Nuevos medios de comunicación para nuevos tiempos
El cambio generacional y de costumbres de los consumidores y las posibilidades que abre ‘blockchain’ empiezan a producir nuevos modelos de medios de comunicación.
Tras años de zozobra y crisis, la industria de los medios de comunicación se ha acostumbrado, mal que bien, a un modelo de negocio en el que gran parte de la distribución depende de Google y las redes sociales, y los ingresos mayoritariamente de la publicidad, dada la dificultad de monetizar contenidos. Sin embargo, los fundamentos del negocio siguen evolucionando, por los cambios generacionales y las posibilidades que abre ‘blockchain’.
Atraer a los llamados ‘millennials’, acostumbrados a consumir información gratis por las redes sociales, es uno de los grandes retos pendientes del sector. Esta generación, que abarca aproximadamente a los nacidos desde 1981 hasta el cambio de siglo, ya empieza a tener protagonismo en el entorno laboral y económico, e incluso a ocupar despachos.
Una de las iniciativas más interesantes para conquistar su interés es Cheddar, que ha sido bautizada por The Wall Street Journal como ‘la CNBC para milennials’, en alusión al canal televisivo económico de referencia.
Melissa Rosenthal, vicepresidenta ejecutiva de la compañía, explicó en el pasado Digital Innovators' Summit (DIS), celebrado en Berlín, los cimientos de su modelo de negocio: “La distribución de las noticias está cambiando a un ritmo más rápido del que creíamos posible. Los ‘millennials’ no ven la televisión, y es un fenómeno que va a ir a más. ¿Cómo programas, cómo creas ante esa situación?”.
Portada del sitio web Cheddar.com
Su apuesta es ir, con un estilo visual muy dinámico, donde estén los consumidores de los contenidos, sin esperar que ellos acudan al medio. Una fórmula que al tiempo que responde al descenso de las suscripciones, en Estados Unidos, a la televisión por cable, cuyo consumo, según Rosenthal, ha caído un 48% entre los que tienen entre 18 y 24 años.
Por eso en la distribución de las noticias de Cheddar, la mayoría de ellas de contenido económico, tienen una especial importancia las redes sociales, como Facebook, LinkedIn y Twitter, y el consumo ‘on demand’ a través de plataformas de televisión ‘online’ como Philo, Sling y la francesa Molotov, con la que la compañía desembarcó en Europa.
Cheddar acaba de finalizar una ronda de inversión en la que ha captado 22 millones de euros para financiar su expansión internacional, y ya está valorada en 160 millones de dólares. El 95% de sus ingresos proviene de la publicidad (la mayoría de sus anunciantes son del sector financiero) y el resto viene de la venta de contenidos. Entre sus próximos planes, destaca la creación de una marca para noticias más generalistas –Cheddar Big News– y el lanzamiento de un canal en la red social Snapchat.
Si Cheddar es un buen ejemplo de cómo adaptarse a las tendencias actuales en el consumo de medios, otras empresas tratan de adelantarse al futuro y explorar vías de negocio periodístico a través de ‘blockchain’. El caso más interesante es el de Steemit, que explota la posibilidad de realizar micropagos instantáneos a través de la cadena de bloques’.
Con aproximadamente nueve millones de usuarios mensuales, Steemit es una plataforma de ‘blockchain’ que cuenta con sus propias criptomonedas, (Steem, Steem Power y Steem Dollars) con las que paga a los que ‘suben’ contenido. La más importante de ellas, Steem, cotizaba a finales de marzo en torno a 1,70 dólares, tras sufrir un descenso espectacular desde comienzos de año, cuando superaba los siete dólares. El modelo de negocio de la empresa no es la publicidad –de hecho, no hay publicidad– sino la propia cotización de las criptomonedas, de las que Steemit posee parte.
Hay más proyectos alrededor del periodismo y ‘blockchain’, como el lanzamiento de la plataforma Civil, sobre la que se asentarán distintos medios. Financiada con cinco millones de dólares por Consensys, una incubadora de aplicaciones sobre la plataforma Ethereum, Civil tendrá su propia criptomoneda y aspira a hacer viable e independiente un tipo de periodismo que, según sus creadores, ha quedado acorralado por las dinámicas del mercado.
“El público está perdiendo la confianza en la función de los medios; lo que tenemos que hacer es reiniciar esa conversación”, afirmó en el DIS Daniel Sieberg, el máximo responsable periodístico del proyecto.