En general, todos los consumidores recurren más a las plataformas en línea para comprar un coche. Pero es la Generación Z (los nacidos entre 1997 y 2012) que está a punto de alcanzar el tramo en que sus ingresos serán los más elevados de su vida. Por ello, el mercado se está centrando en sus preferencias para garantizar que se satisfagan sus expectativas.

Las investigaciones demuestran que la Generación Z es consciente del medio ambiente y prefiere las marcas que se alinean con sus valores fundamentales en torno a la sostenibilidad, la inclusión y la innovación circular. Prefieren realizar sus compras a través de dispositivos móviles (74%) y se informan exhaustivamente en Internet antes de comprar (47%). Lo mismo ocurre a la hora de comprar un coche, y expresan su preferencia por los vehículos eléctricos. Esta generación valora la comodidad y la innovación, por lo que busca financiación de las firmas del sector del automóvil a la hora de realizar la compra. Su fidelidad a la marca depende en gran medida de las ventajas financieras y las recompensas ofrecidas.

La generación z prefieren realizar sus compras a través de dispositivos móviles (74%) y se informan exhaustivamente en Internet antes de comprar (47%).

Como resultado, los jóvenes consumidores son más partidarios de buscar fabricantes de coches que ofrezcan la comodidad de opciones de financiación flexibles y de bajo coste a la hora de adquirir un vehículo eléctrico. La financiación de vehículos eléctricos ofrecida en colaboración con entidades bancarias proporciona a los consumidores tipos de interés más bajos y otros incentivos en su compra. De hecho, se ha demostrado que los consumidores vuelven a la app o al sitio web de las empresas de automoción asociadas con entidades financieras tres o cuatro veces al mes, y realizan una compra una vez al mes. Además, se ha demostrado que recibir financiación en el punto de venta aumenta en gran medida la satisfacción del cliente.

El futuro de las finanzas pasa por adaptarse a las preferencias de una nueva generación de consumidores acostumbrados a utilizar la tecnología. Aunque el cambio en las preferencias refleja una clara transformación en curso entre las entidades bancarias, deben integrarse soluciones más flexibles, personalizadas y tecnológicamente avanzadas para que puedan mantener su relevancia y competitividad.