Planes de pensiones y PIAS, el ahorro para la jubilación
Si ya ha decidido que va a ahorrar para la jubilación, su siguiente duda será qué instrumento utilizar para ello. El mercado español ofrece varias opciones, como los planes de pensiones o los planes individuales de ahorro sistemático (PIAS), pero cada una de estas posibilidades se ajusta a un tipo distinto de ahorrador. Por ello, es conveniente conocerlos un poco más antes de decidir.
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Para la jubilación, hay que plantearse preferentemente un ahorro a largo plazo. Idealmente, deberíamos empezar a ahorrar para este objetivo desde que accedemos al mercado laboral. La diferencia principal planes de pensiones y PIAS es que los planes de pensiones son ilíquidos, lo que implica que el dinero, salvo en caso de algunas contingencias legales (fallecimiento, paro de larga duración o incapacidad laboral), no se puede recuperar hasta la jubilación. Recientemente, la normativa permite el rescate a partir de los 10 años para las aportaciones realizadas desde el 1 de enero de 2015.
En el caso de un PIAS (plan individual de ahorro sistemático) sí existe esa posibilidad de recuperar el dinero antes, pero se pagarían impuestos por el beneficio obtenido si la inversión no supera los diez años. Los PIAS son un híbrido entre un seguro de vida y un plan de pensiones, que garantizan una forma de renta vitalicia en el momento de la jubilación.
Otro punto a valorar es el de las aportaciones. Si le cuesta ahorrar, suele ser recomendable el PIAS porque su banco le retirará de la cuenta todos los meses el importe que le diga y así, al final del año, habrá ahorrado un importe mínimo. En el caso de un plan de pensiones, lo normal es que usted mismo decida cuánto y cuándo. A cambio, ofrece la ventaja de poder elegir la cantidad que se quiere aportar o bien no aportar nada si no le es posible durante varios años. Eso sí, también admite aportaciones periódicas.
En cuanto a las ventajas fiscales, las aportaciones al plan de pensiones desgravan. El dinero que se invierte en un plan de pensiones reduce el impuesto sobre la renta de cada año. En el caso de los PIAS, los rendimientos obtenidos desde el pago de la primera aportación o prima hasta que se empieza a cobrar la renta vitalicia están exentos de tributación. La tributación de esta forma de renta vitalicia depende del tiempo de constitución de la misma y también cambia en función de la edad del beneficiario en el momento del rescate.
A la hora de obtener rentabilidad por tu producto de ahorro, la diferencia es importante. El PIAS es un seguro con objetivo de preservación del capital, que invierte principalmente en deuda española, luego su rentabilidad es similar a ésta. El plan de pensiones ofrece una mayor variedad de activos en los que invertir, con lo que aporta una mayor rentabilidad potencial; si bien, el retorno no está garantizado y depende del mercado. Se puede traspasar el dinero de un plan a otro sin tributar. De esta forma, es posible invertir en los distintos mercados de renta fija o variable en función de las circunstancias económicas, del perfil inversor y la proximidad a la jubilación.
También permite diversificar, porque se pueden tener varios planes de pensiones contratados. Por último, en caso de fallecimiento, en el PIAS y en el plan de pensiones el capital pasa íntegro a los beneficiarios designados por el partícipe o por el tomador del seguro.