IGV: ¿Qué es y cómo se puede sacar?
El Impuesto General a las Ventas es un tributo indirecto que se aplica al consumo de bienes y servicios en Perú, y se recauda en cada fase de la cadena de producción y distribución.
El Impuesto General a las Ventas (IGV) es un tributo esencial en la estructura fiscal del Perú. Grava la venta de bienes y la prestación de servicios. Es similar al Impuesto al Valor Agregado (IVA) en otros países. Se aplica al momento de la compra final de un bien o servicio. La tasa total es del 18%, y se distribuye de la siguiente manera: un 16% corresponde al Impuesto General a las Ventas (IGV) y un 2% está destinado al Impuesto de Promoción Municipal.
De acuerdo con la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat) de Perú, el IGV se aplica a todas las actividades, excepto a las exportaciones y aquellas específicamente exoneradas o inafectas según la ley u otras normativas especiales.
Actividades que se gravan:
- La venta en el país de bienes muebles.
- La prestación o utilización de servicios en el país.
- Los contratos de construcción.
- La primera venta de inmuebles que realicen los constructores de los mismos.
- La importación de bienes.
Por ejemplo, María acuerda con Juan la compra de equipos de sonido por un monto de S/5,000 más IGV. Por lo tanto, sobre los S/5,000 se debe agregar S/900 de IGV, resultando en un total a pagar de S/5,900 como precio final de venta.
“Es un impuesto de carácter general, plurifásico y no acumulativo”, explica Miguel Carrillo, abogado y consultor tributario de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Es plurifásico, lo que significa que se aplica en cada paso del proceso de hacer y vender un producto o servicio. En lugar de gravar todo el valor del producto final al final, se carga solo el valor que se agrega en cada etapa del camino. Por ejemplo, un producto puede pasar por varias etapas como la producción, distribución y venta, y el IGV se cobra sobre el valor agregado en cada una de estas etapas, no sobre el precio total del producto cuando lo compra el consumidor.
No es acumulativo. Es decir, que el impuesto pagado en las etapas anteriores de la cadena de producción y comercialización puede ser restado o deducido del impuesto que se paga en la etapa final. Esto evita que el mismo valor sea gravado dos veces y asegura que el IGV se aplique solo al valor agregado en la última etapa del proceso. “Por ejemplo, un fabricante que paga IGV por las materias primas puede deducir ese impuesto cuando venda el producto final, de modo que el consumidor final no paga impuestos duplicados”, detalla Carrillo.
A pesar de su amplio alcance, el IGV no afecta todas las etapas del proceso productivo y de comercialización. El gobierno ha establecido excepciones destinadas a reducir la carga fiscal sobre productos y servicios esenciales para la población. Por ejemplo, uno de los pilares de dichas excepciones es la exención del IGV en la venta de alimentos frescos.
Frutas, verduras, hortalizas, tubérculos, legumbres y granos básicos están exentos de este impuesto. Esta medida tiene como objetivo principal asegurar que todos los sectores de la población tengan acceso a una alimentación básica a precios razonables, especialmente los más vulnerables. Además de los productos alimenticios, servicios vitales como el agua potable, el alcantarillado y la electricidad tampoco están sujetos al IGV. La excepción ha sido diseñada para mantener los costos de estos servicios fundamentales accesibles para todos, facilitando así el día a día de las personas.
Según los expertos, otra exención significativa es la aplicada a los bienes y servicios destinados a la exportación. Esta medida tiene como objetivo fomentar la competitividad de los productos peruanos en los mercados internacionales al evitar la carga de impuestos adicionales sobre los precios de exportación. Existen otras excepciones específicas al IGV en el Perú. Entre ellas se incluyen la venta de libros, periódicos y revistas, así como la prestación de servicios de educación y salud. La importación de medicamentos y otros productos de uso médico también está exenta de este impuesto.
Su importancia en la economía
El Impuesto General a las Ventas (así como el Impuesto a la Renta) juega un papel protagónico en la recaudación fiscal del Perú. “Es crucial para financiar servicios públicos esenciales y sostener la economía nacional”, afirma Carrillo.
Estos dos impuestos son el corazón que da funcionamiento a sectores como educación y salud, respaldan infraestructuras críticas y programas sociales clave. Su rol no se limita a la recaudación. También garantizan la estabilidad económica al permitir al gobierno cumplir con sus obligaciones financieras y promover un desarrollo sostenido y equitativo para los peruanos.