¿Cómo sería pasar estas fiestas lejos de abetos con luces parpadeantes, bandejas rebosantes de turrones y las típicas tradiciones navideñas? Los expedicionarios de Ruta BBVA ya lo conocen. En la Expedición 2009, los ruteros celebraron una Navidad diferente en un pueblo mapuche en el sur de Chile. Una experiencia inolvidable para todos ellos.
La Ruta BBVA ha visitado en una única ocasión Chile. Fue en el año 2009 cuando los más de 270 estudiantes se embarcaron en una aventura titulada ‘Rumbo a la isla de Robinson Crusoe’. Además esta expedición contó con un invitado inesperado que hizo modificar los planes del viaje. La epidemia de Gripe A iniciada en marzo de ese año trasladó por motivos de seguridad la etapa chilena al mes de diciembre de ese mismo año. De esta forma, la aventura coincidía por primera vez en su historia con las fiestas navideñas y la nochevieja.
Todo hacía indicar que los ruteros iban a festejar unas vacaciones de Navidad diferentes. Tras pasar unas jornadas de navegación en el buque Valdivia de la Armada chilena y recorrer la mítica isla de Robinson Crusoe en medio del océano Pacífico, la Expedición 2009 entraba en la región de la Araucanía. Un poblado mapuche les recibía para compartir unos días mágicos y muy espirituales.
Bautismo mapuche
En su propia lengua, el mapudungún, la palabra mapuche significa ‘gente de la tierra’ (mapu-tierra y che-gente). Los mapuches son un pueblo diseminado por los territorios meridionales de Chile y Argentina y actualmente tiene una población cercana a los 2 millones. Comparten una misma lengua y unas tradiciones muy ligadas a la Tierra como comprobaron los ruteros nada más conocerles.
Un ritual de bienvenida introducía a los expedicionarios en la cultura mapuche. Según una de sus tradiciones, cualquier persona que quiera entrar en su comunidad debe ser presentada a los dioses para que velen por su protección. Un bautismo mapuche en toda regla, rodeado de cuatro tótems de madera y en plena celebración de nochebuena. Durante el rito, el jefe de la comunidad rociaba sobre unas ramas que representaban la tierra, una sustancia natural recolectada de las plantas de la localidad.
La música tiene especial importancia para el pueblo mapuche y no tardaron en tocar algunos de sus instrumentos. Al son del cultrul y la tutruca, los mapuches piden a sus dioses que el año les sea favorable y que la tierra les de vida. La ceremonia finalizaba con una comida en la que los ruteros pudieron probar diferentes tipos de panes elaborados por las mujeres de la comunidad.
Convertidos en mapuches, la Expedición pasaba una Navidad para recordar siempre. Los gorros de Papá Noel (o del Viejito Pascuero como lo llaman en Chile) coronaban sus cabezas, villancicos de todo el mundo sonando por todos lados y largas colas en los pocos teléfonos públicos de la localidad para felicitar a sus seres queridos desde la distancia.
La primera nochebuena rutera se celebró en Chile, con los mapuches. Y Ruta BBVA la recordará como bien resume Rafael Contreras, rutero venezolano de 2009, como “el día en que el Niño Dios nació en una aldea mapuche rodeado de expedicionarios”.