Ommegang: un viaje en el tiempo hasta la Bruselas de Carlos V
Todos los veranos, a comienzos de julio, la Grand Place de Bruselas retrocede hasta el siglo XVI para recibir a la corte de Carlos V. Durante tres días, trajes de época, torneos a caballo y concursos de tiro con ballesta se adueñan del centro de Bruselas para celebrar la fiesta del Ommegang.
Este tradicional festejo conmemora la entrada triunfal de Carlos I de España a la capital belga para presentar al infante Felipe II, futuro soberano de las tierras flamencas, en 1549. Tanto el pueblo como las élites políticas y económicas quisieron rendir homenaje al emperador con grandes espectáculos ecuestres en la Grand Place. Cinco siglos después, cada 5 de julio, el centro de Bruselas sigue vistiéndose de gala para participar en este colorido desfile.
La fiesta del Ommegang, recuperada en 1930, forma parte del Festival Carolus V que da comienzo en mayo y dura hasta septiembre. Más de 1.400 actores representan ante miles de espectadores la llegada del emperador a la plaza junto a su séquito de nobles y los representantes de las nueve villas libres de Bélgica. Los organizadores intentan plasmar con la mayor exactitud posible todos los detalles históricos, desde la elección de los participantes hasta las vestimentas de los mismos.
Para lograr este rigor histórico, es imprescindible recurrir a pinturas y grabados de la época. Uno de los documentos más precisos es La Fiesta de los Ballesteros ante la iglesia de Nuestra Señora de Sablón de Pieter Snayers, un cuadro de la Colección BBVA, que se puede estudiar hasta el más mínimo detalle gracias a la herramienta del Gigapixel que ofrece la web de la Colección.
Detalle de la Fiesta de los ballesteros ante la iglesia de Nuestra Señora de Sablón - Colección BBVA
Origen religioso
Sin embargo, antes de la visita del emperador, Bruselas ya festejaba el Ommengang. Esta procesión, organizada por el gremio de los ballesteros, se celebraba en honor a Nuestra Señora de las Victorias, cuya imagen se encontraba en la iglesia del Sablón. El pueblo entero se echaba a las calles para conmemorar el traslado de la milagrosa talla desde Amberes, tal y como plasma el óleo de Pieter Snayers.
La fiesta, que adquirió mayor relevancia tras la visita de Carlos V, sufrió un duro revés cuando en 1580 los calvinistas quemaron la imagen de la Virgen. Tras la caída de la ciudad en manos de los protestantes, la procesión del Ommegang dejó de celebrarse y los festejos no recuperaron su esplendor hasta 1615, año en el que la archiduquesa Isabel Clara Eugenia participó en el campeonato de tiro del gremio de los ballesteros.
Desfile del Ommegang en la Grand Place de Bruselas. - Ommegang
Durante esta competición, la hija de Felipe II logró abatir un papagayo que estaba colocado sobre la aguja de la torre de Nuestra Señora de Sablón. Fue proclamada reina de la cofradía y las fiestas se alargaron dos semanas. Tras esta gesta, los archiduques encargaron al pintor de la corte, Denis van Alsloot, una serie de cuadros entre los que se encuentra La infanta Isabel abatiendo el pájaro en el tiro del Grand Serment, que conmemorara la hazaña de la infanta; y La procesión de gremios que se encuentra en el Museo del Prado.