Once buenas ideas para cuadrar el presupuesto (e incluso ahorrar)
Todos queremos cuadrar nuestros presupuestos familiares, pero a veces no llegamos. Estas propuestas nos pueden ayudar a ahorrar en nuestras facturas domésticas.
Cocinar más y comer más alimentos frescos
Comer fuera de casa puede ser necesario, por ejemplo, por motivos laborales, pero siempre existen alternativas como las fiambreras de toda la vida. Hay que explorar todas las alternativas a nuestro alcance para evitar comer demasiado en restaurantes, especialmente si no disponemos de cheques restaurante o comedores de empresa que alivien nuestro presupuesto.
En otras ocasiones, el problema es la falta de tiempo, que lleva a muchas personas a encarecer los presupuestos con comidas ya preparadas, como las precocinadas, los dulces que se adquieren en los supermercados, etc. Ahorran tiempo, pero no olvidemos que cuestan más dinero. Si, además, podemos comprar los alimentos frescos de temporada, podremos ahorrarnos mucho dinero en la cesta de la compra.
El ocio de bajo coste no tiene por qué ser de baja calidad
Existen múltiples alternativas de ocio de costes reducidos como caminar, conversar, escuchar la radio, ver la televisión, acudir a las bibliotecas públicas, hacer deporte en pabellones deportivos municipales, participar en asociaciones e instituciones sin fines lucrativos, disfrutar de exposiciones gratuitas, los talleres gratuitos...
La variedad es muy grande. Quizás dentro de nuestros planes de ocio tendrían preferencia algunas actividades caras, pero con este tipo de actividades se puede ahorrar mucho, por eso es conveniente estudiarlas en profundidad.
Vehículos de alta ocupación frente al propio
El coche particular en el que viaja una sola persona es una máquina de gastar dinero a toda velocidad. Existen alternativas como compartir viaje, hasta donde sea posible, con otros miembros de la familia, optando alguno por una alternativa a partir de un punto o compartir con amigos o incluso con desconocidos. También es posible emplear coches compartidos para ahorrar en transporte.
El transporte público es una buena forma de ahorrar, precisamente por la mayor ocupación. En los viajes esporádicos permite ahorrar los costes fijos derivados de tener un coche o una moto. En los viajes habituales, los bonos nos pueden ayudar a gastar mucho menos.
No confundir gastos con inversiones
Las inversiones pretenden garantizarnos un futuro con mayores ingresos o menores gastos que nos ayudarán a ahorrar. Por ejemplo, los estudios de tus hijos no son un gasto, sino una inversión que les permitirá acceder a mejores oportunidades en la vida y también a saber en qué deben gastar de forma responsable.
Algo semejante sucede con los gastos relacionados con la salud. Los gastos de la atención sanitaria, los gastos que conlleva hacer ejercicio, el mayor coste de algunas dietas especiales son solamente algunos ejemplos de inversiones que evitarán gastos en dependencia en el futuro, mejores perspectivas laborales en el presente y una vida con mayor armonía.
Emplea las tarjetas de crédito con cabeza
Comprar a crédito con cabeza es una muy buena forma de ahorrar. En ocasiones, nos surgen oportunidades de consumo, pero no disponemos de dinero suficiente para pagar en ese momento. La tarjeta de crédito será nuestro salvavidas.
Hay que estar más pendientes de las oportunidades, las ofertas, del consumo responsable, que de las tensiones que pueda sufrir nuestra cartera. Si dentro de poco tiempo podremos pagarlo, ¿por qué esperar pudiendo pagar a crédito?
No realizar gastos por aparentar o por la presión social
Gastar por encima de nuestras posibilidades para aparentar es una mala idea. Se realizan gastos para dar una impresión equivocada a otras personas, sin suponer satisfacción propia, más allá de la vanidad.
Sí, podemos gastar en nuestra apariencia, en reforzar la expresión externa de aquellas cualidades que poseemos y que nos interesa que la gente conozca. Eso es, por ejemplo, importante en la búsqueda de trabajo, pareja u oportunidades de negocio. Pero en esos casos, al reforzar los rasgos que ya poseemos, los gastos serán menores y la apariencia más natural y acorde con nuestro presupuesto.
El buen hacer de los comparadores de precios
Cuando compramos algo, nos interesa comparar las opciones y elegir la más adecuada a lo que buscamos, pero, una vez hemos tomado la decisión, lo lógico es querer la opción más barata para adquirir el artículo en cuestión.
Gracias a los comparadores online, podemos saber cuál es la opción que mejor se ajusta a nosotros y en la que podamos ahorrar un dinero sin malgastar nuestro tiempo.
Aprovechar las ventajas de la economía colaborativa
La economía colaborativa es una buena forma de ahorrar para aquellos que poseen un bien que emplean por debajo de su capacidad. Y es que permite obtener unos ingresos por ceder aquellas cosas que tenemos y que no aprovechamos continuamente. El dinero que se consigue por ello puede aliviar los costes derivados de tener esas cosas.
Pero también la economía colaborativa es una forma de ahorrar en aquellas cosas que solamente consumimos de forma ocasional. No nos hace falta ser propietarios para poder disfrutar de forma puntual de un coche, una casa en la playa o plaza de parking, etcétera, lo que siempre vendrá bien para nuestro bolsillo.
Paga solamente por aquello que merezca la pena pagar
A veces pagamos por bienes o servicios por los que, en otras condiciones más ventajosas, no tendríamos que pagar. Nos conviene estudiar las opciones y decantarnos por aquella que nos resulta más económica. ¿Por qué comprarte un determinado software si ese programa gratuito Open Source te permite hacer lo que tú quieres?
Consumir en períodos valle
Muchos de los bienes y servicios que consumimos están afectados por la estacionalidad. Es decir, se trata de bienes y servicios cuya demanda tiene momentos en los que es muy alta y otros en los que baja mucho. Si la producción no es almacenable, es probable que haya precios mucho más reducidos en los momentos de baja demanda.
Un ejemplo es el de aprovechar para viajar, si es posible, las temporadas bajas. Otro ejemplo es el de concentrar nuestro consumo eléctrico en los momentos de menor precio, si tenemos una tarifa con discriminación horaria.
A las rebajas de cabeza
En muchos negocios, como el comercio textil, existen modas que nos pueden incitar a comprar lo antes posible para “no quedarnos desfasados”. Sin embargo, si esperamos un poco, y aunque no vayamos a la última moda, podemos ahorrarnos un buen dinero en nuestras compras en las rebajas.
¿Y qué decir de otro tipo de compras? Muebles, electrodomésticos, equipo informático, libros… Si esperamos al periodo de rebajas o a los días de promoción de un determinado establecimiento, podremos encontrar exactamente el mismo producto al que le hemos echado un ojo a un tanto por ciento más barato. Ya se sabe, las prisas nunca han sido buenas compañeras.