en BBVA.
‘Open banking’, una de las tendencias actuales más fuertes en banca digital, coloca al usuario en el centro dándole el control de sus datos, porque le permite otorgar permiso a terceros para acceder a ciertos datos personales o realizar operaciones concretas en su nombre. “‘Open banking’ al final lo que cubre es la forma en que estos servicios llegan a nosotros, contextualizados en plataformas o en los lugares donde nosotros estamos operando”.
¿Cómo se hace?
La clave para lograr esta compartición de datos entre distintas plataformas son las APIs, enlaces de ‘software’ que utilizan dos empresas para comunicarse de manera segura. “Un API se puede explicar como una conexión entre dos aplicaciones, que permite que se hablen entre ellas, como por ejemplo, la conexión entre el sistema de tesorería de una empresa o de una tienda en línea con los sistemas de BBVA”, explica Carmela Gómez.
Las APIs son la mejor solución para establecer estas comunicaciones y alianzas con terceros porque son conexiones muy ágiles y seguras. Un ejemplo de cómo funcionan es la alianza de BBVA con Uber en México, gracias a la cual los socios conductores pueden acceder, a través de la misma plataforma de Uber que utilizan para conectar con sus clientes, a funciones financieras como pagos u operaciones con tarjeta de débito. Esto facilita y agiliza mucho su interacción con el mundo financiero.
BBVA fue un pionero en la apuesta por estas tecnologías, y a través de BBVA API_Market pone a disposición de cualquier desarrollador todas las APIs que BBVA tiene disponibles, para facilitar su integración en cualquier otro portal.
¿Cuáles son sus ventajas?
Para los usuarios, se simplifica mucho el acceso a distintos servicios financieros cuando se introducen en sus procesos habituales, sin ser necesario cambiar de plataforma o página web. Hay múltiples ejemplos, ya que los servicios financieros englobados por ‘open banking’ no se limitan al crédito, sino que también mejoran la experiencia de los usuarios, evitando largos procesos de registro o proporcionándoles información para controlar sus gastos y mejorar sus hábitos financieros. Incluso pueden ser clave para la inclusión financiera de ciertos sectores de la población, como se da en el caso de la alianza de BBVA con Zolvers, una plataforma de trabajos de limpieza y mantenimiento del hogar en México. La tecnología de apertura de cuentas digitales de BBVA México integrada en la propia aplicación de Zolvers ha abierto la oportunidad de poder bancarizar a cerca de 25.000 personas que realizan trabajos de mantenimiento en el hogar y que antes no tenían una cuenta o medio de pago para el depósito de sus recursos.
En cuanto a las empresas, ‘open banking’ les brinda la posibilidad de ofrecer a sus clientes servicios más eficientes, rápidos y personalizados. “Pensemos por ejemplo en lo cómodo que resulta tener el medio de pago incorporado en el viaje en taxi, en lugar de tener que llevar con nosotros efectivo o tarjeta para realizar el pago, o en la posibilidad de pagar a plazos incorporada en el procesos de compra”, explica Carmela Gómez, y añade que “el ‘open banking’ promueve un entorno en el que todos ganan: el cliente al obtener servicios más personalizados y ajustados a lo que necesita, las empresas porque pueden vender más o ser más eficientes en sus procesos internos, y la industria financiera porque le permite llegar a nuevos colectivos de clientes y conocerlos a través de su actividad digital.”
¿Es seguro?
El cliente es dueño de sus datos y libre de compartir su información con aquellas empresas, sean o no del sector financiero, que le aportan valor y le prestan los mejores servicios. La regulación establece límites muy claros sobre la información que se puede ceder en función del consentimiento del cliente, que es el dueño de sus datos en todo momento.
La regulación que garantiza la seguridad de los usuarios varía en función de la geografía. En Europa, hay dos regulaciones principales que afectan al ‘open banking’. Por un lado, GDPR, que requiere que se informe a todos los clientes de qué datos suyos van a utilizarse y con qué fin, previo consentimiento del cliente. Además, establece que quien cede datos del cliente, tiene que proveer la capacidad de retirar dicha autorización en cualquier momento. Por otro lado, la regulación PSD2, que permite que empresas terceras puedan acceder a las cuentas de clientes para mostrar su información o iniciar pagos desde portales que no son del banco. Son los llamados TPPs (‘Third Party Provider’). Las empresas que llevan a cabo este tipo de operaciones tienen que someterse a un control por parte del regulador.
“BBVA realiza un control exhaustivo del acceso de terceros y también del uso que estos hacen de los datos de sus clientes facilitados a través de APIs”, afirma Carmela Gómez. “El banco ofrece garantías sobre la privacidad y seguridad de los datos de sus clientes, sean estos usuarios particulares o compañías, lo que quiere decir que controlamos no solo lo que el cliente quiere ceder y a quién, sino que también le ofrecemos la posibilidad de revocar dicho consentimiento en cualquier momento.”