Planteamientos antes de decidirse por un fondo de renta fija o variable
Si estamos pensando en invertir dinero en un fondo, debemos tener en cuenta algunas variables antes de decidirnos y analizar qué producto es el más adecuado según nuestro perfil.
La renta fija se refiere a la deuda (bonos, letras y obligaciones) que emiten los países y las empresas. Las personas interesadas en comprar renta fija pueden hacerlo directamente, comprando un bono del Tesoro español o a una empresa o invirtiendo en un fondo de renta fija. Este tipo de fondos tienen una rentabilidad moderada, son poco volátiles y no están muy sujetos a los cambios del mercado.
La renta variable se centra en las acciones que cotizan en bolsa. La rentabilidad, en este caso, suele ser superior, pero los potenciales inversores deben saber que la posibilidad de perder parte del dinero es alta. En este caso se pueden comprar acciones directamente o a través de un bróker (en este caso, la opción más acertada si no se conoce bien el mercado) o invertir en un fondo de renta variable.
La opción de contratar un fondo suele ser la más habitual por su comodidad, diversificación y ventajas fiscales. La idea generalizada es que los de renta fija son la opción más conservadora y que los de renta variable tienen un riesgo mayor. Esto es cierto, pero en ambos casos, hay factores que se deben tener en cuenta antes de invertir y que afectan por igual a ambos casos.
El factor tiempo
Tanto los que se decanten por un fondo de inversión de renta fija como aquellos que opten por la renta variable, deben tener en cuenta que se trata de una decisión a largo plazo. Es decir, que no se va a poder contar con ese dinero en un periodo de tiempo largo. Por lo tanto, conviene destinar a este fin una cantidad que no necesitemos a corto plazo.
Tipo de fondo
Para determinar el riesgo, es imprescindible que sepamos bien en qué invierte el fondo. En renta variable, hay fondos de inversión más arriesgados que otros, por lo que conviene informarse bien de dónde opera para evaluar si es el que nos conviene o no.
Los fondos tienen ventajas fiscales de las que hay que estar bien informados ya que repercuten directamente en nuestro ahorro
Poco a poco
Una vez que nos hemos decidido, no está de más poner a prueba la inversión. Conviene ir poniendo dinero en él poco a poco para analizar su comportamiento y decidir si se ha tomado una buena decisión o es preferible buscar otra opción.
Ventajas fiscales
Los fondos tienen ventajas fiscales de las que hay que estar bien informados ya que repercuten directamente en nuestro ahorro. Una de las medidas más interesantes es que no hay que pagar impuestos hasta que se reembolsa el dinero y el inversor puede traspasar su dinero de un fondo a otro, sin tener que tributar por sus pérdidas o ganancias. De esta forma, podemos adecuar las operaciones a nuestra situación. Habrá momentos en los que nos convenga hacer un reembolso si necesitamos ese dinero, teniendo en cuenta las condiciones del contrato, y otros en los que es preferible mantenerlo o hacer un traspaso a otro fondo si se quiere seguir ahorrando con este medio.
En ambos casos, lo importante es conocerse bien para saber qué cantidad de riesgo se está dispuesto a asumir, informarse y comparar opciones hasta dar con la que más se ajusta a nuestro perfil. De esta forma, minimizaremos el riesgo de que una mala decisión impacte negativamente en nuestros ahorros.