Un viaje a París siempre es una buena idea
¿Quién no ha ido alguna vez a París o sueña con poder hacerlo pronto? Más allá de los inagotables paseos por la torre Eiffel, la capital francesa ofrece una infinidad de recorridos y monumentos por los que perderse, disfrutar e incluso viajar por el tiempo. Toma buena nota de estas recomendaciones:
El París bohemio
Montmartre es el centro neurálgico de los artistas, de antes y de ahora. Un sitio donde encontrar la inspiración paseando por sus calles estrechas, sus cafés, plazas y restaurantes. La Place du Tertre, también conocida como la plaza de los pintores, es el corazón de Montmartre. En ella, centenares de artistas (hasta 300 personas tienen permiso para exponer sus obras) se ofrecerán para hacerte un retrato. Más tarde, con tu cuadro bajo el brazo, podrás degustar una buena taza de café en los muchos sitios que rodean la plaza.
No puedes marcharte de este barrio sin subir los 130 metros que te llevarán a la basílica del Sagrado Corazón (Sacré Cœur). Visita el interior de este emblemático monumento de estilo neobizantino y, a la salida, tómate unos minutos para contemplar las magníficas vistas de la capital parisina, sin duda una de las instantáneas inolvidables del viaje.
Vista del barrio de Montmartre con la basílica del Sagrado Corazón al fondo
Los grandes museos
Si Montmartre es el barrio donde los pintores encuentran su musa, los museos de París es donde se atesoran sus obras. El Museo del Louvre sigue siendo una parada obligatoria aunque la capital francesa haya dejado de tener secretos para uno. Rememora las emblemáticas obras de Van Eyck, Vermeer, Rembrandt, Rubens o Delacroix. Acércate a los cuadros de Caravaggio, Rafael o Tiziano y no te pierdas la pintura española de Murillo, José de Ribera o Goya, entre otros muchos. Aunque es posible que tengas que hacer cola o sortear alguna que otra cabeza, no puedes abandonar el Louvre sin contemplar la Gioconda y su imperturbable sonrisa.
El Museo de Orsay, situado en una antigua estación de trenes, alberga una importante colección de arte del siglo XIX, con obras de Manet, Renoir o Courbet. La casa museo de Rodin, con sus maravillosos jardines, es también un lugar indispensable para los amantes del arte donde se puede contemplar, entre otros, el inmortal beso del escultor francés.
El Museo del Louvre es una parada obligatoria para todo aquel que visita París - Irene Ledyaeva
El pulmón de la capital francesa
París no solo vive del arte: el pulmón de la capital francesa está en sus parques y en sus avenidas arboladas. Los jardines de Luxemburgo, en pleno centro de la ciudad, rodean el senado francés y constituyen un entorno perfecto para descansar después de una larga caminata. Para muchos, estos jardines son los más bonitos de todo París, situados a escasos metros de la Universidad de la Sorbona y de la famosa Notre Dame de París.
El Bois de Boulogne, al oeste de París, es un enorme parque con más de 35 km de caminos para pasear o hacer ejercicio rodeado de naturaleza. Tiene una superficie de 846 hectáreas, muy superior al Central Park de Nueva York o a Hyde Park, en Londres. Por su tamaño, se necesitan varias horas para ver solo una pequeña parte, pero la visita, si te quedas varios días, merece la pena.
En la entrada más al sur de Bois de Boulogne, se encuentran las pistas de tenis más emblemáticas de la ciudad, donde todos los años los mejores tenistas del mundo se dan cita en el torneo de Roland Garros.
De tiendas por París
La capital francesa es también una meca para las compras. No hay nada que no pueda comprarse en París. La calle comercial más famosa de la ciudad es la exclusiva avenida de los Campos Elíseos, que une el Arco del Triunfo con la plaza de la Concordia.
En la parte alta, las tiendas de lujo, los grandes almacenes y los cines copan las aceras mientras que en la parte baja, los palacios y los hermosos jardines a la orilla del Sena ofrecen un paseo de ensueño.
En Le Marais, el barrio judío de París, puedes encontrar numerosas tiendas de ropa de segunda mano. Rodeado de museos, este distrito brinda al turista una zona agradable y tranquila donde pasear, mirar tiendas y tomarse algo.
Vista de Notre Dame de París, rodeada por el Sena - Paul Dufour