¿Qué pasará si no hay acuerdo para el ‘brexit’?
La Unión Europea se prepara ya para una posible salida de Reino Unido del club europeo, sin haber alcanzado un acuerdo entre ambas partes. Aunque aún no se descarta ningún escenario, Miguel Jiménez, economista jefe para Europa en BBVA Research, asegura en un reciente artículo publicado en El País que “ya no es inconcebible una salida sin acuerdo ni periodo transitorio”. En su opinión, esta sería la peor de las opciones para el ‘brexit’.
Después de más de dos años desde el referéndum en el que los británicos se decantaron a favor de la salida de Reino Unido de la UE, las conversaciones para establecer la futura relación entre el país y sus hasta ahora socios europeos siguen encalladas. A pesar de que durante los últimos meses se han acelerado las negociaciones, Miguel Jiménez resalta que se están volviendo bastante complejas, tanto desde el punto de vista técnico como político, en parte por la complicada situación política que vive Reino Unido.
En su reunión en la residencia campestre de la primera ministra de Reino Unido en Chequers este verano, el gobierno británico plasmó por escrito su propuesta para la relación futura con la UE. El documento incluye un acuerdo aduanero que, según Miguel Jiménez, es bastante difícil de asumir por parte de Bruselas. De las cuatro libertades que incluye el mercado único (libre circulación de personas, capitales, bienes y servicios), Reino Unido ha hecho una propuesta para mantener la libre circulación de los bienes, pero no de servicios y deja, por tanto, a la City de Londres fuera del mercado único y a expensas de acuerdos bilaterales entre el Reino Unido y el resto de Europa. El Reino Unido insiste también en mantener el control de su política de inmigración, lo que rompe con la libertad de circulación de personas.
En su propuesta, el gobierno británico incluye también algunas concesiones en materias como la participación en agencias europeas aunque sin derecho a voto, o el reconocimiento del papel del Tribunal de Justicia de la UE en determinados asuntos. Sin embargo, el negociador de la UE para el ‘brexit’, Michel Barnier, ha planteado dudas sobre la viabilidad de este acuerdo. Aunque es posible que la UE pueda ceder con la separación de los bienes de los servicios, de acuerdo con la opinión de Miguel Jiménez, las instituciones europeas serán más exigentes en el ámbito migratorio, donde el gobierno de Theresa May “deberá ceder aún bastante”.
La propuesta de Reino Unido deja a la City de Londres fuera del mercado único
En esta línea, el economista de BBVA Research advierte de que, aunque la Unión Europea y Reino Unido pudieran llegar a un acuerdo, la complicada situación política británica podría poner en peligro su aprobación. El ala euroescéptica del parlamento británico ha perdido a dos ministros clave en el gobierno (Boris Johnson y David Davis, que renunciaron a los pocos días de la reunión de Chequers) y ya ha anunciado que votará en contra de cualquier acuerdo basado en la actual propuesta. Esta decisión podría abocar a Reino Unido a una salida “dura”, sin periodo transitorio ni acuerdo comercial, la opción favorita de los euroescépticos británicos.
Por otra parte, al partido laborista, que se sitúa por delante en las encuestas, podría interesarle una derrota del Ejecutivo de Theresa May en el parlamento que conduzca a unas nuevas elecciones. Sin embargo, los partidarios de la permanencia de Reino Unido en la UE solicitan ahora un nuevo referéndum en el que se ofrezcan tres opciones: salida sin acuerdo; acuerdo negociado o permanencia.
Manifestantes en contra de la salida de Reino Unido de la UE protestan frente al Parlamento británico
¿Cómo afectará a la unión de mercado de capitales?
En caso de que finalmente Reino Unido deje la UE sin ningún tipo de acuerdo el 30 de marzo de 2019, el país quedará exento de cumplir las obligaciones de la legislación europea y dejará de beneficiarse automáticamente de los derechos europeos, lo que incluye aquellos derivados de la unión de mercado de capitales (CMU por sus siglas en inglés). Esta posible “situación sin precedentes” ha provocado que instituciones como la Comisión Europea (CE) o la Autoridad Bancaria Europea (EBA) hayan avisado ya de la necesidad de prepararse para un ‘brexit’ duro.
Durante años, la City de Londres ha sido el centro neurálgico de las finanzas europeas, en parte por las ventajas que ofrece el mercado único. Sin embargo, esta legislación europea cesará cuando la salida de Reino Unido se consume. Esto se traducirá en que, a partir de marzo de 2019, si no se alcanza ningún acuerdo de salida, las relaciones entre Reino Unido y la UE estarán reguladas de acuerdo al régimen de terceros países que contemplan tanto la legislación europea como los respectivos marcos regulatorios de los Estados miembro.
Es decir, si no se logra aprobar y ratificar un acuerdo de salida que establezca la futura relación entre la Unión Europea y Reino Unido, a partir del 30 de marzo de 2019 no habrá acceso al mercado único en suelo británico.
Dadas las implicaciones que el ‘brexit’ podría tener para la estabilidad financiera en la Unión Europea, un grupo de trabajo formado por técnicos del Banco de Inglaterra y del BCE trabaja ya regularmente con el objetivo de manejar el riesgo que traerá consigo la salida definitiva de Reino Unido del área de los servicios financieros en marzo de 2019.
Asimismo, la Comisión Europea ha adelantado otras de las consecuencias que se materializarán en caso de que se produzca un ‘brexit’ duro sin acuerdo de salida. Entre ellas la institución europea advierte de que tras la salida de Reino Unido, la UE comenzará a aplicarle tarifas, aranceles y controles fronterizos como a cualquier país tercero -lo cual afectará sobre todo al sector transporte por las demoras en los controles sanitarios y fitosanitarios-. La CE asume que de producirse este escenario, se perderá buena parte de la integración de mercado que existe en la actualidad con Reino Unido.
En este escenario, la situación de los ciudadanos queda también en el aire. De no alcanzarse ningún pacto UE-Reino Unido a tiempo, no habrá un acuerdo específico que regule la situación de los ciudadanos europeos en Reino Unido, ni tampoco la de los británicos en el suelo de algunos de los 27 socios de la UE.