Cómo pagar las deudas adquiridas en las vacaciones
Es fácil dejarse llevar en vacaciones y gastar más de la cuenta. “Me lo he ganado”, “un día es un día”, “¿qué oportunidad voy a volver a tener de hacer esto?”… Los gastos se suceden hasta que llegar el momento de volver y revisar las cuentas. Es entonces cuando, si la deuda se ha disparado, a la clásica depresión posvacacional se le añade una mucho peor: la de las finanzas. Para superarla, hay que ponerse en acción cuanto antes.
Lo primero de todo es sentarse y comprobar la cantidad exacta que se ha gastado, tanto en pagos en efectivo como con la tarjeta de crédito. A partir de ahí, si el gasto ha sido mayor del esperado, conviene establecer un plan de acción para empezar a solucionar el desaguisado.
Ante todo, disciplina
Al hacer el presupuesto mensual hay que tener en cuenta que, a las partidas habituales (vivienda, cesta de la compra, facturas, etc.), hay que añadir una nueva dedicada a saldar la deuda adquirida en vacaciones. Esta tiene que ocupar un lugar prioritario y a ella debe ir gran parte del ahorro que se consiga para satisfacerla lo antes posible.
Durante el tiempo que dure este proceso conviene evitar, por todos los medios, seguir endeudándose y recortar los gastos al máximo. Para ello, hay que analizar bien por dónde se está yendo el dinero e intentar eliminar los gastos superfluos. Sobre todo, conviene prestar especial atención a los pequeños consumos del día a día, conocidos como “gastos hormiga”, que pueden acabar suponiendo una cantidad importante a final de mes.
¿Y la tarjeta de crédito?
Se debe utilizar con responsabilidad y contar con que que hay que devolver el dinero en el plazo fijado, ya que los descubiertos tienen consecuencias negativas para el ahorro. Las entidades bancarias suelen dar la opción de retrasar el pago y que el cliente devuelva el dinero a plazos. Eso sí, esta modalidad conlleva sus correspondientes intereses, lo que puede encarecer la deuda. Si se decide continuar por esta vía, hay que intentar devolver el dinero en la menor cantidad de plazos posible.
Una solución extra
Si no se tienen suficientes fondos para solucionar el problema y los ahorros han desaparecido, conviene buscar una fuente de ingresos alternativa. Conseguir un trabajo extra o vender artículos de segunda mano a través de las numerosas webs y aplicaciones diseñadas para este fin, suelen ser las opciones más habituales.
Y para la próxima vez…
Establecer un presupuesto para las vacaciones, reservarlas con toda la antelación posible para que el precio no se dispare y nunca dejarse llevar por la euforia del “un día es un día”, son las premisas básicas para que esta situación no se vuelva a repetir. Y ya de paso, quizá ha llegado el momento de hacer examen de conciencia y cambiar de hábitos. Por ejemplo, pagar más en efectivo para controlar los gastos y usar la tarjeta de crédito solo cuando sea verdaderamente necesario. De esta forma, la depresión postvacacional solo será un pequeño bache emocional y no un grave problema financiero.
Para mantenerse al día, en el Centro para la Educación y Capacidades Financieras se encuentra disponible toda la información relevante sobre educación financiera en el mundo.