Ochenta científicas del mundo leyeron mensajes de amor a los pingüinos en 15 idiomas
Aunque a la científica Paola Tello lo que más le impactó en la Antártida fue la combinación de tonos verdes y azules en los icebergs que ella creía eran solo blancos, lo que la emocionó de verdad fue la oportunidad que tuvieron 80 mujeres de todo el mundo de reunirse para leer los mensajes que niños de América Latina y del Reino Unido enviaron a los pingüinos.
Que más de 80 mujeres de 27 países recorran el mundo para llegar hasta la Antártida a leer mensajes de amor en 15 idiomas debe ser por algo. Pues nada más y nada menos el motivo de esta masiva movilización femenina para dar un mensaje son los pingüinos, pues su importancia en la preservación del medio ambiente es inmensa.
Pero no fue solo por los pingüinos que estas mujeres, todas científicas de diferentes disciplinas, viajaron al continente blanco, lo hicieron como parte de la Homeward Bound 'La madre tierra necesita a sus hijas', un proyecto que busca llevar a 1.000 mujeres a esa parte de la tierra y que en sus dos expediciones ya completa más de 150.
Paola Tello, la científica colombiana que llevó la bandera de BBVA a la Antártida.
La primera colombiana en ser convocada a esta cita se llama Paola Tello, es de Bucaramanga y es física de la Universidad Industrial de Santander, con especialidad en rocas. Actualmente se desempeña profesionalmente en Londres con una compañía petrolera. Ella, con el apoyo de BBVA, recorrió Colombia y dictó el taller Antártida para valientes, en el que además de explicar a niñas y niños cómo y qué es este continente ubicado al sur del planeta, les pidió que escribieran mensajes para los pingüinos, una de las especies que habitan allí y que se encuentra en peligro de extinción debido al cambio climático y a otros problemas ambientales.
Recogió más de 500 misivas, no solo en Colombia sino también en el Reino Unido, en donde alcanzó a dictar algunos talleres. Muchas de sus compañeras de expedición siguieron su ejemplo e hicieron lo mismo en Chile, Perú, España y México.
Los pingüinos viven en grandes comunidades en la península Antártica.
Rumbo al hielo
En febrero pasado, Paola Tello cogió todas las cartas, algo de ropa abrigada y especializada para bajas temperaturas, 250 kilos de café colombiano y muchos libros, y se embarcó en esta aventura. Luego de 30 días de recorrer parte de la Antártida y visitar algunas de las estaciones científicas más representativas del continente, regresó a Londres y esto fue lo que comentó de su viaje.
“Luego de más de un mes interactuando 18 horas al día con científicas de todo el mundo tengo dos mensajes claros: el reto más grande que tenemos como científicas y como humanidad es el cambio climático, y este gran desafío requiere colaboración global y diversidad para lograr resultados”, dice Tello como gran conclusión acerca de qué le queda después del viaje como física y como persona.
El reto más grande que tenemos como científicas y como humanidad es el cambio climático"
Y considera que la humanidad, para poder salvaguardar a este continente para las futuras generaciones, debe cuestionarse las decisiones diarias en casa, en la comunidad y en el trabajo. "En la Antártida se sienten los efectos de la pesca irresponsable, los pingüinos deben viajar más lejos para encontrar su alimento. El uso irresponsable de energía se puede evidenciar en el retroceso y desaparición de los icebergs”.
Paola Tello y dos científicas presentes en la expedicion a la Antártida.
Mensajes de amor
El día de la lectura llegó. Durante el recorrido pasaron cerca de una isla en donde una comunidad de pingüinos estaba ubicada, desde el barco partieron en varios botes hacia ellos. Se ubicaron en una posición más o menos estratégica para no asustarlos y poder hacer el ejercicio de la lectura. Formadas en semicírculo y cada una de ellas con los mensajes más representativos los leyeron frente a un micrófono para que este momento quedara grabado en la historia de estas científicas y del continente que visitaban. Español, vasco, catalán, inglés, francés e italiano fueron algunos de los 15 idiomas en los que se registró el momento.
“¿Cómo se imaginan a 80 científicas, de más de 20 países trabajando en un barco en el lugar más frío del planeta, sin comunicación externa? Si se imaginaron una atmósfera de respeto, un ánimo constante por conocer el trabajo de las otras, una pasión por colaborar juntas en desafíos globales como pobreza, salud y educación, acertaron”, afirma Tello. Y sentencia con orgullo: “Me siento muy afortunada de ser parte de esta iniciativa mundial”.
“Durante 21 días visitamos la península Antártica para conocer de primera mano los efectos del cambio climático, con visitas a cuatro de las estaciones científicas más importantes en donde nos reunimos con el personal y nos abrieron las puertas —pese a que no reciben visitantes— porque creen en la fuerza de nuestras voces y de este proyecto”, cuenta en un breve resumen de su agenda a bordo.
“Llevar la bandera de Colombia a la Antártida fue mi mayor orgullo. Colombia al participar en esta segunda edición mostró una cara de alegría, generosidad y mucho amor. Éramos seis latinas, de Perú, Venezuela, México y una chica colombo-francesa, quienes llevamos alegría y mucho valor social. Nuestro impacto fue muy grande. Viajé con 23 kilos de café de máxima calidad y todo el bote estaba enloquecido tomando nuestra bebida. También lo llevamos a las estaciones científicas y no se imaginan la felicidad”, concluye Paola Tello.