La otra cara del ‘brexit’: el acceso al talento ‘fintech’ europeo
Desde hace años, Londres, París y Berlín han actuado como punta de lanza en Europa para promover una comunidad ‘startup’ capaz de competir de tú a tú con Silicon Valley. Por número de ingenieros, está a punto de conseguirlo. Según datos recientes, ya son más de 515.000 informáticos los que se concentran en esas tres ciudades, frente a los 564.000 que se estima que viven en la Bahía de San Francisco.
Según el último informe de Mobile World Capital, España es el único país con dos ciudades, Madrid y Barcelona, en el ranking de los 10 principales centros de innovación en Europa, lo que podría ayudar a superar en número de recursos humanos a Silicon Valley.
El creciente número de ‘startups’ tecnológicas ha ayudado a atraer a algunas de las mentes más brillantes del mundo, pero también a descubrir historias de éxito locales.
Como es lógico, el talento europeo está gravitando hacia las ciudades que conforman este 'top 10' (Londres, París, Berlín, Dublín, Barcelona, Madrid, Amsterdam, Estocolmo, Helsinki y Copenhague). La existencia de profesionales cualificados, además de políticas gubernamentales en favor del desarrollo de comunidades de emprendedores, son dos factores que explican esta migración, en la que también han influido los cambios regulatorios y el acceso a financiación.
El auge de estas potencias urbanas ha dado origen a una situación de cierto desequilibrio en las ciudades, regiones y países menos preparados para competir. Según un informe reciente de BBVA Research, el sector ‘fintech’ se ha visto particularmente afectado por este desequilibrio.
Para poner remedio a esta situación, la Comisión Europea se ha fijado como uno de sus objetivos prioritarios la reducción de las barreras de entrada para las ‘startups fintech’ de todo el continente.
Evitar la fuga de talento
Uno de los mayores desafíos para crecer para las ‘startups’ es detectar y evitar la fuga de talento. Las firmas emergentes de Londres, París y Berlín están en una posición inmejorable para atraer talento de otros polos tecnológicos de Europa, ya que acaparan la mayor parte de las inversiones de capital riesgo. Esto supone acceso a financiación, y lo que es más importante aún: sirve para validar sus modelos de negocio.
La llegada del 'brexit' ha sembrado inquietud ante la posible fuga de talento en Londres después del quiebre con la UE. Varias empresas han manifestado su temor a que la nueva generación de ingenieros, programadores y emprendedores tecnológicos europeos comience a dar la espalda a la capital británica, vuelva a sus países de origen en Europa continental o ni siquiera se plantee trasladarse a Londres.
Los datos recientes parecen confirmar la tendencia. El año pasado emigraron al Reino Unido 47.000 personas menos. Y el problema no se limita a una reducción del flujo de talento entrante. El número de ciudadanos europeos que están abandonando el Reino Unido es el mayor registrado en ningún país europeo desde la crisis financiera de 2008. Esta ‘fuga de cerebros’ podría estar influyendo en la pérdida de atractivo de Londres para los emprendedores ‘fintech’ y ya son varias las ‘startups’ que han decidido abrir sus oficinas en ciudades como Ámsterdam, Berlín o París.
Los beneficios para el ecosistema ‘fintech’ global
Este análisis del impacto negativo, no obstante, deja de lado los muchos beneficios que una distribución más equitativa del talento podría reportarle al ecosistema ‘fintech’.
La concentración de talento en un grupo reducido de polos tecnológicos es bueno para esas ciudades, pero perjudicial para el sector ‘fintech’ ya que socava la capacidad de crecimiento de las ‘startups’ en ecosistemas menos consolidados. La situación actual ha derivado en una concentración del talento en Londres o en empresas con sede en Londres y a un encarecimiento y escasez de talento en otras regiones.
Y no se trata sólo del talento. Un efecto colateral de esta situación es que la atención de los inversores se ha centrado en un puñado de ciudades, en detrimento de propuestas igual de innovadoras y de alta calidad en comunidades menos desarrolladas.
Más allá de los pros y contras del Brexit, su materialización podría ayudar a democratizar el acceso al talento ‘fintech’. Si el talento se queda en sus mercados nativos o decide asentarse en otros núcleos ‘fintech’ en auge será beneficioso para las ‘startups’ locales y ayudará a promover un sistema más global.
Esta situación debería ayudar a otros centros de innovación a prosperar, lo cual redundaría en un mayor desarrollo del ecosistema global. Inspirar, facilitar y apoyar la innovación que proviene de lugares “inesperados” es una manera efectiva de ampliar la lista de empresas candidatas a convertirse en casos de éxito.
BBVA Open Talent es sólo un ejemplo de cómo BBVA está aglutinando una comunidad mundial de ‘startups’ – algunas provenientes de mercados con infraestructuras mínimas, para nada comparables a las de Londres o los grandes centros del ‘fintech’ – y ayudando a esas ‘startups’ a acceder a redes globales de colaboración, inversión y apoyo.
En la edición del año pasado, sin ir más lejos, se presentaron a concurso proyectos provenientes de 72 países y más de 200 ciudades. Proyectos ideados por gente decidida a redefinir y rediseñar el futuro de los servicios bancarios, prueba de que los grandes desarrollos de tecnología financiera pueden originarse y desarrollarse en muchos otros lugares, no sólo en los grandes centros globales.
La evolución hacia un mundo cada vez más digital, con mejores canales de comunicación y donde los datos se convierten en activos tan importantes como el dinero, favorece que la innovación pueda surgir de prácticamente cualquier lado.
Para BBVA, esto implica mantener una actitud abierta frente a nuevas ideas y maneras de trabajar, asociarse con gente nueva y garantizar que, como empresa, el banco no se convierte en una traba a la innovación por considerarla una amenaza a su posición como actor tradicional en el mercado financiero.
Más información sobre BBVA Open Talent en su página web.