Un nombre de diosa para el más peligroso de los ochomiles, el Annapurna
Escalar el Annapurna no es tarea fácil ni siquiera para los experimentados alpinistas. Se trata del ochomil menos escalado y los montañeros que retan a los 14 colosos de la Tierra lo suelen dejar para el final de la lista. Pero existe una explicación, la situación geográfica, entre otros agentes, lo convierten en la montaña más peligrosa del Himalaya.
Si nos asomamos a la ciudad de Pokhara, al norte, en la cordillera del Himalaya nepalí, al este del río Gandaki, uno de los más caudalosos del país, se erige la décima montaña más elevada del mundo. El Annapurna, formado por un gran número de picos, varios de más de 7.000 metros de altura, tiene una longitud de 55 kilómetros.
Aunque ocupa puestos bajos entre los catorce ochomiles en cuanto a altitud, sus 8.091 metros, junto con los 8.126 del Nanga Parbat y los 8.611 del K2 en menor medida, están considerados los más peligrosos de escalar en la Tierra por sus características geológicas, formadas por rocas y hielo en forma de glaciares, y los vientos procedentes del océano Atlántico, que pueden hacer descender la temperatura de forma vertiginosa en pocos minutos.
En el caso de la cara norte, ruta elegida por Carlos Soria y la Expedición BBVA , el viento es algo menos intenso, pero en esta vía el peligro lo ponen la nieve y el hielo en forma de seracs, que provocan muchas avalanchas. Todo ello sumado al gran número de paredes verticales a gran altura que complican las condiciones del ascenso hasta el punto de ser uno de los retos más complicados para un alpinista.
Panorámica del Annapurna con los diferentes lagos producidos por el deshielo del glaciar - BBVA
Cuenta la leyenda…
Que una diosa india llamada Annapurna fue tallada en piedra en la cordillera encantada del Himalaya. Pero su belleza se veía menoscabada por otra montaña que atraía a los viajeros por su esplendor y su altura. Razón por la cual la hermosura de Annapurna se tornó en tristeza e intentó huir, desencadenando temblores de tierra, derrumbando paredes de nieve y provocando una brisa gélida producto de sus suspiros y su pena, siendo esta la razón de su enorme peligrosidad.
La primera cumbre del hombre
La llaman la diosa de las cosechas, de la abundancia y la fertilidad. Fue su halo sagrado la razón por la que los sherpas de la expedición que intentó su cumbre por primera vez en la historia se negaron a continuar hasta coronar los 8.091 metros.
El Annapurna debe al Dhaulagiri, el Monzón y la imprecisión de los mapas, el haberse convertido el 3 de junio de 1950 en la primera montaña de más de 8.000 metros en ser escalada. Sólo dos hombres lo lograron, Maurice Herzog y Louise Lachenal, franceses. Una hazaña narrada en el best seller del alpinismo ‘Annapurna, primer ochomil’.
En una lucha entre las diferentes naciones por hacerse con este mérito fue Francia quien se colgó finalmente la medalla después de que 22 expediciones lo hubieran intentado con anterioridad sin éxito. Y 20 tuvieron que pasar para que una nueva huella humana pisara la cima del Annapurna con la escalada de la expedición del ejército británico en 1970 por la cara sur, y Chris Bonington por la norte.
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Amanecer en el Annapurna
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El deshielo del glaciar Nilgiris en el Annapurna
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Atardecer en el Annapurna
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Carlos Soria camino del Campo 1 del Annapurna
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Nevada en el campo base del Annapurna