Los pagos por proximidad con el móvil (NFC), más que una realidad
La tecnología NFC, ‘Near Field Communications’, permite la comunicación a corta distancia entre dos dispositivos electrónicos de manera inalámbrica. Este intercambio de datos no es nuevo, empezó a utilizarse en el año 2003, aunque entre el año pasado y el actual muchas marcas, bancos y organizaciones lo han incorporado a su modelo de negocio, lo que se ha traducido en importantes avances en los métodos de pago ‘contactless’ y móvil basados en esta tecnología.
Esta forma de comunicación entre dispositivos hereda sus características de distancia y velocidad de transmisión de las etiquetas RFID, o, dicho de otro modo, las alarmas en las tiendas de ropa que detectan los arcos de seguridad. La primera marca en ver su potencial fue Nokia que, junto con Philips y Sony, creó en 2004 el ‘NFC forum’, una asociación sin ánimo de lucro donde se comparten experiencias, aplicaciones y soluciones para el entorno NFC. A día de hoy, los tres miembros han pasado a ser más de 170 marcas y empresas.
La tecnología NFC tiene una serie de ventajas ante el pago tradicional con tarjeta o billetes: la seguridad, garantizada por la necesaria proximidad entre los dispositivos (a más de 10 o 15 centímetros deja de funcionar); y su elevada velocidad de transmisión para enviar y recibir datos (es un método casi instantáneo).
Tanto móviles como tarjetas pueden disponer de esta tecnología para hacer pagos sin contacto, pero existe una ‘cierta’ rivalidad entre ambos métodos. Las tarjetas son más autónomas (no es necesario cargarlas) y, hasta hace poco, eran percibidas como más fiables para el ‘target’ de edad más avanzada. Los móviles, sin embargo, siempre están cerca del consumidor, no requieren un cajero para comprobar el pago (pueden enviar notificaciones inmediatas) y, además, en un solo aparato se pueden tener varias cuentas, ‘wallets’ o aplicaciones cartera. ¿Qué es lo único que falta en la ecuación de NFC para que los ‘smartphones’ ganen la batalla? Que todos los modelos de teléfonos inteligentes incorporen esta tecnología para los pagos. Aunque la lista es ya bastante larga.
El ‘smartphone’, aliado de la tecnología NFC
Los principales distribuidores de tarjetas plantearon su primera versión sin contacto en 1994. Algunos años después, las tarjetas ‘contactless’ de crédito y débito empezaron a irrumpir en el mercado. Aunque la sociedad parecía reticente ante la seguridad de este método, los bancos comenzaron a ofrecer este tipo de tarjeta bancaria a sus clientes. En la actualidad, casi todas las entidades las ofrecen en los países en los que operan.
Sin embargo, no fue hasta 2006 cuando los fabricantes de dispositivos más importantes del mundo vieron la posibilidad de incorporar NFC a sus terminales móviles. Por entonces, solo un 10% de los ‘smartphones’ se utilizaban para pagar en tiendas y los grandes operadores centraban sus esfuerzos ‘contactless’ en las tarjetas de crédito y débito, dejando de lado su integración en dispositivos móviles. Uno de los motivos era la brecha digital entre jóvenes y personas más mayores, que no contaban con móviles inteligentes.
No obstante, una vez que esa brecha ha dejado de ser tan persistente, la percepción del pago por NFC como método poco seguro pasó a ser una preocupación entre los usuarios que, sin embargo, no está justificada: los datos se encuentran encriptados a través de un ‘token’ que llega al lector de NFC, que desencripta e interpreta ese ‘token’. Además, la mayoría de aplicaciones piden un código PIN para confirmar el pago y la factura es instantánea.
El futuro de esta tecnología, ya disponible
Desde el año 2014, el pago ‘contactless’ ha avanzado exponencialmente. Según las previsiones presentadas por GSMA, se estima que este año los pagos globales a través de NFC asciendan a 1.300 millones de dólares. Sin embargo, esta forma de pago es sólo una de las muchas aplicaciones que parece tener NFC. El fundador de Biofoundry se instaló el año pasado un chip dentro de su pulgar para poder pagar sin llevar cartera, ni móvil.
En otros terrenos, Nintendo ha evolucionado sus consolas incorporando este sistema a su 3DS, WII U o a la Nintendo Switch. También existen aplicaciones del NFC en el ámbito de las redes sociales como Facebook o LinkedIn, en el caso de este último hay etiquetas NFC que funcionan como tarjetas de visita.
En EE.UU. el transporte público de la ciudad de Nueva York o el metro de Los Ángeles ya incorporan este sistema, así como en otros medios de transporte en Alemania o Canadá. En España, todos los principales bancos cuentan con un ‘wallet’ que funciona con redes ‘contactless’. Y las compañías tecnológicas también tienen sus propios modelos de pago basados en NFC: Android Pay y Apple Pay. La tecnología NFC sigue creciendo por todo el mundo, y es cuestión de tiempo que cada vez más marcas encuentren una aplicación en su modelo de negocio.