Planes de pensiones garantizados o cómo ahorrar seguro
Al aportar ahorros a un plan de pensiones estos son invertidos para obtener rentabilidad y eso siempre lleva aparejado cierto riesgo —mayor o menor en función del tipo de plan—. En este sentido, decantarse por un plan de pensiones garantizado supone apostar seguro: permite recuperar el 100% del capital inicial, siempre que se mantenga el plan hasta el vencimiento.
Contratar un plan de pensiones podría llegar a ser una necesidad en un futuro no muy lejano, dicen algunos expertos. El funcionamiento de este producto de ahorro a largo plazo es conocido: el titular va realizando aportaciones que serán invertidas por los gestores del plan con el objetivo de generar un complemento económico de cara a la jubilación. Pero esas inversiones van a tener un riesgo y rentabilidad diferentes en función del tipo de plan contratado: de renta fija, renta variable, mixtos o planes garantizados.
En este sentido, hay quien a la hora de elegir el plan de pensiones quiere que el riesgo para sus ahorros sea mínimo, es decir, tiene un perfil de inversión conservador. En este caso, una opción es acudir a los planes garantizados.
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El dinero invertido vuelve
Este tipo de planes de pensiones funcionan de forma similar al resto, pero su característica principal es que el titular del plan tendrá garantizado recuperar el dinero que ha invertido cuando llegue la fecha de vencimiento.
Dicha garantía —que no existe en ningún otro tipo de plan— está respaldada por la propia entidad bancaria, es decir, si el plan contratado no alcanza la rentabilidad estipulada, el banco se compromete a abonar al cliente el capital necesario hasta que recupere todo el dinero aportado.
Eso sí, la condición sine qua non para que la protección de la inversión se aplique es mantener el plan hasta que este venza. De esta forma no se asegurará la recuperación de todo el capital aportado en caso de rescate anticipado del plan o si el titular decide traspasarlo a otra entidad (se recuperaría a precio de mercado del momento del reembolso).
En el caso de las contingencias especiales contempladas por la ley para poder cobrar un plan de pensiones de manera anticipada —invalidez, dependencia, enfermedad grave, fallecimiento, desempleo de larga duración o ejecución hipotecaria—, el cliente tiene derecho a recuperar el dinero invertido así como la posible renta generada hasta ese momento, aunque pueden darse pérdidas porque el rescate se produce al valor liquidativo de la fecha solicitada.
¿Renta fija o variable?
Además de recuperar el capital inicial aportado, el titular podrá cobrar también un interés, que puede ser fijo o variable en función del tipo de plan garantizado que elija. El horizonte temporal de la inversión, es decir, los años que faltan para alcanzar la jubilación, será un factor clave a la hora de elegir entre los dos tipos:
- De renta fija: como indica su nombre, estos planes invierten el capital aportado en activos de renta fija (como Letras del Tesoro), ofreciendo una rentabilidad baja.
- De renta variable: invierten en una cartera de renta variable (acciones de empresas que cotizan en Bolsa). El beneficio potencial es mayor, pero los activos de renta variable son volátiles y, por definición, más arriesgados que los de renta fija.
Por tanto, conviene plantearse si se prefiere obtener menos retornos, pero seguros (aconsejable cuando queda poco tiempo para la jubilación) o aspirar a un retorno más alto pero incierto (puede ser adecuado si la jubilación queda algo más lejos).
De todas formas, no hay que olvidar que, ya sean de renta fija o variable, los planes garantizados son productos conservadores, para personas con poca tolerancia al riesgo o que deseen invertir con un horizonte temporal corto.