Pepe Rodríguez (MasterChef): "Entré en la cocina por casualidad"
Pepe Rodríguez encontró su sitio en los fogones cuando tuvo que echar una mano en El Bohío, el restaurante familiar que hoy lleva junto a su hermano. No era algo que buscara ni le apasionara pero el destino acertó. Con una estrella Michelin bajo el brazo, compagina su faceta de cocinero como jurado de MasterChef y como chef ejecutivo de Sodexo Prestige, grupo de restauración responsable de los espacios gastronómicos del emblemático edificio de La Vela.
Para celebrar la llegada del otoño, los empleados de Ciudad BBVA han podido disfrutar de una jornada micológica con un menú a base de setas. Pepe Rodríguez, como chef ejecutivo del restaurante Vela, no ha querido perder la ocasión de apoyar a su equipo: “Son los que realmente sacan el trabajo diario de todas las comidas que se dan en este edificio”.
Además, existen otros cuatro espacios de restauración repartidos por la sede corporativa del grupo financiero para dar servicio a casi 6.000 personas todos los días. “Si me dices que mañana tengo que dar de comer a 2.000 personas en mi restaurante me asusto y salgo corriendo porque no sabría hacer los números”, confiesa el chef de El Bohío. Pero, dentro de una empresa como BBVA, hay un equipo en proporción, “con un bagaje detrás que hace todo mucho más sencillo”.
Un chef con estrella
“Entré en la cocina por casualidad”, recuerda Pepe Rodríguez. “Llegó un punto en el negocio familiar en el que no quedó otro remedio”. El Bohío, situado en Illescas (Toledo), es un templo culinario de vanguardia pero muy apegado a la tierra, a la tradición.
El restaurante existía ya antes de la Guerra Civil y se convirtió en una parada obligatoria de paso entre Madrid y Toledo: “Mi abuela y una de sus hermanas eran guisanderas, cocineras de guisos populares que hacían para el conde de Mayalde, por ejemplo, que venía de cacería”, cuenta Pepe. Ahora, el restaurante está a su cargo y al de su hermano Diego, jefe de sala. “De lo que se comía entonces a lo que se come hoy en El Bohío hay un abismo. Es el cambio generacional de tres generaciones”.
"De lo que se comía entonces a lo que se come hoy en El Bohío hay un abismo"
Con su hermano se maneja “con todas las cosas bonitas que tiene la empresa familiar, sobre todo cuando es tan pequeña”, ironiza. Y confiesa más serio: “Nos llevamos bien, cada uno aporta lo mejor, y lo peor lo discutimos, a veces con esas malas maneras que tenemos los dos y otras veces con una suavidad extrema”. Una dinámica que sin duda funciona bien: en 1999, la Guía Michelin les concedió una de sus prestigiosas estrellas, que todavía hoy conservan.
Admiración por los hermanos Roca
La gastronomía española sabe mucho de historias familiares y probablemente una de las más conocidas sea la de los hermanos Roca, propietarios de El Celler de Can Roca. “¿Cómo se pueden llevar tan bien tres hermanos? Y ¿por qué además tienen que ser geniales los tres?”, exclama Pepe Rodríguez, en cuanto le preguntas por ellos.
“Es fácil entenderlo cuando conoces a su padre y a su madre”, retoma. “Esa señora con 80 u 82 años que tiene, explicando cómo se levanta todos los días a cocinar, con esa alegría, con ese cariño y esa pasión… No me extraña que los hijos sean así, son los mejores del mundo”, concluye tras desvelarnos que podremos ver muy pronto a Montserrat Fontané como invitada en MasterChef.
La cocina al alcance de todos
Aunque Pepe Rodríguez lleve más de 25 años en las cocinas, MasterChef hizo de él una estrella mediática como jurado del concurso. El programa culinario, que lleva tres años arrasando en televisión, ha puesto la cocina “de moda” y ha creado, en los hogares españoles, pequeños chefs inconformistas. “Notas que a la sociedad, sobre todo a los más jóvenes, algo les interesa del mundo de los cocineros, y esto es muy bueno”, afirma.
"Es raro el día en el que no tengo mesas con niños pequeños"
"Lo que intentamos desde un programa de televisión que es puro entretenimiento es que al final haya un poso de cultura". Esta toma de conciencia llega a los pequeños de la casa a través del televisor, quienes poco a poco aprenden la importancia de una buena alimentación, de disfrutar cocinando y de probar cosas nuevas: “Esos niños que antes no iban a los restaurantes ahora vienen. Es raro el día en el que no tengo mesas con niños pequeños”.