Póliza de crédito: cálculo de intereses, comisiones y gastos
Las pólizas de crédito son un tipo de préstamos que se caracterizan por ser créditos para utilizar en momentos puntuales, por lo que se pagarán intereses y gastos en función de los capitales que se hayan solicitado y del límite máximo que se tenga. Se parecen a los préstamos pero existen importantes diferencias que los convierten en instrumentos de financiación muy útiles para pymes y autónomos.
Las pólizas de crédito son acuerdos en el cual el prestamista pone a disposición del cliente un límite máximo de crédito durante un período determinado, generalmente renovable anualmente. El cliente puede disponer de fondos de manera flexible dentro de ese límite y solo paga intereses sobre el saldo utilizado. De esta forma, no se recibe todo el dinero que se solicita: el banco abre acceso a la pyme o autónomo para cuando desee utilizarlo.
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Por el contrario, el préstamo personal brinda el total del capital solicitado a la cuenta del solicitante, e independientemente del dinero gastado, habrá que hacer frente a la devolución del capital, más los intereses. Por tanto, el préstamo sigue una tabla de amortización de préstamo, según la cual el cliente pagará la misma cuota mensual durante toda la vida del préstamo.
En ese sentido, con la póliza de crédito solo se pagan intereses por el dinero que realmente se utiliza, no por el total de dinero concedido. Por ejemplo, si se contrata una póliza de crédito con un máximo de 20.000€, y por circunstancias solo se necesitan 5.000€, solo se pagarán intereses por esa cantidad, no por el total (20.000€). Como indicábamos antes, las pólizas de crédito tienen un vencimiento, que normalmente suele ser de un año. Tras ese tiempo, el cliente puede decidir si renovarla o no.
¿Cuándo pedir una póliza de crédito?
Las pólizas de crédito son herramientas financieras útiles para las empresas, ya que proporcionan flexibilidad financiera y acceso rápido a fondos cuando sea necesario. Sin embargo, es esencial gestionarlas de manera responsable para evitar problemas financieros a largo plazo.
Pueden ser una solución para las tensiones de tesorería y circulante que suelen darse en cualquier pyme. Eso sí, no es recomendable usar una póliza de crédito para gastos fijos o periódicos que se puedan asumir de otra forma. Es conveniente recordar que sigue siendo un préstamo, que conlleva costes e intereses.
Costes de la póliza de crédito
En el caso de las pólizas de crédito, existen costes en forma de comisiones:
- Comisión de apertura: Es un porcentaje del total del préstamo que se solicita. No suele superar el 2% sobre el total, en función de las entidades financieras, condiciones crediticias del prestatario y límite de la póliza.
- Comisión de revisión anual: Se aplica en caso de renovar la póliza de crédito, y suele tener el mismo coste que el de la comisión de apertura.
- Comisión de disponibilidad: Es un porcentaje del dinero que no se ha utilizado llegado el momento de abonar los intereses del crédito.
- Comisión por saldo excedido: En caso de que nos excedamos de la cantidad acordada hay que pagar un excedido sobre la cantidad que nos hemos excedido.
Además de estos gastos, la póliza puede tener otros gastos relacionados con la contratación. Hay que aclarar que, al igual que las comisiones, estos gastos dependen de la entidad bancaria con la que se contrata la póliza. Algunos ejemplos en este sentido son la comisión de estudio o la comisión por cancelación anticipada.
Mecanismo de liquidación de la póliza de crédito
El cálculo de liquidación de una póliza de crédito, es un cálculo farragoso dado que la liquidación de intereses se calcula mediante el método hamburgués. Este método realiza los cálculos a partir de los saldos que va arrojando la cuenta a medida que se registran los movimientos que se van generando en la póliza ordenados por fecha valor. Este procedimiento implica:
- Cálculo del saldo de la cuenta cada vez que se realiza un nuevo movimiento.
- Hallar los días que cada saldo está vigente.
- Cálculo de los números comerciales, multiplicando cada saldo por los días que está vigente, clasificando los números a su vez en: deudores, excedidos y acreedores, según que los saldos sean deudores, excedidos o acreedores, respectivamente.
- Suma de números deudores, excedidos y acreedores.
- Cálculo de los intereses, que serán:
- Intereses deudores = Números deudores x Multiplicador deudor
- Intereses excedidos = Números excedidos x Multiplicador excedido
- Intereses acreedores = Números acreedores x Multiplicador acreedor.
El multiplicador fijo es el cociente entre el tipo de interés a aplicar para cada uno de los casos en tanto por uno y el número de días que se consideren por el cálculo financiero, 360 o 365 días.
Una vez calculados los intereses deudores y acreedores, se procede a su anotación en cuenta y a posteriori, se carga la comisión por saldo no dispuesto. Esta comisión se calcula teniendo en cuenta que:
Saldo no dispuesto = Límite de crédito – saldo medio dispuesto
Por último, en el caso que hayamos excedido el límite de la póliza de crédito, se calcula la comisión sobre mayor excedido. Esta comisión se calcula una única vez en cada periodo de liquidación aplicando el porcentaje pactado sobre el mayor saldo originado.
Ejemplo práctico para la liquidación de intereses de una póliza de crédito
Supongamos, según nos han consultado que tenemos una póliza de crédito con una duración de seis meses, un límite de 60.000 euros y un tipo de interés del 5,25% ¿Cuántos intereses tendrá que pagar este cliente? Pues a priori, no se pueden determinar con exactitud, dado que esta liquidación depende de las disposiciones e ingresos que se realicen en la póliza durante el periodo de cálculo.
Pero para que veamos cómo se llevan a cabo todas estas operaciones, nuestra mejor arma es una hoja de cálculo preparada con el siguiente formato, para que podamos transcribir los movimientos de la cuenta de crédito. Como vemos, las cinco primeras columnas corresponden con las columnas de información de cualquier extracto bancario. Le he añadido una serie de columnas para los cálculos auxiliares.
Para el ejemplo descrito, supongo un límite de crédito de 60.000 euros, una comisión de apertura del 1%, un interés deudor del 5,25%, un interés sobre excedidos del 18% una comisión sobre mayor descubierto del 3,5%, según cuadro adjunto. En la hoja de cálculo preparada al efecto, basta con que coloquemos nuestras condiciones financieras en este cuadro.