Paraguay, una economía edificada sobre roca
Al tratar de explicar cómo se dio el crecimiento de la economía paraguaya en estos últimos años en comparación al rendimiento de los demás países de la región, incluso pese a la recesión que sufrieron sus dos principales socios comerciales, puede uno imaginarse que es porque ese desarrollo se hizo sobre algunas bases firmes, sobre rocas, como dice una conocida parábola, y por lo tanto el país ha mantenido su dinámica.
El temporal que azota a América Latina tiene que ver en gran parte con el fin de los súper ciclos de los commodities que trajo como principal secuela el bajón de los precios y la caída de las inversiones y esto está golpeando grandemente a las economías de la región, al igual que a Paraguay, que ha sufrido mermas importantes en su comercio exterior.
Pero es bueno preguntarse qué es lo que hizo a una economía tan pequeña y abierta como la nuestra crecer por encima de las mismas adversidades que llevaron a otras grandes potencias a una contracción.
Paraguay ha construido su economía sobre fundamentos sólidos y firmes y ha podido crecer a una tasa del 4 % en 2016
La explicación que resalta, y que es compartida por muchos expertos, es que Paraguay ha construido su economía sobre fundamentos sólidos y firmes, y ha podido superar esta tormenta y crecer a una tasa nada despreciable del 4% en el 2016 y una tasa esperada del 3,7% para este periodo, cuando la región en su conjunto está sumida en una desaceleración, principalmente sus gigantes vecinos Brasil y Argentina.
Según coinciden economistas y expertos de organismos internacionales, estos fundamentos sólidos se han consolidado a través del tiempo debido a un adecuado y prudente manejo monetario y fiscal, con una inflación baja y estable, y sobre todo dentro de la meta establecida por el Banco Central alrededor del 4,5%, además de la diversificación de los motores de crecimiento.
Contar con una de las monedas más antiguas en Sudamérica, siendo la nación paraguaya una de las pocas del bloque que no ha pasado por ningún proceso de reconversión de su moneda, es una de las muestras más grandes que garantizan la estabilidad de la economía.
Guaraníes, moneda local de Paraguay.
Aunque la tormenta sigue azotando, Paraguay cuenta con un adecuado nivel de reservas (cerca de US$ 7.000 millones) que le permiten tener cierta holgura para salir a flote ante cualquier emergencia. Contar con fundamentos sólidos ha permitido al país estar de pie y seguir edificando su estructura a pesar de la adversidad, y esta misma base es la que seguirá sosteniendo la economía del país en este 2017.
De todas formas no todo fue brillo en 2016, ya que gran parte de la población manifiesta no sentir el crecimiento económico de manera real. Es que el paso de la tormenta ha dejado algunos efectos en el trayecto, como es la desaceleración en las actividades que mueven el consumo, el comercio y los servicios y que por ende tienen mayor impacto en la población. Por ejemplo, los servicios financieros siguen afectados por el bajón en el sector agro, ya que con la caída de precios se redujo el nivel de ingresos de los clientes agroganaderos, y con ello también se vio afectado el nivel de pago de deudas y menor inversión en la compra de maquinarias e implementos agrícolas. Además de la limitaciones en la tarjeta de crédito que incidió en un mayor deterioro del consumo.
Repuntes en sectores claves
No obstante, este 2017 se perfila con un mejor clima para los sectores claves para la población ya que hay indicios de repuntes en el rendimiento del comercio y los servicios, que ya empiezan a despegar y mostrar signos de recuperación. Es así que las importaciones en tránsito (para reexportación a países vecinos) vienen creciendo 20%, reforzando las expectativas de un próspero comercio de frontera.
Para 2017, se estima un crecimiento económico similar al del año pasado, alrededor del 3,7% pero con los motores más enfocados en el desempeño del comercio y los servicios, y en menor medida de parte de la agricultura, electricidad y construcciones, segmentos que recordemos tuvieron una participación clave en los resultados logrados en el 2016.
De acuerdo con las proyecciones oficiales, para actividades del sector primario (producción) se estima un crecimiento del 4,1% en este año frente a 9,5% del 2016, mientras que para las actividades secundarias (industrias) también se proyecta una expansión del 4,1% frente a 9,5%, en tanto que en el sector terciario (servicios) se espera un repunte del 4% frente al 1,3% del cierre de 2016.
Alerta a los riesgos
En relación a los riesgos latentes para el crecimiento económico, el escenario externo siempre pesa en las cifras y las miradas están puestas nuevamente en el desempeño de los principales socios comerciales (Brasil, Argentina y China) y así como en la política de suba de tasa de interés de Estados Unidos, que traerá una presión extra sobre la cotización del dólar. En cuanto a la inflación, se espera que se acelere un poco como efecto justamente del repunte del dólar, pero dentro de la meta, alrededor del 4,2%.
Otro condimento que pesará en este nuevo periodo es la tensión política que se intensificará en medio de un año preelectoral. Las tensiones políticas pueden inferir en el ánimo de los inversores, incluso en el nivel de calificación de la deuda país, por lo que se constituye en un factor de riesgo que pesará en las expectativas del crecimiento del PIB.
Por otra parte, aunque hubo intención de topear la política monetaria, que tuvo gran discusión a nivel parlamentario, finalmente fue vetado por el Ejecutivo. Esto deja un aire de calma, ya que el tope podía haber sido un factor altamente riesgoso para la estabilidad de la economía.