¿Qué ocurre si el apartamento en la playa que he alquilado no tiene seguro de hogar?
Aunque no resulta obligatorio en nuestro país contratar un seguro de hogar (salvo que la vivienda esté hipotecada), resulta muy aconsejable de cara a encontrarnos protegidos ante los múltiples imprevistos que pueden surgir, como robos, roturas o inundaciones. Sin embargo, aunque tres de cada cuatro hogares en España cuenta con un producto de estas características, según datos de Unespa, esa cifra se desploma a la hora de hablar de la segunda vivienda, debido a dos causas principales: el coste y que, de manera generalizada, no se cree que se vaya a amortizar adecuadamente.
Por definición, una segunda residencia es aquella que se utiliza de forma ocasional o periódica, por lo que no suele deteriorarse del mismo modo que en la que vivimos a diario. Pero eso no hace que resulte estéril contratar un seguro de hogar, dado que puede brindarnos un sinfín de servicios, como, por ejemplo:
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Cubrirnos en el caso de que entren a robarnos mientras no estamos, tanto en la indemnización como en gastos de reparación de la cerradura del inmueble, la rotura de cristales o daños en el cuadro eléctrico.
- Reparar posibles daños estéticos, como pintura y elementos decorativos (azulejos, suelo) que contribuyan a mantener el aspecto original.
- Arreglar cualquier desperfecto que se produzca si alquilamos la casa a terceros en los periodos en los que no la utilizamos.
- Ofrecernos cobertura jurídica en temas como reclamaciones o fianzas.
- Aportarnos tranquilidad ante posibles fenómenos naturales que pueden dañar la vivienda (lluvias, nevadas, tormentas eléctricas), principalmente en relación a su estructura externa.
- Darnos la posibilidad de disponer de asistencia todo el año ante cualquier urgencia que surja (rotura de la caldera, olvido de la llave, quedarnos sin luz…)
- Proteger a nuestra familia de cualquier incidencia de responsabilidad civil, como que se caiga una planta a alguien desde nuestra terraza.
Cómo decantarnos por uno
Los seguros de hogar tienden a ser cada vez más completos, recogiendo las demandas más recientes de los clientes en temas como, por ejemplo, la asistencia informática o el servicio permanente de 'manitas' ante cualquier imprevisto casero. Pero, además del nivel de coberturas que tiene cada uno de ellos, el elemento más determinante continúa siendo el precio, por lo que lo más recomendable antes de escogerlo es comparar las diferentes ofertas que existen actualmente en el mercado.
La prima del seguro es lo que el cliente paga a la empresa aseguradora para disfrutar de la cobertura de riesgo que ha contratado. Se abona al suscribir la póliza y suele tener una renovación automática anual si no ocurre ninguna incidencia entre las partes. Para valorar si es cara o se ajusta a nuestras necesidades, debemos tener en cuenta:
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El uso que le daremos al inmueble, ya que, en principio, la segunda residencia se disfrutará menos que nuestra vivienda habitual, por lo que debería tener un coste más bajo, ya que el riesgo de imprevistos se reduce considerablemente.
- El aspecto exterior (continente) y el interior (contenido), que implica valorar tanto la calidad de los materiales de construcción y decoración como los artículos de valor que guardamos en la casa.
El seguro de hogar más habitual en España se denomina multirriesgo y tiene como principal ventaja que permite dar más partes a la compañía. Sin embargo, también resulta más caro que otras modalidades con un menor nivel de cobertura y que, según nuestras necesidades, pueden ajustarse mejor a nuestra segunda vivienda.
En cualquier caso, antes de escoger uno, infórmate lo máximo posible y compara, y recuerda tus derechos como cliente, muchos de los cuales vienen recogidos en la Directiva Europea de Hipotecas de 2013, que, entre otras medidas, prohíbe expresamente vincular los seguros a la concesión de un préstamo hipotecario.