Nueva política monetaria en 2018: buenas perspectivas para todos
El comienzo de la normalización de la política monetaria en 2018 debería traer consigo una mayor rentabilidad de la banca, un mayor apetito inversor y un positivo horizonte bursátil. Y lo que es, quizás más importante, permitir que la banca cumpla con uno de sus principales objetivos: apoyar el crecimiento económico a través de financiación a empresas y particulares.
Tras el anuncio del Banco Central Europeo en octubre de 2017 de reducir el programa de compra de activos - más conocido como Quantitative Easing (QE) - a partir de enero de 2018, todo apunta a que el año que comienza será el de la normalización de su política monetaria. Asimismo, en ausencia de tensiones financieras o eventos inesperados, los mercados anticiparán en 2018 las subida de tipos.
Así lo describe José Manuel González-Páramo en la tribuna ‘La retirada de estímulos del BCE: Adecuada para todos’, publicada en los diarios del grupo Prensa Ibérica. El consejero ejecutivo responsable de economía, regulación y relaciones institucionales de BBVA pronostica una retirada de estímulos gradual y no espera subidas de tipos hasta mediados de 2019. En su opinión, el año que comienza en unos días marcará un punto de inflexión para los mercados financieros europeos.
El mantenimiento excesivamente prolongado [de tipos de interés negativos] perjudica a familias, a empresas y a la estabilidad financiera"
José Manuel González-Páramo recuerda que, tras varios años de tipos de interés negativos, los mercados financieros europeos volverán a operar en un entorno “normal”. “Los tipos negativos claramente no lo son”. Por ello, “su mantenimiento excesivamente prolongado perjudica a familias, a empresas y a la estabilidad financiera”.
¿Quién puede ser uno de los mayores beneficiados de esta eventual subida de tipos? El sector financiero. Según explica en esta tribuna, las entidades se verán favorecidas por un incremento de la rentabilidad tras más de cinco años de caídas en el euríbor. El impacto será más positivo en aquellos bancos en los que predomine el negocio minorista y el crédito a tipo variable, como es el caso de la banca española.
Si bien es cierto que la subida de los tipos de interés implicaría un mayor pago de intereses para empresas y particulares, el crecimiento de la economía y el empleo, junto al progresivo desapalancamiento del sector privado, tenderán a contrarrestar este efecto.
Disponer de un sistema financiero sólido, solvente y rentable beneficia tanto a sus accionistas como sus clientes"
Asegura González-Páramo que el sector financiero europeo comienza a ver la salida del túnel tras más de diez años de crisis. Y reitera: “Disponer de un sistema financiero sólido, solvente y rentable beneficia tanto a sus accionistas como sus clientes”.
Rueda de prensa del Banco Central Europeo (BCE) el 14 de diciembre de 2017. - BCE
¿Qué tiene por delante el BCE en 2018?
Su reto es doble: por un lado, ajustar las condiciones monetarias al positivo entorno económico - con Europa creciendo al 2% anual y una expectativa de aumento de la inflación desde el 1,4% actual-. Por otro lado, evitar una sobrerreacción de la renta fija y del euro.
La prudencia mostrada con una gradual recalibración del programa de compras minimiza los riesgos a una sobrerreacción del mercado"
El BCE tiene como objetivo principal la estabilidad financiera. Una fuerte apreciación del euro frente al dólar, como la sufrida en los últimos meses por las mejores perspectivas de la economía europea, podría presionar a la baja las expectativas de inflación e impactar negativamente en las exportaciones de la zona euro. En este entorno, y en opinión del consejero ejecutivo de BBVA, “la prudencia mostrada con una gradual recalibración del programa de compras minimiza los riesgos a una sobrerreacción del mercado”.
De esta forma, de cara al año que viene, la evolución de los precios de la zona euro y, en última instancia, cualquier variable que la condicione, serán cuestiones clave que vigilará el BCE.